Los expertos de la Unesco me recuerdan a los fundamentalistas religiosos que en vez de buscar en las Escrituras inspiración para ayudar a las personas, encuentran siempre textos que interpretan de forma torcida para hacernos la vida más difícil.
Si no son capaces de entender que una torre del siglo XXI, que está fuera del casco histórico de Sevilla a más de 1.500 metros de la Giralda y dialogando con ella desde su mutua vigilancia, es que no entienden nada.
Curiosamente la distancia es casi la misma a la que está la torre Eiffel del Arco de Triunfo en París, desde el que la mira Hitler que seguramente hubiera derribado primero la torre, para humillar más a los franceses.
Curiosamente la distancia es casi la misma a la que está la torre Eiffel del Arco de Triunfo en París, desde el que la mira Hitler que seguramente hubiera derribado primero la torre, para humillar más a los franceses.
Si hubieran vivido en el siglo XII se habrían opuesto a la construcción de la Giralda, tan alta y tan esbelta y por supuesto hubieran impedido el desarrollo del arte gótico con tan enormes edificios en medio de tramas urbanas medievales tan recoletas. Las ciudades van cambiando porque se viven y en las que no cambian no se puede vivir. Yo prefiero pensar en el futuro y siempre había creído que el pasado nos ayudaba a construirlo, pero tengo claro que si al final se vuelve un obstáculo a lo mejor hay que derribar lo antiguo, como en el siglo XIX se derribaron las murallas de tantas ciudades que ahogaban el crecimiento urbano.
¡Dejennos vivir!
