La séptima jornada empezó temprano con el fin de estar en lo alto de la primera duna y ver la salida del sol sobre las siguientes. Toda la noche estuvo nublado y chispeaba un poco cuando me desperté, pero cesaron las gotas y se abrieron las nubes por el este lo justo para permitir la foto del sol naciente, que es la última de la serie.
Nuestro alojamiento para las dos noches es un campamento de lujo(Aiour) al pie del ERG CHEBBI, se duerme muy bien en jaimas verdaderamente cómodas y grandes con todo lo necesario y más. Mi cadera está en su sitio pero sin molestar . Los saltos y vaivenes de los cuerpos sentados en un todoterreno circulando por el desierto unas siete horas mejora todo.
Tras desayunar nos recogió Mohamed con su Land Cruiser ,solo para nosotros, primero fuimos a un auténtico boutique hotel de lujo, propiedad de unos amigos: Mustafa y Bárbara, para tomar café y ella se vino con nosotros , un lujazo de compañía que enriqueció el paisaje con sus explicaciones, pues siendo andaluza, esta tierra bereber ya es también suya.
Hemos visitado las tres grandes lagunas que hay en la zona y que están llenas como nunca. Hemos visto un grupo numeroso de flamencos, algunos gansos, garcetas y garcillas. En el desierto, la abundancia temporal de agua ha permitido que muchos espacios estén cubiertos de vegetación , impresiona ver espacios que ordinariamente están secos con acacias casi desnudas, asemejarse a la sabana del Serengeti que hemos visto en los documentales, allí, rebosantes de herbívoros perseguidos por los leones, aquí, en cambio se ven algunos pequeños rebaños de cabras lustrosas y una manada de preciosos burritos salvajes que dan ganas de adoptar. Me he acordado de mi amigo Pedro Romero Zarco y de mi "sobrina" Carmen Cañal. A continuación nos hemos acercado al pueblo de Khamlia habitado por descendientes de esclavos negros donde el grupo "palomas de la arena" nos ha interpretado un breve pero intenso programa de música tradicional GNAWA, realmente fantástico mientras nos tomábamos un té.
El almuerzo ha sido en el oasis SAF SAF donde vive una familia, el padre, que Bárbara llama Tío Pepe por una historia que daría para otro articulo, y su hijo Mohamed nos han preparado una rica ensalada, pollo a la brasa y una especialidad bereber hecha sobre piedras calientes y cubierta de ceniza. Le llaman pizza bereber y a mí me parece una focaccia redonda de verduras, sencillamente deliciosa.
A continuación íbamos a conocer a una familia nómada, pero como era de verdad no estaban en su vivienda.
Agotados y viendo que el cielo nublado no nos iba a permitir ver la puesta de sol volvimos a la jaima a ducharnos pues el polvo acumulado resultaba molesto.
Salgo al exterior y las nubes han desaparecido, pese a la luna llena destaca Júpiter en el cielo y bastantes estrellas. Un gran día en el sureste de Marruecos, en la frontera con Argelia, en la tierra del pueblo amazigh desde antes de los romanos. Millones de personas separadas por fronteras coloniales incomprensibles pero que comparten cultura e idiomas, aquí, en el Rift, la Kabilia, etc, del Atlántico al Mar Rojo.