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domingo, 31 de marzo de 2024

LONDRES 8: GOODBYE LONDON

 









Hoy sábado 30 de marzo  es el último día y me faltaba ir a casa de Hercules Poirot en Florín Court en Charterhouse Square, una de las cientos de plazas ajardinadas que naturalizan esta megapolis; es un lugar muy tranquilo y ni él estaba. A las 5,40 me desperté tras dormir unas 7 horas y con ganas de andar y eso hice en una mañana agradable y sin viento. Al regresar desperté al infante y bajamos a desayunar. 
Dejar las maletas listas y guardadas para dar el último paseo a saludar a Nelson "el estilita" que a mí nieto le pareció Napoleón y sentarnos  al sol en la plaza  de nombre gaditano mientras montaban un mitin de FREEDOM POR PALESTINE. De camino las ardillas y los cuervos de Russell Square donde  hay una especie de hoteles  para insectos y pájaros, más adelante las bonitas puertas de madera del London Coliseum  en St. Martin's Lane y finalmente  en la gran plaza la cola de la National Gallery era rápida y en 20 minutos estábamos dentro y orientados para ver el retrato del matrimonio  Arnolfini de Van Eyck, ella embarazada y él, mayor. La maravillosa Santa Catalina (autorretrato) de Artemisia Gentileschi, camino de los Velázquez, Canaletto, Leonardo,... y  todo lo que nos llamaba la atención. Esta vez iba buscando perros en los cuadros, los mejores los de Murillo.  
Como sabía que en el pasado noviembre el cristal protector del cuadro "La Venus del espejo" de Velázquez  había sido atacado con martillos  por activistas climáticos hasta romperlo,  para llamar la atención, pregunté por él a una vigilante  usando su nombre inglés "The toilet of Venus ", diligente me explicó dónde estaba y como no lo encontraba se lo pregunté a otro y tampoco, finalmente volví a ver a la primera y le dije que no la encontraba, entonces comprendí que lo único que habían entendido de mi pregunta era "toilet"  y al retrete me dirigían, de modo que le enseñe una foto y tras sonreír, muy seria me dijo que aunque ya está arreglada está guardada por si acaso.
Luego encontramos una heladería con muy buena pinta donde hicimos estación de penitencia y finalmente subimos en un taxi que era la última experiencia que quería Eduardo. Había un atranque de mil demonios y empecé a pensar que me iba a costar un riñón y llegaríamos tarde a la cita que teníamos a las tres de la tarde con el conductor que nos  llevaba al aeropuerto, cuando me di cuenta que teníamos tiempo de sobra y que el taxista tenía  un letrero en el que indicaba que prefería cash,  le dije en mi impecable spanglish que solo tenía un billete de £20 y que nos dejara dónde fuera posible lo más cerca del hotel. Al rato vi que el contador pasaba de  20 y se lo indiqué y le entendí  "not problem". Al final nos llevó hasta el hotel sin pagar más, aunque marcaba £ 25. Cosas de la nueva flexibilidad del Londres multiétnico.
Sin más retrasos aunque tras mucho andar en el aeropuerto , hoy con 16,26 km ha sido el día con más marcha, hemos llegado a Sevilla y ahora toca descansar un poco. Gracias por leerme