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jueves, 26 de noviembre de 2020

¿ESTÁ EN PELIGRO EL ESPAÑOL? UNA PAMEMA PARA DEBATIR. neonormalidad 28

 


Lamento profundamente que la derecha española en medio de la pandemia haya centrado el debate sobre la nueva ley orgánica de educación, en el falso peligro sobre el futuro del español por la supresión de un adjetivo que nunca debió figurar en la ley anterior. Al parecer  forma parte ahora de una estrategia política más amplia para intentar derribar de una vez a este gobierno democrático con mentiras, porque como lo consideran ilegítimo y traidor, todo vale: ETA, víctimas, libertad,… asuntos que en su boca me enfadan. La derecha española tiene muy mal perder y nunca han aceptado pacíficamente ningún gobierno de izquierdas tras la restauración de la democracia, porque ellos y sus medios afines ladran cuando las urnas no le son favorables, como Trump ahora. 

El hecho de que en una ley  española figure o no el español o castellano como lengua vehicular, nada tiene que ver con la importancia o extensión de la enseñanza del español, para el que no lo sepa, "vehicular" adjetiva  a la lengua  que se usa instrumentalmente  como intermediaria en el aprendizaje de las materia normales de la enseñanza. Cuando en 1975 me interesé por primera vez en ese asunto al empezar a dar clase en la Escuela de Magisterio de Córdoba, comprendí que entonces se le daba mucha importancia en preescolar a usar la lengua materna del niño como vehicular para no generar desigualdades en el acceso a la educación sobre todo en poblaciones desfavorecidas de zonas plurilinguísticas como la ciudad de Nueva York, que se planteaba entonces  las dificultades de dar enseñanza en las 52 lenguas maternas diferentes que creo recordar tenían entonces los alumnos de preescolar en la gran urbe. Felizmente a alguien se le había ocurrido un poco antes que  sin discutir la importancia del asunto de la lengua vehicular, era mucho más práctico y barato para compensar las desigualdad inicial entre los niños poner en la televisión pública un atractivo programa educativo en inglés para los preescolares como fue BARRIO SÉSAMO. Luego fui dándome cuenta  que, en mi opinión, era un asunto poco importante para el éxito escolar sobre todo en niveles básicos, medios o superiores y es más, resultaba enriquecedor que la lengua vehicular fuera diferente a la materna para desarrollar más competencia en el aprendizaje de otros idiomas, tan necesaria en el mundo global en el que ya nos desenvolvemos.

Esto es tan verdad que  de hecho algunos españoles, los más adinerados, usan desde hace tiempo el inglés como lengua vehicular para la enseñanza  de sus hijos, o el francés o el alemán en colegios muy frecuentados por las elites de las grandes ciudades y otros muchos españoles están siendo formados con dos lenguas vehiculares en las comunidades autónomas con lengua propia distinta del español y a veces en tres lenguas como en Euskadi, normalmente incluyendo el inglés. En el resto de España, señaladamente en Andalucía desde hace años se está implantado el bilingüismo es decir que se usan dos lenguas vehiculares, porque además de usar la lengua materna para enseñar las materias ordinarias del plan de estudios, algunas o la mayoría de ellas se cursan en inglés, por ejemplo para impartir matemáticas o ciencias naturales, sin que nadie haya detectado que esto sea un impedimento en la correcta formación de nuestros escolares, sino más bien me parece que es lo contrario. Cuantos más idiomas hablen los españoles del futuro mejor nos irá a todos y también al español como idioma mundial que tantos beneficios nos reporta y nos continuará reportando si no perdemos el tiempo en tonterías, muy de la época del imperativo: "habla la lengua del imperio" que algunos parecen añorar, como si entonces “se ataran los perros con longanizas”.

Este asunto tan manipulado, hablo desde mi conocimiento profesional y político de la educación durante muchos años, nace  a raíz de la imposición legal establecida  "ex novo" en la ley WERT en 2013 del español como lengua  vehicular con el  siguiente literal :  «el castellano es la lengua vehicular de la enseñanza en todo el Estado, y las lenguas cooficiales lo son también en las respectivas comunidades, de acuerdo con sus estatutos y normativa aplicable», por  cambiarlo decir y decir ahora en la nueva ley este “peligrosísimo” texto :  “Las Administraciones educativas garantizarán el derecho de los alumnos y las alumnas a recibir enseñanzas en castellano y en las demás lenguas cooficiales en sus respectivos territorios de conformidad con la Constitución española, los Estatutos Autonomía y la normativa aplicable” , acorde literalmente con lo que dispone la Constitución española de 1978 que para nada entra en el asunto del idioma "vehicular" de la enseñanza.  Algunos creen que   "manoseando" la Constitución y exigiendo  el cumplimiento  a rajatabla de los artículos que les convienen,  tal como ellos los interpretan van a obtener réditos políticos, mientras se empeñan en no cumplir  otros artículos que no les gustan.

Nunca había figurado  el adjetivo pedagógico-tecnocrático de  "vehicular" en ninguna ley orgánica de educación,  de las que hemos tenido demasiadas, y sí a mí también me parece que han sido demasiadas, sencillamente porque la mención expresa a la lengua vehicular  no es necesaria y por tanto es intencionalmente gratuita,  ya que nuestra Constitución española establece con toda claridad en su artículo 3: "1. El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla. 2. Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos. 3. La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección.", que “se puede decir más alto pero no  más claro”. 

Wert y el PP con su mayoría absoluta y sin apoyo de nadie más, introdujeron  esta PAMEMA (según el DRAE: hecho o dicho fútil y de poca entidad, a que se ha querido dar importancia) de la lengua vehicular. Fue introducida expresamente con el objetivo declarado  de "españolizar Cataluña", de lo que se sentía orgulloso el muy fatuo ministro, que ufano se vanagloriaba de ello y lo dijo expresamente en el Congreso de los Diputados  el 10 de octubre de 2012, encabezando la estrategia suicida del PP que pensaba y ¿piensa? que para ganar elecciones  en España es bueno exacerbar el anticatalanismo  en el resto de las regiones, con el resultado conocido de dar alas a los secesionistas, para luego no tener ni la capacidad política ni los arrestos necesarios para parar al monstruo a tiempo y tuvieron que hacerlo "in extremis", tras la ilegal declaración unilateral de independencia, eso si con el apoyo de la oposición de entonces, leal como parece que sólo sabe serlo el PSOE, que tiempos. 

Entiendo que haya gente que no le guste que se quite el adjetivo, desde su concepción nacionalista española en todos los asuntos, pero en la España plural las palabras importan y o cabemos todos o no cabe nadie, algo parecido ocurrió cuando se aprobó la ley del matrimonio igualitario, que no homosexual o gay como sus opositores insisten, que muchos no aceptaban, y lo comprendo, el uso de la palabra matrimonio para las uniones de personas del mismo sexo. La nueva ley orgánica al eliminar esa referencia  pone en su sitio  una cuestión  que es completamente fútil para el futuro del español que está suficientemente garantizado por nuestra Constitución Española de 1978, por la tarea de la Real Academia Española en colaboración con las 22 academias asociadas y sobre todo por la pujanza y fuerza internacional de la lengua de Cervantes.