Mi madre murió hace ya casi 5 meses pero sigue estando presente entre nosotros, en nuestros recuerdo personales y en las conversaciones que tenemos en estos días; ella consiguió mantenernos unidos a medida que iba creciendo la gran familia y siempre nos animaba a estar unidos, pero especialmente lo mencionaba en el tradicional "discursito", como ella lo llamaba, que nos daba todos los años y también en el último encuentro familiar celebrado en Doña Mencía en la navidad de 2018, cuando estuvimos los de la magnífica foto que nos hizo el sobrino Mauricio Skrycky.
Ella era muy consciente de que le quedaba poco y unos meses antes de irse pidió a mi hermana María del Carmen , la mayor, el papel con membrete que le había diseñado Esther, la menor,y con su buena letra, firme y nada temblorosa, escribió su último "discursito" a modo de testamento y nos dijo:
"Perdonarme por mis equivocaciones pues últimamente me he equivocado a veces, quizá no he sido muy cariñosa, perdonarme. Espero seguir de alguna forma sabiendo de vosotros...ayudaros unos a otros, cuando alguno lo necesite."
En su carta con sus característicos infinitivos por imperativos, que no era un error sino una característica que algún día la RAE si sigue modernizándose aceptará, nos transmitía en el lenguaje evangélico de su fe su deseo-orden de que estuviéramos UNIDOS TODOS para ayudarnos y que cuidado con no hacerlo, pues ella estaba segura que de alguna manera, aún estando muerta, se iba a enterar si no lo hacíamos y entonces... si que nos íbamos a enterar.
UNIDOS TODOS es la única estrategia válida para superar las dificultades, porque que sentido tendría que los más fuertes se salvaran solo ellos si luego iban a estar solos sin los que faltaran, y por ello mi madre trabajó toda la vida con ahínco para tener un liderazgo indiscutible basado en la generosidad y así unirnos a su familia. Aunque "harto consuelo nos deja su memoria", tenemos que esforzarnos para seguir UNIDOS TODOS sin ella, pero alrededor de los nuevos liderazgos que se van tejiendo en la familia sobre la base de la generosidad y que hay que animar a crecer y no ahogarlos con la envidia.
Por cierto mi hermana Nanda sigue cursando la enfermedad y ya parece que avanzan los efectos del virus, pues sin fiebre tiene molestias de garganta y sensación de ahogo. Está tomando las medicinas paliativas prescritas y confiamos en que vaya mejorando,
Por cierto mi hermana Nanda sigue cursando la enfermedad y ya parece que avanzan los efectos del virus, pues sin fiebre tiene molestias de garganta y sensación de ahogo. Está tomando las medicinas paliativas prescritas y confiamos en que vaya mejorando,
Lo que es válido para una familia también lo es para una comunidad más amplia incluso para la humanidad completa. Cuando todo va bien podemos permitirnos el lujo de disfrutar cada uno de lo que cree suyo, aunque un poco de generosidad vendría bien, pero cuando hay dificultades graves como esta pandemia sólo nos podemos salvar UNIDOS TODOS.
Esta claro que es mucho más difícil porque no hay un liderazgo mundial como el que tenía mi madre en su familia, pero entre todos debemos ayudar a construirlo apoyando generosamente a los que les ha tocado en todos los sitios estar de gobernantes, sobre todo en los países democráticos y no ser miserables como algunos en las críticas que suelen nacer de la envidia por no ocupar ellos los puestos de mando y por la soberbia de creerse mejores que los otros. Los que gobiernan deben ser humildes y más en estos momentos pero los ciudadanos hemos de ayudar siendo generosos con los que nos rodean, con los que sufren y con los gobernantes, pues cuando esto pase, si no nos gustan, podremos elegir a otros y punto.