Ayer fue un día para comprobar lo privilegiado que soy por tener una casa amplia con jardín en un barrio agradable, con todo tipo de recursos, incluida una conexión a internet con fibra óptica y todos los canales que quiero para ver de todo, aunque lo cierto es que estoy mucho más dedicado a guisar, leer y escribir. Tengo también una familia que está pendiente de nosotros, concretamente mi hija nos trae lo que necesitamos, hoy fruta, verdura y ElPaís, aunque esto último ya no me hará falta pues como suscriptor estoy pendiente de que me confirmen que me lo traerán a casa mientras dure este confinamiento.
Ayer comimos costillas de cerdo ibérico que teníamos en el congelador donde guardamos la carne de los dos cerdos criados con castañas y verdura en nuestro paraíso de Cortegana, los sacrificamos a final de diciembre y los troceamos personalmente Lola y yo; para que tengan menos grasa hemos desarrollado una técnica que consiste en tratarlas primero al vapor en olla rápida durante 20 minutos y luego las escurrimos muy bien para finalmente ponerlas con ajitos en perol pero ya mucho menos tiempo y merece la pena, con patatas fritas del terreno son un manjar. La cena fue una creación de Lola, revuelto especiado de huevos con gambitas y ensalada de lechuga, espectacular.
Esta mañana he tenido envidia, si ENVIDIA de mi hermana Nanda que nos ha enviado una foto desde su trabajo de enfermera, vestida con su epi, ella "la fresca" en el frente sin duda con miedo pero siendo útil y yo "emboscado", tan ricamente por mayor e inútil; ya sé que es lo más útil que puedo hacer, se trata de no estorbar, pero no me resigno a estar pasivo, así que he ofrecido mis servicios a los familiares que tienen niños y están con ellos en sus pisos tratando de que el encierro no sea insoportable e incluso útil, me llaman y yo les doy charla, les cuento un chiste, resuelvo una duda en las tareas de los niños o lo que se me ocurra, hoy la videoconferencia, gracias a wasap, está al alcance de todos. Tampoco estaría de más llamar a los amigos,
La imagen del cuadro de la madre con el niño, no es porque esté "transido de fe", sino porque esta foto de la pintura de Hans Memling la hice yo en la capilla de los Condestables de la catedral de Burgos hace algo más de dos años en un viaje y que espero que podamos volver a hacer, empezando por el que tengo previsto con amigos a Sudáfrica en octubre. Salud y fuerza
