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jueves, 15 de diciembre de 2022

ESTO NO ES UN GOLPE DE ESTADO…TODAVÍA

 



Cuatro años de descalificaciones  a Pedro Sánchez y su gobierno, tanto por los adversarios  de la derecha política, judicial, empresarial y religiosa, como por los poderosos y casi apabullantes medios afines, han conseguido crear un enfrentamiento tóxico y un ambiente político irrespirable, tanto que muchos no se recatan en afirmar que estamos a punto de o en un genuino golpe de estado.

Pareciera que la derecha , que lo lleva anunciando desde hace años, ante cualquier decisión que tome el gobierno, aunque fueran las discretas medidas de confinamiento aconsejadas por la OMS y la mayoría de los expertos de salud pública, y que fueron necesarias al principio de la desconocida pandemia del COVID, hasta que se dispusieron de vacunas. Claro que para ellos todo lo que haga el gobierno de izquierdas para gobernar en un entorno tan difícil con tantas incertidumbres y dificultades, no es para mejorar las condiciones de vida de los españoles y para ampliar sus libertades, sino para mantenerse en el poder cueste lo que cueste en una especie de dictadura roja que no cesan de denunciar. La verdad es que están desesperados porque con sus dificultades el gobierno gobierna y consigue triunfos económicos y sociales  en materia de empleo, precio de la energía, contención de la inflación , normalización en Cataluña y mejora de derechos, que son valorados internacionalmente y que les hacen temer que pese a los indudables  y frecuentes errores del gobierno con desencuentros públicos de la coalición, los españoles pueden continuar apoyando electoralmente al  gobierno del PSOE en coalición con UP  y al abigarrado conglomerado que los apoya desde la triunfal moción de censura de mayo de 2018.

Lo último de IDA( imbuido del espíritu descalificador que prodigan, con este acrónimo describo a la pomposa y explosiva Isabel Díaz Ayuso) es: “Vamos camino de una dictadura, sometidos por un tirano, que pone en peligro el Estado de derecho. Esto ya no se trata de o izquierda o derecha. Esto se trata de libertad. Y esto ya es: o Sánchez o ESPAÑA”. O sea que según ella estaría justificado el tiranicidio o por lo menos un golpe de estado que lo depusiera. Ahorro los discursos tremendistas de voceros del PP, Ciudadanos y Vox, estos incluso ofreciendo sus pechos para que les disparen los cobardes rojos.

Pero si se observa  con calma sobreponiéndose al griterío, desde luego que no estamos en vísperas de una dictadura, ni de  un golpe de estado, solo se le parece en la agresividad de los discursos que se suelen previamente gritar para excitar a militares golpistas o a revolucionarios callejeros. Los discursos no matan pero pueden preparar las masacres justificándolas preventivamente y los que oigo me suenan a los que prepararon los terribles golpes de estado del 18 de julio de 1936  en España, o el de el 11 de septiembre de 1973 en Chile y lamentablemente en esos casos no se tomaron las medidas necesarias y dejaron inermes a los ciudadanos.

Comprendo por tanto que muchos progresistas califiquen de golpe de estado judicial lo que organizado por el PP está ocurriendo  desde hace cuatro años con el apoyo de jueces y magistrados presuntamente venales y que impide la renovación del CGPJ y del TC. Resulta intolerable que jueces y magistrados que deberían velar por el cumplimiento de las leyes y la Constitución se hayan prestado a la indignidad de hacer imposible la renovación de los puestos que ocupan en órganos a los que accedieron  y que como los consideran suyos no quieren ser sustituidos, pervirtiendo el mandato popular de nuestra Constitución. Es como sí un gobernante se negara a convocar elecciones.

Es verdad que el gobierno desesperado después de un bloqueo de tantos años  porque ni la Constitución ni las leyes habían previsto lo increíble,  que es el bloqueo institucional a la renovación de los organismos que requieren  mayorías cualificadas,  haya, al fin tomado la iniciativa seguramente con algún defecto de forma  cuya importancia minimizo dada la gravedad de la situación y que se comprueba, si cabía alguna duda, con la incalificable actitud del presidente del TC  convocando un pleno a propuesta del PP para un asunto que  no puede no saber que no procede, porque el TC no  interpreta la Constitución en sí, sino que debe limitarse a interpretar la  interpretación que de la Constitución hacen las Cortes en las leyes que aprueban y eso sin tener en cuenta que debería de abstenerse en un asunto que sin duda le afecta directamente.

El PP y sus anejos no han dado un golpe de estado pero parece que llevan preparándolo años con su obstrucción institucional continua, y el gobierno debería de haberlo evitado desde primera hora, hace cuatro años,  con las leyes que fueran necesarias, porque ya  ocurrió lo mismo cuando fueron sorprendidos por el triunfo de Zapatero, aquello fue un aviso claro que debería haberse tenido en cuenta y no dejarse engañar. Yo confío en que esto tenga arreglo porque la derecha se avenga o el gobierno imponga la ley  y  se puedan renovar los órganos judiciales de una vez y finalmente podamos celebrar elecciones cuando está previsto, porque lo sucedido no es un golpe de estado…todavía.