Powered By Blogger

viernes, 14 de octubre de 2022

LA DERECHA Y LA MONARQUÍA



Un año más unos cuantos indeseables de derechas aprovechan el desfile militar de la fiesta nacional de España para abuchear al presidente del gobierno de España. Nada que objetar a ese uso maleducado y chabacano de la libertad de expresión de la que disfrutan en la democracia española, pero espero que sean conscientes de las consecuencias que tiene su actitud reiterada e indecente contra todos los presidentes socialistas elegidos por los españoles. Cuando gobiernan los suyos aplauden con pasión como si sólo los de derechas tuvieran derecho a gobernar España y es que la verdad, ellos están convencidos de que los de izquierdas somos unos indeseables que lo mejor es que estemos en la cárcel o las cunetas.

No voy a ponerme trascendente, todavía, porque como bien decía Alfonso Guerra: “Hay que poner las cosas en su sitio. Hay personas, algunas personas, que abuchean a un presidente y aplauden  a una cabra. Cada uno elige quien le representa mejor”. Esto puede resultar divertido si no fuera porque a continuación se rompen las manos aplaudiendo no solo a la cabra, sino a todas y cada una de las unidades de las fuerzas armadas. La cabra es una anécdota pero la apropiación simbólica de la monarquía y los militares no es inocente porque los de derechas y algunos militares no se recatan en la opinión de que los militares tienen “el sagrado deber” de intervenir autónomamente en defensa de la unidad de España que para las derechas es la única parte de la Constitución que parecen respetar, visto la indecente actitud en el cumplimiento constitucional de la renovación de los órganos de la justicia.

Su “amor apasionado” a la monarquía merece un párrafo aparte,  porque ellos la aman en la medida que esta se erija en bastión del conservadurismo de sus programas políticos conservadores  o fascistas, que de todo hay en la derecha española siempre añorante de un pasado glorioso e imperial que si bien dio algunos frutos memorables, sumió a la mayoría de la población en unas condiciones de vida miserables hasta hace bien poco tiempo. Por el contrario para la mayoría de los progresistas españoles, la monarquía tradicional que ellos aplauden es la responsable junto a la iglesia católica y los militares golpistas del atraso democrático que históricamente hemos sufrido los españoles y que culminó con el horror del golpe militar del 18 de julio de 1936 que parecemos ser incapaces de superar, aunque dimos un paso de gigante en la gloriosa, esta sí, Transición española que nos llevó casi sin sangre de una dictadura criminal a una democracia homologable en Europa. Si, tuvimos que pagar el precio de aceptar la monarquía que había impuesto el dictador, heredera de la tradicional, a cambio de que esta se modernizara y fuera constitucional, democrática y social y lo conseguimos superando nuestros prejuicios y aceptando una conversión  en la que  los más reaccionarios no creen.

Flaco favor hacen a España y a la institución monárquica que adoran, los que abuchean al presidente y se rompen las manos aplaudiendo al rey, porque este solo se sostiene en un pacto al que llegamos los españoles hace 44 años para romper nuestro sino trágico. Los progresistas vamos sintiendo cada día más que la monarquía es de la derecha y que es utilizada por la derecha como arma arrojadiza, con cualquier pretexto como este año con el retraso de menos de un  minuto en la llegada del rey y del presidente, hay que oír las estúpidas declaraciones de los políticos del PP y de Vox para comprender que para ellos la monarquía es un ariete contra el gobierno progresista que se remató con el esperpento de enfervorecidos monárquicos que protagonizaron los diputados voxistas llegando tarde a la sesión parlamentaria.

Para mí la monarquía es algo accidental  como la bandera, que respeto y acepto  para cumplir el pacto al que llegamos los españoles de izquierdas y derechas. Pido a los servicios de presidencia del gobierno que el próximo año   ordenen al chófer del rey que llegue un minuto después, para no dar pretextos a los que ahora se sienten orgullosos de ser fachas.