El plan era sencillo, ir por el Sena a Notre Dame e intentar entrar y luego pasear por el barrio latino tras las huellas de los escritores en español que allí vivieron y trabajaron para acabar el día improvisando, pero va y se muere Mario Vargas Llosa el más francés de los escritores en español y me entero al bajar del barco. He leído todos sus libros con sumo placer, tengo claro que era en el momento de su muerte el más grande escritor en español vivo, coincidía con él en la defensa del aborto, la legalización de las drogas y las libertades, gracias a él amo a Góngora, y discrepaba de su hostilidad a los socialistas, de su tibieza frente a las desigualdades y de sus "amistades peligrosas" con Aznar, Ayuso, Tatcher y otros, pero como tuve el privilegio de platicar con él algunos ratos en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, un año que el presidía el jurado y yo representaba a la RTV de Andalucía, puedo afirmar que era amable, educado, liberal y demócrata convencido, . Un encanto de persona que me recitó algunos poemas de mi paisano Góngora, en cuanto pueda leeré de nuevo "La guerra del fin del mundo" , para mí el mejor realismo mágico sin las exageraciones de García Márquez, inevitables dado que es colombiano.
Yo había pensado en los lugares de los Machado, Antonio y Manuel, que vivieron y trabajaron en Paris, mientras corríamos a la cola de ND me acordé que estábamos cerca del restaurante La Petite Hostellerie donde comía Mario en su primera estancia parisina con su Julia, la primera mujer, mientras escribía "La tía Julia y el escribidor". Traté de reservar mesa pero era imposible antes del 5 de junio, de modo que una vez que Juan me puso cara de no tener mucho interés en hacer cola con tanta gente, hicimos un cambio para visitar el museo de la Shoah que estaba cerca, tras el ayuntamiento..
Impresiona siempre recordar un genocidio tan enorme causado por una civilizada nación europea y hacerlo con un joven interesado tanto en entender que es un genocidio y porqué yo creía que los bombardeos indiscriminados de Gaza actualmente realizados por el ejército israelí eran también un genocidio. Resulta que tiene que presentar un trabajo escolar sobre genocidios y casualidades de la vida en la calle cercana hay una exposición de murales magníficos sobre el genocidio armenio que él conocía poco, los genocidios de Rwanda, Camboya y Stalin completaron un conversación curiosa para estar de viajeros.
Volvimos a Notre Dame para nada y de allí al barco hasta el Louvre con el fin de localizar la puerta del Carrusel que es por donde debemos entrar el miércoles a las 10. De allí a la place Vendôme y su columna dedicada a las gloria guerreras de Napoleón, cuanto admiran los franceses al personaje responsable de la muerte de más jóvenes franceses de la historia en pos de su gloria , qué pronto olvidan los pueblos los horrores de la guerra y el patriotismo. Al paso tiendas de superlujo y hoteles grandiosos para llegar al sencillo y bienoliente Museo del Perfume de la casa Fragonard que aunque es el pretexto para entrar a su tienda resulta agradable.
Cerca está EUROPA Experience, con actividades interactivas y audiovisuales para comprender la importancia actual de la UE como salvaguarda de la democracia y garantía de nuestros derechos y libertades donde Juan ha demostrado que se defiende bien en inglés. De regreso en la plaza de la Madeleine, tomamos el metro para llegar al hotel. Mañana será un día mucho más artístico pero dudo que más interesante, o no.