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jueves, 28 de abril de 2022

BREVERÍAS 46: ¡ESCÁNDALO!, !EL CNI VIGILA¡

 




Si hay seres humanos a los que desprecio más que a los malvados y violadores son a los que se escandalizan por cualquier cosa,  exceptúo de este desprecio a los que viven eternamente escandalizados  por todo,  porque tienen unos criterios morales muy estrictos, normalmente de carácter religioso, porque bastante tienen con lo que tienen, los pobres míos.  Son objeto de mi desprecio los que suelen escandalizarse sólo por lo que les conviene sin aplicar ningún principio de razón y sin tener en cuenta muchas veces que se escandalizan por acciones que ellos previamente han justificado cuando son conformes a sus intereses, suele ser una patología vinculada a las creencias políticas o de otro tipo y se manifiesta con gran estrépito y algarabía, con una sobreinterpretación digna del teatro al objeto de  ocultar las debilidades reales de su acción.

La mayoría de las personas que conozco entienden que el estado debe vigilar a los presuntos delincuentes para en la medida de lo posible evitar la comisión de delitos, sobre todo cuando ya ha habido condenados por delitos  que amenazan con volver a cometer, eso sí conforme a las leyes y preservando los derechos y libertades de los delincuentes. En España, normalmente, este tipo de tareas de vigilancia que realizan los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado se hacen, tras petición razonada en cada caso, con control judicial, por un tiempo limitado y ciñéndose al fin autorizado. Si un juez autoriza la vigilancia del teléfono de un presunto violador no es para curiosear la vida del mismo sino para detectar posibles actuaciones delictivas y proteger a las víctimas, siendo obligatorio no hacer público ningún otro hecho privado del que tuvieran conocimiento. El objeto de la vigilancia  es evitar delitos y claro que puede haber abusos que deben ser castigados, como en el caso Villarejo o en cualquier otro caso.

A estas alturas todos sabéis ya que me refiero a la escandalera montada por los secesionistas catalanes, a los que me niego  llamar independentistas pues esa palabra goza de prestigio en el mundo por el recuerdo de los abusos colonialistas, y lo que es más triste gozando del apoyo de muchos otros políticos, periodistas y opinadores de diversa laña que carecen, a mi juicio, del más mínimo sentido crítico  y sin ninguna prudencia al grito de ¡Oh! ¡escándalo! ¡El CNI nos espía!, se ponen al servicio de unos políticos delincuentes   y que lejos de arrepentirse prometieron: Ho tornarem a fer, que no traduzco porque es nuestro deber entender un poco la lengua de Pla.

El CNI (Centro Nacional de Inteligencia) no espía, sino que vigila, lo primero se hace de manera subrepticia y por eso se utiliza en el escándalo, en vez de lo segundo que carece de esa connotación negativa, porque la lengua es inocente pero no el lenguaje y los secesionistas son unos artistas de la simulación y  el engaño hasta lingüístico, porque están convencidos de que su causa es justa y ello justifica todo tipo de tropelías. Vigilar  es : Observar atentamente a una persona o cosa y estar pendiente de ella para evitar que sufra o cause algún daño o peligro. El CNI según la ley 11/2002, se trata de un organismo responsable de “facilitar al Gobierno informaciones análisis, estudios o propuestas que permitan prevenir y evitar cualquier peligro, amenaza o agresión contra la independencia o integridad territorial de España, los intereses nacionales y la estabilidad del Estado de derecho y sus instituciones”

Previamente a la esperpéntica declaración unilateral de independencia  del 27 de octubre de 2017 me escandalizó que los secesionistas pudieran actuar con la osadía que hicieron, sin que al parecer el gobierno estuviera informado, porque si no, no se entiende la pasividad con la que actúo ante tamaño desafío; por eso ahora no me escandalizo de las palabras, políticamente incorrectas, de la ministra Robles : “¿Qué tiene que hacer un Estado, un Gobierno, cuando alguien declara la independencia, corta las vías públicas, cuando realiza desórdenes públicos, cuando alguien está teniendo relaciones con dirigentes políticos de un país que está invadiendo Ucrania?”, yo en su lugar no lo hubiera dicho pero es el evangelio.

¿Quiere esto decir que estoy de acuerdo conque los servicios secretos  y los poderosos nos vigilen con herramientas tan sofisticadas como Pegasus?, claro que no, pero espero, deseo y ruego que el CNI cumpla su misión de vigilar a los que pretenden delinquir contra los españoles, aunque sean ricos, poderosos o… políticos secesionistas, eso sí, con absoluto respeto a las leyes .
La foto es de un kílix del siglo V a.C del museo arqueológico de Atenas