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domingo, 31 de mayo de 2020

DÍA 80 "¿DE QUÉ SIRVE HACER PLANES?"

DOMINGO 31 DE MAYO DE 2020
Anoche al acostarme la luna estaba velada por la bruma y algunas nubes ligeras, pero tenía más o menos la forma de la de esta foto que hice el 6 de junio de 2017. Me encanta mirar a la luna todos los días y observar los detalles de su superficie sobre todo cuando no está llena, porque se distingue mucho mejor el relieve de los cráteres que están en la línea entre sol y sombra, como en este caso que está gibosa creciente, aunque prefiero en cuarto creciente.
La luna tiene perfectamente establecido su deambular en el espacio, que es muy complejo por las diferentes atracciones que sobre el planeta ejercen la Tierra, el Sol y los demás planetas, aunque nos parezca muy sencillo pues todos los días la vemos atravesar  el cielo mostrándonos la misma cara. Con la misma convicción nosotros los humanos nos empeñamos continuamente en hacer planes para el futuro como si pudiéramos gobernarlo, como si todo lo que nos rodea, sobre todo las personas, no tuvieran sus propios planes de futuro que condicionarán el nuestro. Hacemos proyectos continuamente como si solo el azar o la desgracia que no podemos controlar pudieran modificarlos, cuando es mucho más probable que nuestros planes cambien porque otras personas toman decisiones que influyen en nosotros.
Yo soy conocido por estar siempre haciendo planes e incluso a veces planes que incluyen a los demás, comparto esa afición con muchos de mis hermanos, que no sabemos estar sin diseñar un plan de algo, ahora, eso sí, aceptamos muy bien estar solos cuando nadie nos secunda. Unos días antes de la pandemia nos compramos una casa en La Antilla para disfrutar de la playa todo el año, pues Lola necesita este ambiente marino para su psoriasis y porque nos permitía estar mucho más tiempo al lado de unos amigos con los que nos llevamos muy bien, del bellísimo paraje natural Marismas del rio Piedras y flecha de El Rompido y de Portugal. Aunque en ese momento teníamos a los nietos viviendo con nosotros por razones laborales de sus padres, nos habíamos organizado para pasar allí la mayor parte de los fines de semana, con los niños o sin ellos y cuando parecía que ibamos a iniciar nuestra nueva vida, vino el estado de alarma que nos confinó y allí está la casa esperándonos.
Desde hace una semana estamos preparando las cosas con ilusión para ir allí el primer día en que nos permitan viajar a la provincia limítrofe de Huelva, que está prohibido por razón de la uniformidad del trato que hay  en toda España entre realidades que son muy diferentes, pues la relación entre Sevilla y las provincias de Huelva y Cádiz  es tal, que en muchos aspectos funciona como  una única provincia, es más, seguramente la sierra onubense de Aracena y Picos de Aroche tiene más relación con Sevilla que con la costa de Huelva que sin embargo ellos si pueden visitar ya. Nuestro plan era irnos a estar tranquilos  y habituarnos a vivir allí, para que si todo iba bien, trasladar después nuestro domicilio habitual, pero nada de meternos en líos de cambiar el jardín ni nada que luego todo se complica y "las cosas  se sabe cuando empiezan pero no cuando acaban", ese era nuestro plan cuando anteayer  a las 22:20 recibo un wasap de mi amigo Nicolás, que vive muy cerca, en el que me ofrecía "unas cuantas losas de piedra natural que me han sobrado en el  jardín y las regalo a quien las quiera" acompañado de unas preciosas fotos que hacían atractiva la oferta y ya sabemos el atractivo imbatible de "un gratis total".
Total que sí,  que enseguida vi que era lo que necesitaba para hacerme una terracita rústica y que ya he ido a su casa y que  las "unas cuantas losas" son unos 600 kilos de piedra que ya he cargado en nuestro Terrano, de la Nissan que ahora cierran, y que es un joven de 28 años que con 381.358 kilómetros, un recorrido similar a la distancia que hay como media a la Luna,  tiene ya sus achaques, asi que  para hacer  el porte a la playa  con un mínimo de seguridad tendré que descargar la mitad de las piedras y hacerlo en dos viajes.
Así que ya sabeis, hay que estar siempre haciendo planes divinos, pero tened la seguridad que luego el diablo o un buen amigo te hará cambiar y oye..tan contento.
Gracias Nicolás y Marité