Hoy 15 de mayo empezaba el alquiler de un coche por cinco días. Me llegué cuesta arriba a la oficina de Europcar y con diligencia me entregaron un Audi Q2, gama alta del tipo contratado , recogí a Lola y empezamos la excursión por la costa hacia el extremo más occidental de la isla. La carretera tenía su conque para uno que no tiene costumbre de carreteras de montaña pegadas a la costa, desde el principio el cuadro me hacía indicaciones de que había que ir a revisión y a los 15 km empezó a decirme que parara y añadiera líquido refrigerante, como no notaba subida de temperatura que estaba a los 90°C no me preocupé y seguí en busca de estación de servicio, al rato el termómetro estaba rojo total y estacioné en el borde para llamar a la oficina, pero era una centralita para toda España y tras el tiempo que ya sabemos me dijeron que ya vendría la grúa para retirar el coche y luego un taxi para llevarme de nuevo a la oficina. Como yo pensaba que era un fallo del sistema de control y que al coche no le pasaba nada, pedí hablar con la oficina de Puerto de la Cruz, y me costó utilizar todas mis educados argumentos para conseguir que me pasaran con Raquel que era quien me había hecho la entrega, y me confirmó que el Audi era delicado y que quizás llevara yo razón, entonces le dije que bajo mi responsabilidad me iba a volver con cuidado de que no subiera la temperatura para que me dieran otro coche y así lo hice. Efectivamente el termómetro era un sinvivir que pasaba del máximo al mínimo en un segundo, sin que el coche estuviera haciendo ningún esfuerzo, finalmente llegué sin problemas y me cambiaron a un soberbio Skoda Kodiak de 7 plazas que funciona perfectamente.
Con casi dos horas de retraso comenzamos la excursión entrando en Icod de los Vinos pero teníamos gana de campo y seguimos a Garachico donde paramos al fin a respirar y ver el paisaje . Luego seguimos a nuestro destino que era el punto más occidental de Tenerife, la Punta de Teno, yo tan planificador no había leído nada y resulta que la carretera está cortada y no sé puede seguir salvo en una magnífica Guagua que como nos explicó Azael , el que atendía la barrera de control, pasaba cada hora. Aparcamos y esperamos un poco mientras Azael nos ilustraba de la vegetación y del mejor lugar cercano para luego comer Vieja ( Sparisoma cretense) un pescado muy apreciado.
El trayecto de 2,5 kilómetros es vertiginoso por una buena carretera con subidas, bajadas , curvas y túneles, para llegar a destino en media de un espacio natural de acantilados volcánicos abruptos con vegetación autóctona donde domina el cardón ( Euphorbia canariensis) y que merece dedicarle un tiempo que no teníamos, pues nos habíamos retrasado, eran las 14:30 ( 15:30 en la península) y teníamos hambre. Tenemos que volver en otra ocasión, aparcar en Buenavista del Norte población marinera de donde sale la guagua cada hora, subir a ella, seguir la recomendaciones de Sergio, el chófer, bajarnos en la penúltima parada y descender por un sendero costero , ver a placer la Gomera, los acantilados, la vegetación y tomar la guagua de vuelta unas dos horas después, sería una excursión magnífica.
Comimos la Vieja y papas arrugás en El Pescador, un restaurante bueno y honrado (calidad y precio), atendidos por Luis y unas magníficas camareras venezolanas con Mariel de encargada, donde también merece la pena repetir.
Un día accidentado pero bueno.