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jueves, 14 de noviembre de 2024

De OUZOUD a OUZARZATE por el ALTO ATLAS

 




Como no hay quinto malo en el mundo taurino, hoy quinto día de viaje ha sido una improvisada aventura completa. Como por culpa de la DANA ya no teníamos que ir al aeropuerto de Marrakech, optamos por complicarnos la vida yendo por un camino aparentemente derecho y hacia el sur, pero que sorprendentemente nadie recomienda, el que siguiendo la R304 y la  R307 atraviesa el Alto Atlas subiendo y bajando hasta coronar por el Col d'Azwin a 2.100 metros de altitud dejando a ambos lados cumbres de más de 3.000, algunas con nieve. 
Dicho así, alguno dirá que dónde está la aventura y efectivamente no hay nada  extraordinario en subir y bajar cerros si no fuera porque lo que empezó siendo una carretera sin pintar ni señalizar pero ancha y de buen asfalto, fue perdiendo asfalto, anchura, bordes donde además había que esquivar rocas, y cuidarse de bordes raídos que atraían hacia el vacío,  luego vinieron obras con máquinas, desvíos y estrechamientos inverosímiles hasta que el coche empezó a protestar con un STOP perentorio en el salpicadero que nos hizo temer lo peor: que nuestro viaje tocaba a su fin.
Parados en el borde y leídas las instrucciones llegamos a la conclusión de que como no había subido la temperatura del agua, posiblemente es que solo estaba bajo el nivel del agua de refrigeración . No nos fiabamos de añadir agua mineral, y entonces Cisco recordó que un kilómetro antes habíamos visto maquinaria y varios coches y pensamos que debia haber un mecánico y así fue, se llamaba Abdelkader y con soltura confirmó el diagnóstico y nos rellenó con líquido refrigerante que allí tenían. Aceptó una propina porque insistimos mucho, muy inferior al servicio que nos había prestado, pues ya sin miedo continuamos viaje.
Tras seis horas de marcha para hacer unos 220 kilómetros y sorprendernos con dos ardillas morunas que cruzaron el camino llegamos a nuestro hotel en Ouzarzate. Continuamos un poco para ver al atardecer el cinematográfico Kazar de Ait Ben Hadu. Dolorido en la cadera por un mal paso me dispongo a descansar para mañana seguir en la aventura, aunque sea despacito.

BENI MELLAL/CASCADAS DE OUZOUD




Hoy miércoles 13 tras desayunar hemos dado una vuelta por Beni Mellal, una ciudad normal de más de doscientos mil habitantes limpia y ordenada con muchos escolares a la vista aproximadamente a las 11, como si salieran a la calle  a la hora del recreo. No hay monumentos que visitar pero subimos a un mirador cercano para tener una panorámica  con su castillo y jardines cuidados.

Teniamos curiosidad por hacer un poco de carretera de montaña y reservamos hotel cerca de las cascadas de Ouzoud y aunque solo eran unos 150 kilómetros habia, curvas, pendientes, precipicios, vueltas y revueltas para dar y regalar y eso que la carretera era magnífica y nos permitió ver una impresionante tuberia que gatea por la montaña uniendo dos grandes embalses para producir energía hidroelectrica en la central de Afourer. Atravesar el abismo sobre la presa de Ouidane y ver el gran embalse como si fuera un fiordo nos fue preparando para nuestro destino, aunque antes hicimos una parada en un café en la travesía de Azilal que Cisco aprovechó para hacer algunas gestiones, y yo para comprar un poco de aceite de oliva con el que untar los bocadillos, pero claro no hay forma de comprar pequeños envases de oliva virgen en las tiendas donde lo hemos intentado, pero hoy yo estaba inspirado, he entrado en la tienda adecuada y un encargado de nombre Karim dispuesto a todo, que tras un momento de duda lo vio claro al ver a una persona bebiendo una botellita de agua, vaciamos otra  y la rellenó  de una garrafa  de aceite artesanal que alli tenia. Nos hemos tomado ya el primer bocadillo de jamón ibérico y está riquísimo. 

Las cascadas no son Iguazú pero son bellas , en otros lados hay hoteles y aqui...el HOTEL BORJ DES CASCADES, en pleno Alto Atlas, frente a las cascadas que es donde nos alojamos hoy. Hay pocos clientes y si no fuera porque es un palacio de las mil y una noches y el personal un encanto, los pasillos vacíos darían miedo, no como en El Resplandor, pero me recordó al mítico hotel Cataratas de Aswan frente a la isla Elefantina del Nilo que visitó Agatha Christie en 1937 e incluyó en su novela Muerte en el Nilo. 

El día lamentablemente no ha acabado bien pues la DANA que azota Andalucía impide que mañana se incorporen a nuestro viaje Esther y Puerto que íbamos a recoger al aeropuerto de Marrakech, una pena y espero  que no haya muertos y que todo el mundo sea prudente ya que está vez sí nos han avisado. Suerte para todos.