Dag
Hammarskjöld, un pacifista convencido y discreto funcionario sueco, era
secretario general de la ONU desde abril de 1953 en plena guerra fría y le tocó
lidiar con el conflicto de Katanga, la provincia más rica de la recién creada
República del Congo, que se declaró independiente con la ayuda de occidente, en
defensa de los intereses capitalistas mineros que se veían amenazados por la
corriente nacionalizadora de los nuevos estados africanos contra los abusos
coloniales que pretendían perpetuarse. Comenzó así una sangrienta guerra contra
el gobierno legítimo, que Dag intentó parar con todas sus fuerzas viajando cuatro
veces a la zona de conflicto hasta que el 18 de septiembre de 1961 murió en
accidente de aviación. Hoy sabemos que su avión fue derribado posiblemente por “los nuestros” en el contexto de una guerra
por delegación en el conflicto capitalismo-comunismo por el dominio del mundo,
los africanos ponían los muertos y los poderosos el armamento. Hoy echo de menos ese coraje de los líderes a
favor de la paz en la guerra de Ucrania, una más de las guerras por delegación que
sacuden al mundo desde que las potencias
nucleares no pueden enfrentarse directamente. La lista es interminable: Corea,
Vietnam, Afganistan, Cuba, Angola, Biafra, Cachemira, Somalia,Yugoslavia, Irak,
Sudán, Yemen, Libia, Siria, Sahel,… y continuará creciendo hasta que alguien
pulse el botón maldito y no nos quede más opción que despedirnos de la vida…besándonos el culo.
No soy
un pacifista pero creo que todos los conflictos tienen solución de forma
pacífica, aunque estén muy enconados, como es el caso. Creo que La OTAN no
debió crecer tan rápido tras la caída de la URSS, ni la UE aceptar tan rápido a
los países limítrofes con Rusia, que no hacen más que crearnos problemas, ni
debimos dejar sin respuesta la invasión rusa de Crimea en 2014 que envalentonó
al expansionismo ruso. A la vez defiendo la obligación de la Unión Europea de
ayudar a Ucrania a defenderse, pues está claro que la Rusia de Putin quiere
reconstruir el área de influencia europea que conquistó tras la derrota nazi y
si no queremos luchar mañana contra los tanques rusos en Polonia y los otros
países bálticos, no podemos dejar indefensos a los ucranianos, hasta que sea posible
convencer a Putin de que esta guerra no la va a ganar y se siente a negociar el
fin de su ataque a Ucrania, pues aunque es verdad que tiene más bombas atómicas
que nadie y mucho petróleo, gas y territorio, ni tiene capacidad industrial suficiente
para luchar indefinidamente, ni su ejército es lo que parecía.
Putin
y gran parte de los rusos creen que Ucrania es tan rusa como la península de Kola y que nunca
debió de ser un estado independiente
pues es un pueblo hermano, son las cosas que construyen los nacionalistas pero
que se aferran profundamente a las mentes hasta que se hace un sentimiento,
como explica muy bien Wang Xuzhen,
humilde pescador chino del río Amur,:“una vez hermano pequeño, siempre hermano
pequeño”.
Ante la
inoperancia de la ONU y el resucitar de los halcones USA y europeos que solo
parecen creer en la derrota militar de
Rusia, como si eso fuera posible, sin preocuparles los 19 millones de
refugiados ucranianos, los miles de muertos y los terribles daños que la
invasión ya ha producido, yo si creo que es la hora de hablar de alto el fuego
y en ese sentido apoyo la iniciativa China contenida en el documento publicado
por su ministerio de asuntos exteriores el pasado 24 de febrero a las 9 de la
mañana, hora de la Unión Europea, que son las 16 horas en China y que sabemos
fue conocida por Rusia el día anterior, por lo que todo indica que no la
rechaza. He tenido que buscar un poco para encontrar el texto completo del
documento titulado “ Posición de China sobre la solución política de la crisis
de Ucrania”, porque los medios occidentales
en vez de informar de ella se han encargado de descalificarla y
finalmente la hallé en la web del gobierno chino donde está en chino, ruso, inglés,
francés y español. En sus doce puntos resumidos en1.046 palabras se encuentran
las claves para parar la guerra con un alto el fuego y el inicio de unas largas
conversaciones para llegar a un acuerdo de paz, pues parte de reconocer el derecho a
la integridad territorial de todos los estados, el cese de hostilidades inmediato, reanudar conversaciones, resolver la crisis
humanitaria, etc. Claro que no humilla a ninguno de los beligerantes pues se
trata de parar la guerra y sentarlos a negociar y desde luego no merece el desprecio
de los portavoces norteamericanos y de la OTAN belicistas convencidos y
que siguen afirmando que: “No hemos
visto que China envíe armas a Rusia, pero hemos visto síntomas de que considera
hacerlo” que me recuerda a la mentira de la armas de destrucción masiva en Irak
para justificar la segunda invasión.
Borrell, al que nadie puede acusar de paloma, ha sido prudente al afirmar que contiene elementos interesantes como el no recurso a las armas nucleares, el intercambio de prisioneros o los acuerdos del grano. Veremos si funciona, pero creo que China es la única potencia con capacidad de sentar a Rusia a negociar, pues tiene 4.200 kilómetros de frontera con ella, ahora solo falta que occidente de un paso adelante y sin dejar de armar a Ucrania dé una oportunidad a la paz.