En un metro moderno y un tren de cercanías viejo y atestado hemos llegado a la estación de Ercolano Scavi, la más cercana al parque arqueológico que es pequeño comparado con Pompeya pero que tiene suficientes edificios y calles originales para hacerse una idea exacta de cómo era una ciudad romana de hace dos mil años.En la puerta una pequeña manifestación de COBAS, un reciente sindicato anticapitalista,con sus banderas, una de ellas con hoz y martillo, A las dos horas estábamos saturados de ver pavimentos , aceras, pinturas, atrium, triclinium, hortus...y decidimos tomar un bus el Vesuvio Exprés que desde la estación te lleva a la entrada al parque del volcán. Los trayectos son espectaculares y te permiten ver la bahía de Nápoles en toda su amplitud y belleza confiando en que el conductor es un perito en curvas y estrecheces y en el código bocinero que sin duda es clave para que no haya choques. Luego, muchos emprenden el resto de la subida de un kilómetro cuesta arriba,...andando. Nosotros nos abstuvimos porque hacía mucho viento y una niebla que no nos iba a permitir ver más de lo ya visto. Regreso al hotel y por la tarde paseo por la Vía Toledo, el eje indiscutible de la vida ciudadana. Una cena de pizzas y frituras en PIZZERÍA Y TRATTORIA DA MIMÍ en vía Speranzella,113, que vimos el día anterior lleno de lugareños y sin decoración para turistas. Como solo habíamos almorzado un tentempié, fuimos los primeros clientes a las 19 horas pues el horno de leña ya estaba listo. Bueno y barato. La calle es el espectáculo con banderas de el Napoli y de Maradona, músicos callejeros y motoristas hábiles sorteando viandantes. Un buen helado y una infusión fue el fin a las 21.
