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domingo, 3 de noviembre de 2024

TRAS EL DESASTRE...REPONER LO PERDIDO

 


A la vista de lo que sabemos hoy, tengo claro que la mayoria de los muertos podrían haberse evitado si la población afectada hubiera sido avisada con tiempo y estuviera entrenada para saber que hacer en un desastre como el sufrido. Tiempo habrá para aprender la lección  y para que asuman responsabilidades los dirigentes que no estuvieron acertados, pues ha quedado claro que la AEMET si acertó en sus pronósticos y avisó varias veces  con tiempo . Ahora lo que toca  es encargarse de atender las necesidades urgentes de los damnificados, con la ayuda  principalmente de servidores públicos y también de voluntarios que están proliferando y que deben ser organizados para que su esfuerzo no sea inútil.

Hará falta mucho dinero para reparar lo dañado que ha sido mucho y  para que pueda recuperarse la situación anterior al desastre. Lo tendremos que pagar entre todos con nuestros impuestos, sobre todo lo referente a las infraestructuras comunes destrozadas, imprescindibles para recuperar la normalidad,  y ejerciendo la solidaridad  con los ciudadanos que lo necesiten; no podemos  olvidar a los que lo han perdido todo y no tienen para reponerlo. 

Sin embargo yo creo que cubrir los riesgos que nos pueden afectar a nosotros o a nuestros bienes es también una obligación personal.  Claro que casi nadie tiene un fondo económico de reserva suficiente para cubrir los daños de unas riadas como estas,  el incendio de la vivienda, o el robo de objetos o las lesiones que nuestro querido perro pueda hacer a alguien, o los terribles daños que podemos provocar en un accidente de tráfico del que seamos responsables y necesitamos tener pólizas de seguros que cubran las diferentes contingencias que puedan ocurrir. En el caso de los vehículos a motor es una obligación legal pero no los es en otro tipo de bienes que si perdiéramos nos resultaría muy difícil reponer.

 Un seguro de hogar elemental  sobre el valor real del continente y contenido  supone una prima anual inferior al uno por mil de  dicho valor real, aunque supongo que con la proliferación de desastres climáticos subirán. En España cuando el siniestro es de esta magnitud, la cobertura del mismo es asumida por el CONSORCIO DE COMPENSACIÓN DE SEGUROS y no por la  compañia con la que tuvieramos la póliza.

En España tenemos la suerte de que este modo de reaseguro es público es decir que cuando las pérdidas son derivadas de  acontecimientos extraordinarios y fenómenos de la naturaleza tales como terremotos, volcanes, inundaciones o caídas de meteoritos existe ese Consorcio que es una entidad pública empresarial  adscrita al Ministerio de Economía que se hace cargo de lo que desbordaría sin duda a las compañías privadas aseguradoras y que por mi experiencia actúa con gran diligencia. Así pasará en Valencia, claro que solo con los que tienen los bienes asegurados.

En otros países europeos que conozco, este reaseguro es privado  y más rácano que el sistema español. El Consorcio se financia con un  porcentaje(algo más del 10%) de todas las primas de seguros concernidas. En los últimos años viene a ingresar unos mil millones de euros anuales y normalmente quedaban remanentes importantes que se van acumulando por si hay más catástrofes. Seguramente este año será necesario acudir a las reservas que tiene y que son cuantiosas y  para mí que  el cambio climático agravará estos riesgos extraordinarios.

En definitiva es un sistema público que financiamos los asegurados  y que nos atiende cuando es necesario, por eso recomiendo vivamente que todos tengamos seguros actualizados de lo que dependerá la cuantía de las compensaciones que serán relativas a los daños sufridos valorados por un  peritaje independiente. Es un sistema que lo financian solo los posibles beneficiarios y no le cuesta nada a los demás.  A los gobiernos  le queda una tarea inmensa porque  tendrán que atender todo lo demás, que será mucho, sobre todo los daños a las infraestructuras. Así que revisar vuestros seguros y actualizarlos para que cubran el valor real, pues aunque suponga pagar unos euros más, merece la pena.