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jueves, 23 de abril de 2020

CUARENTENA. DÍA 40+2 "DESPRECIABLES CARROÑEROS 1"

JUEVES 23 DE ABRIL DE 2020
La foto alegórica de hoy la hice en Doñana por la tarde del 21 de noviembre de 2018, este precioso ejemplar de buitre no tiene la culpa de la mala fama  que tienen los carroñeros cuando es un modo natural de alimentarse que tan necesario es para la salud general de los ecosistemas que habitan.
Estas notas de mi diario están dedicadas a esos despreciables seres humanos, o al menos con apariencia de tales, que aprovechan las desgracias ajenas para su beneficio o el de su causa. He puesto en el título  que es una primera entrega  porque me temo que hay mucho especímenes en esta categoría que se merecen una mención, incluso alguno un capítulo en exclusiva y por eso este va dedicado solo a los independentistas carroñeros que es una subespecie muy nutrida con muchos representantes ahora en la comunidad autónoma de Cataluña.
Hoy en titulares de prensa, el ínclito e "independiente" Joan Canadell, presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, espeta: "España es paro y muerte, Cataluña es vida y futuro", sumándose a la tesis delirante del innombrable "molt  honorable president de la Generalitat de Catalunya" que lleva "erre que erre" con esa  pamema desde que el gobierno de España  con la aprobación del Congreso de los Diputados decretó el  estado de alerta el 14 de marzo, tras la declaración de pandemia por la OMS el día 11.
Pues bien ellos dos y todos los que se le sumen son unos carroñeros, cobardes, que fueron incapaces en su día de hacer lo que debieron si tan seguros estaban de que había que tomar medidas más duras de confinamiento y además, antes, mucho antes. Y lo son, primero porque usan argumentos falsos y manipulados de comparaciones imposibles con Grecia, que debe ser la que más conviene a su tesis, y segundo porque si tan independentistas y "valientes" son que  fueron capaces de hacer un referendum ilegal e incluso una declaración ilegal de independencia, podían haberse atrevido a tomar esas medidas tan necesarias  en el uso de sus competencias sanitarias habilitados por el artículo 26 de la Ley 14/1986 General de Sanidad que literalmente dice:"En caso de que exista o se sospeche razonablemente la existencia de un riesgo inminente y extraordinario para la salud, las autoridades sanitarias adoptarán las medidas preventivas que estimen pertinentes,..., y cuantas otras se consideren sanitariamente justificadas", pues podían haberlo hecho legalmente ya que ellos eran la autoridad sanitaria hasta el 14 de marzo, como en las otras comunidades autónomas sus respectivos gobiernos. Y esto es tan así que de hecho el Real Decreto del estado de alarma   en su disposición final primera  ratifica todas las medidas que al respecto hubieran tomado las comunidades autónomas y las entidades locales, pues hasta estas podían haber adoptado medidas de confinamiento en sus áreas competenciales.  Hace falta ser muy despreciable para después de no haber hecho nada en previsión de lo que según ellos era claramente previsible,  ni haber comprado  en dos meses, que según ellos la cosa ya estaba clara antes, una reserva estratégica de material para  su personal sanitario, ni haber controlado, ni preparado en esos dos meses las residencias de ancianos de Cataluña, ni haber reforzado su sistema público de salud debilitado por sus  recortes, venir ahora a quejarte de lo que hace el que tiene el coraje de asumir la responsabilidad cuando ya no queda más remedio, carecen de credibilidad para hacer ninguna crítica.
Ya sé que no todos los independentistas son carroñeros y mucho menos despreciables,  algunos ya se han desmarcado de estos  graznidos, yo sólo me refiero hoy a los dos cobardes mencionados y claro a los que los apoyan.
Acabo, hoy día del libro  y de Cervantes,  con  un poco de esperanza que encuentro en el capítulo XVIII de EL QUIJOTE:
 "Sábete, Sancho, que no es un hombre más que otro, si no hace más que otro. Todas estas borrascas que nos suceden son señales de que presto ha de serenar el tiempo y han de sucedernos bien las cosas; porque no es posible que el mal ni el bien sean durables, y de aquí se sigue que, habiendo durado mucho el mal, el bien está ya cerca".