MIÉRCOLES 27 DE MAYO DE 2020
Hoy me tocaba cumplir años con pocas ganas de nada, pero finalmente he tenido que celebrar algo extraordinario y es que desde ayer tarde están mis dos nietos mayores de nuevo en casa, pues sus padres están muy ocupados laboralmente hoy y, aunque estamos guardando las distancias, que duda cabe que hacerles las comidas y un poco de atención a ellos actúa como el mejor lenitivo contra la amargura o el decaimiento; al mediodía nos ha visitado el otro nieto, el pequeño, con sus padres, derrochando actividad y simpatía, así que el día va desarrollándose bien. No debo tomar pasteles y en mi familia a casi nadie le gustan, así que la foto es de 2014, y ese problema que nos quitamos, porque algunas veces, yo me he comido la tarta entera.
Cumplir años está muy bien, aunque es una celebración pasiva que no tiene mucho mérito y es verdad que está al alcance de cualquiera pues basta con dejarse llevar y si acaso recordar a los demás que es el día para que te lluevan felicitaciones y más ahora con la facilidad de las comunicaciones.
He perdido interés por la actualidad política que está endiabladamente mal y que espero sepan resolver los que tanto están contribuyendo a estropearlo todo con la estrategia de la crispación que es el nuevo paradigma de la política y que tan bien explica hoy en El País, Joaquín Estefanía en su artículo titulado LA LEALTAD POLÍTICA de la que carecen la mayoría de los actores políticos, que no es que estén crispados por algo y nos crispan a los demás sino que tienen esa única estrategia política: "La estrategia de la crispación es el desacuerdo permanente y sistemático sobre toda iniciativa, propuesta, gesto, decisión o actuación del otro, presentados desde la parte adversaria como un signo de cambio espurio de las reglas del juego, incompetencia, electoralismo, carencia de proyecto, corrupción, revanchismo, oportunismo..., y en última instancia como una amenaza a la convivencia, al imperio de la ley, la Constitución, los valores establecidos o el consenso democrático. En este tipo de estrategia deliberada predomina la negación del adversario y de su legitimidad". En una estrategia digna del mejor Goebbels, aunque sus antecedentes próximos están en la derecha norteamericana de los que sin duda son seguidores destacados.
Para mí es una estrategia tan repulsiva y que tanto daño nos hace, que desprecio a todos los que la usan y que incluso han acentuado aprovechando que estamos en la peor crisis de nuestras vidas, como si su supervivencia política mejorara con nuestra muerte. Estos carroñeros hacen tanto daño y me producen tanta desesperanza, porque no es que tengan otra política que ofrecer salvo la de crispar y provocar la dimisión del gobierno ahora, justamente ahora, ejerciendo hasta el límite su deslealtad política con los españoles, han llegado a convencerme que lo mejor para mí sería que se murieran todos, en la seguridad de que los nuevos que vinieran no podrían ser peores.
Muchas gracias a todos por vuestras felicitaciones animosas y que también vuestro día haya sido bueno.
