Powered By Blogger

sábado, 16 de mayo de 2020

DÍA 65 "ISLANDIA"

SÁBADO 16 DE MAYO DE 2020
En 1989, cuando sólo tenía 37, años pasé la segunda semana  de agosto en Islandia acompañando a la mujer más guapa del mundo, íbamos a un lugar mítico para los dos,  desde que estudiamos Geología. Habíamos aprendido que esa isla  de origen volcánico reciente se había generado con los materiales procedentes de la fricción permanente y más o menos brusca entre las placas americana y europea de la corteza terrestre,  que se encuentran en lo que llamamos la dorsal mesoatlántica que como su propio nombre indica está en medio del Atántico y que allí es visitable.
Entonces no era común este viaje, no había vuelos directos desde España y eran muy caros, pero ese año encontramos una oportunidad  porque la compañía Icelandair abrió una línea trasatlántica que unía Luxemburgo con USA, un día con Chicago y otro con Orlando, para visitar Disney World, con escala en la base militar  norteamericana de Keflavik donde habían construido una moderna terminal de pasajeros. Sacamos los billetes, alquilamos un fiat uno y un talonario de 7 noches de alojamiento que se irían reservando sobre la marcha una vez estuvieramos allí. Desde Sevilla fuimos en avión a Bruselas y nos alojamos en la preciosa casa de nuestros hermanos Juan y María del Carmen que trabajaban en la Comisión Europea y que era parada y fonda  gratuita de toda la familia y amigos cuando ellos estaban y cuando no.
Ibamos vestidos de verano y con ropa de invierno en las maletas, dejamos parte de la ropa en la casa y en su lugar añadimos 24 latas de cerveza y un kilo de cacahuetes fritos que nos pareció lo más importante dado el precio del alcohol en la isla. En autobus nos fuimos hasta la estación de ferrocarril donde tomamos un tren tipo media distancia a Luxemburgo, tras un trayecto muy bonito de casi tres horas que atraviesa Las Ardenas, llegamos a la capital del gran ducado y ya en taxi, fuimos al aeropuerto. 
El avión, un Boeing 767 de 300 plazas, iba lleno de islandeses, grandes y muy ruidosos que nada más despegar empezaron a tomar cervezas, sin  medida, a las que añadían botellines de ginebra, vodka, ron o lo que fuera quedando, hasta que  próximos a aterrizar, nos avisaron que había vientos racheados y vaya que si que los había, el avión oscilaba  peligrosamente y el silencio era denso, pero una vez el piloto consiguió poner las ruedas en la pista," los borrachos" estallaron en aplausos, risas, cantos y gritos de alegría. La terminal era un edificio moderno y precioso, bien organizado y rápidamente encontramos el mostrador donde nos dieron el coche y el talonario  y reservamos la noche de ese día en Reikiavik y la del último día ya cerca del aeropuerto, en un hotelito usado por las tripulaciones.
Llegamos al hotel la primera noche y el baño olía a huevos podridos, tanto que estuvimos  a punto de llamar a recepción, menos mal que lo pensamos un poco y comprobamos que olía más cuando se abría el agua caliente y concluimos que era porque usaban agua termal  con mucho sulfuroso, una de las muchas singularidades de  esta isla que nos encantó, la foto es de la cascada de Gullfoss. Nos encantó todo, salvo la comida que era mediocre, y sobre todo el espíritu comunitario que había, si te parabas en medio del campo si pasaba algún coche paraba siempre a preguntar si te hacía falta algo, imprescindible en una época sin móviles, aunque allí todos los coches vimos que tenían emisoras de radio. Estando en una gasolinera en un  cruce de caminos en el noroeste, el empleado nos preguntó a dónde ibamos y tras responderle nos digo que entonces teníamos que llevar a una pasajera que estaba sentada por allí,  y luego  nos enteramos que es la costumbre.
En busca de aventuras  ibamos a hacer una travesía por el glaciar Snaefellsjokull, que era donde estaba la entrada al centro de la tierra en la novela de Julio Verne, para lo que  fuimos a dormir a Olafsvik, una pequeña ciudad pesquera  de mil habitantes y nos alojamos en una residencia de pescadores  transeúntes. El lugar  estaba enmoquetado y olía a pescadores  recién llegados. Nos llamaron la atención una fotos de los años 20 con signos de pobreza que nos chocó mucho y nos informaron que en esa época los franciscanos tenían una misión allí donde daban de comer a los niños. 
Cuanto había cambiado todo y como  habían sabido utilizar su riqueza sobre todo su posición estratégica en beneficio de los islandeses. Al día siguiente había una fuerte tormenta en el glaciar y se suspendió la excursión por lo que nos volvimos hacia Reikiavik costeando, aunque hacía un viento de mil demonios pues el camino de macadan transcurría entre la costa y unos acantilados basálticos desde los que caían abundantes cascadas, una de ellas nos llamó especialmente la atención pues el viento era tan fuerte que el agua en vez de caer se elevaba, asi que decidimos entrar por un carril hasta una explanada en su base, una vez allí descubrimos una casa de madera al pie del acantilado y nos acercamos a preguntar; era una pareja de una islandesa y un egipcio que se habían conocido en Mallorca, él era de Heliópolis, en el delta del Nilo, y técnico lácteo, hablaba un magnífico español y estuvimos unas tres horas charlando, bebiendo y charlando con ellos y nos explicaron todo lo que fuimos capaces de preguntar.
Lo que más nos llamó la atención es que hasta las iglesias, a las que no vimos que fuera casi nadie,  eran del estado y salvo la gran catedral de la capital en los demás sitios eran unos edificios modulares de una, dos, tres, cuatro y hasta cinco ventanas dependiendo del tamaño de la población, pues había una en cada uno de los 69 municipios, luego que la policia dependía de unos 26 gobiernos locales ,tipo diputaciones y finalmente había un Parlamento(Althing) con 63 senadores que elegía al gobierno y por encima un presidente de la República que entonces era  ya una  presidenta que a la vez era la jefa de la iglesia luterana.
Por eso no me extrañó que cuando apareció el primer caso de COVID-19 tomaran medidas rápidas y drásticas, pues es una población con un  alto espíritu comunitario, de vuelta de la dura recesión que sufrieron en 2008 por la quiebra de los bancos privados donde medio mundo había metido sus ahorros para  pagar menos impuestos  y que supuso la ruina de muchos islandeses pero sobre todo de los de fuera. Su estado se quedó con la banca que fue nacionalizada y reforzaron los servicios públicos. Los buenos resultadosm un poco peores que los Melilla, son los lógicos dado el control total que tienen de toda la población que al completo está estudiada genéticamente por la empresa deCODEgenetics,  ahora filial de la multinacional USA AMGEN, con la financiación pública para luchar contra la gran frecuencia de anomalías genéticas derivadas del alto grado de endogamia y que se ha hecho cargo de las pruebas, que ahora pretenden vendernos a todos. El problema será que casi no ha habido inmunización  de la población  y no podrán tener turismo, bueno un poco como nos pasará a todos. Les deseo mucha suerte, aunque creo que su gobierno se equivocó y debía de haber seguido el ejemplo sueco y no el danés