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martes, 27 de febrero de 2024

12 MENORCA, HASTA PRONTO

 





El domingo 25 de febrero fue el último día de este viaje: Salimos temprano del hotel Almirante Farragut de La Cala en Blanes, dónde todo estuvo bien pues tiene un personal amable, atento y suficiente como para conseguir que siempre esté todo limpio, cambiando de manteles todas las veces que sea necesario. La comida del bufet, era abundante y en su estilo estaba bien, ensaladas y frutas no faltaban. Algunos platos estaban muy ricos: conejo a la sevillana, caldereta de cordero, fideuá... y un excepcional aceite mallorquín.
Era un día frío y ventoso, aparcamos en el muelle de Maó y subimos en el ascensor al antiguo mercado donde solo estaba  abierta una cafetería. Paseamos en busca de un kiosko de prensa abierto en el centro para comprar El País  y tuvimos que buscar una gasolinera lejana. Estábamos haciendo tiempo para asistir a misa  de once con el objetivo de oir el magnífico órgano de Santa María y así sucedió, pero   fue demasiada misa para tan poca música, pues el órgano solo era un suave acompañamiento para los cantos litúrgicos que ahora se estilan y que  como decía mi nieto Juan: "no me encantan". Para los que sean solo aficionados a la música merecerá la pena si es un concierto que hay a las 13 horas, todos los días, salvo domingo, de mayo a octubre al módico precio de 5 €.
En el hipódromo de Maó hay carreras  de trotones todos los domingos a partir de las 13,30 y allí nos fuimos para verlas, aunque  hacía mucho viento me encantó la experiencia y si al llegar hubiera reservado mesa en el comedor el día habría tenido un buen remate pues el menú tenía muy buena pinta, la  próxima vez será.
La devolución del coche fue impecable  pues como en todos los sitios, hay un personal atento y competente y por ello recomiendo  a la empresa AUTOSMENORCA/OwnersCars. El regreso  en avión también estuvo bien,  pues el grupo del Imserso siempre estuvimos acompañados por personal de las agencias que gestionan este programa de viajes para jubilados y los que necesitaban ayuda especial la tenían.  Creo que una vez al año intentaré hacer un viaje de este tipo pues te permite conocer como somos los viejos españoles de educados y razonables.
Parafraseando a Carlos Castilla del Pino, yo diría que: "Menorca tiene identidad sobrante", como Andalucía y los menorquines como los andaluces no tienen ninguna necesidad de exagerar sus diferencias con los demás pueblos, pero las tienen y muchas. Empezando por su manera  peculiar de hablar el catalán que difiere entre las poblaciones de la parte oriental con Maó a la cabeza, con  la occidental hablado en Ferreries y  Ciutadella , reflejando la pugna histórica entre ambas zonas. Uno observa a poco que se fije que los menorquines se sienten tan españoles como nosotros, sin alardes. 
El peso del turismo veraniego con ser importante no la ha transformado en un parque temático, la isla está ocupada por menorquines que tienen muchos oficios diferentes y que tienen un poder adquisitivo medio y no se aprecian grandes diferencias sociales. Todo está  limpio, las ciudades por supuesto y en el campo no se ven ni escombros ni plásticos,
 Como viajero me gusta descubrir lo que haya de peculiar en los sitios que visito y Menorca  fuera de temporada da para mucho. Hasta pronto, que en Semana Santa Londres será el próximo destino en compañia de mi nieto Eduardo.