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domingo, 29 de marzo de 2020

CUARENTENA. DÍA 17 "COMPARTIR"

DOMINGO 29 DE MARZO DE 2020
Hoy no estoy bien, seguramente porque me siento un poco desbordado por trabajos que me han pedido varios amigos y que ellos saben que me encanta hacer,  se trata de revisar sus escritos para ayudar a mejorarlos, cosa que otras veces yo les pido  ellos. El caso es que no he tenido ocasión de ponerme a escribir el diario hasta las 20 horas, un poco desorientado pues noto en la luz que hemos perdido una hora. Para colmo, cuando casi había acabado,  se me ha borrado todo lo escrito; además me he equivocado en las teclas que hay que tocar para recuperarlo, un desastre que me obliga a volver a empezar, que era exactamente  lo que me faltaba para rematar el día.
Me han hecho llegar una interesante "nota sintética" sobre la gripe de 1918 en Córdoba  escrito en 1919 por  el inspector provincial de Sanidad; en aquella pandemia  que provocó oficialmente en la provincia la infección de 74.394 personas de un censo de 498.632 y la muerte de 2.749  hubo, como ahora,  errores de las autoridades y de los médicos, discrepancias entre políticos e imprudencias de algunas personas y aunque hay similitudes destacan algunas diferencias fundamentales, basta leer este texto que entresaco:
"La clase social que ha dado mayores cifras de morbilidad y mortalidad ha sido por lo general, la jornalera, debido sin duda alguna,  a los vicios, a la escasez de recursos, a las malas condiciones higiénicas de promiscuidad  y hacinamiento en que vive, a la deficiente asistencia médica, a las imprudencias que por incultura en nociones de higiene voluntariamente o forzadamente suele realizar sobre todo en los caso graves, etc."
La primera  diferencia salta a la vista y es que han mejorado  mucho las condiciones de vida de lo que él llama clase jornalera, aunque queda mucho por mejorar sin duda, la segunda diferencia  no está en este texto pero se refleja en otros párrafos y es la debilidad del servicio público de salud entonces si lo comparamos con el que tenemos hoy. Si, es verdad que muy debilitado por los recortes pero con capacidad, gracias a la entrega y el sacrificio del personal sanitario y auxiliar de otorgar una oportunidad a quienes enfermen, esta es la verdad y eso se llama COMPARTIR, si  porque sin duda están yendo más allá de lo que recomienda la profesionalidad  y poniendo en riesgo su propia salud y la de los suyos en un ejemplo de entrega del que todos debemos aprender para COMPARTIR más. 
COMPARTIR  no es dar lo que te sobra  o de lo que tienes mucho, eso sería dar limosna, por eso me resulta chocante la campaña  de agradecimientos a algunos donantes famosos y empresas que se están limitando a donar de lo que tienen mucho, mucho más de lo necesario, sin que ello les suponga ningún sacrificio, es más pudiera ser, sin que yo crea que esa sea su intención, que obtengan un beneficio al final en su cuenta de resultados, pero de eso no voy a hablar hoy.
La foto de hoy la hice hace un mes en mi jardín y la curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala) que veis sigue posando en la misma percha todos los días,  creo que tiene su nido en el seto que limita con el vecino del sur o  al lado, en un maravilloso madroño (Arbutus unedo).
Terminando, que es gerundio, conozco personalmente decenas de casos de personas que están compartiendo  todo lo que tienen con los cercanos y con los que no están tanto, por ejemplo mis hijos nos traen lo que necesitamos y por eso nuestro confinamiento físico está siendo absoluto. Estoy seguro que hay infinitamente más que también lo hacen  por cariño, solidaridad, humanidad o caridad cristiana a cambio de nada y a veces con riesgo; esos, para mí, merecen más el reconocimiento social.
Mañana será mejor o al menos, otro día.