Hasta hace poco tiempo creía que no podrían ofenderme las ofensas de personas que no puedo apreciar porque no me respetan, pero el artículo de hoy de Antonio Muñoz Molina en El País GOLPE A GOLPE DE ESTADO me ha vuelto más sensible.
Para los que creen ahora que el gobierno ha dado un golpe de estado más grave que el del 23 de febrero de 1981, dedico el final del artículo referido: "Quienes lo prepararon, lo alentaron, quienes lo habrían servido en calidad de esbirros o de carceleros y matarifes si hubiera triunfado, usaban el mismo lenguaje de patriotería apocalíptica que se ha vuelto a escuchar ahora en el Parlamento, en las tertulias extremistas, en las calles de Madrid. Sobre la solidez de este Gobierno y la lealtad de sus precarios aliados nadie puede hacerse muchas esperanzas. Pero quien vivió en persona una dictadura se siente ofendido cuando oye llamar tranquilamente dictadura a este tiempo que ahora vivimos. Los que llaman golpe de Estado a la formación de un Gobierno nacido de unas elecciones escrupulosamente libres y de una mayoría parlamentaria son del mismo linaje de aquellos que estuvieron a punto de devolvernos a la barbarie de la tiranía en aquellos años de mi primera juventud, cuando casi nadie pensaba que la libertad recién ganada pudiera durar mucho tiempo".
Yo soy un poco más viejo que AMM, tengo memoria de lo que es una dictadura y me siento también ofendido.
