Los Miuras son toros difíciles de torear porque son altos, embisten, derrotan, aprenden rápido y no son fáciles de dominar, hay que saber mucho para hacerles una faena, pero buenos toreros se las han hecho y vivieron para contarlo. Pedro Sánchez ha sido derrotado en unas elecciones en las que no se ha presentado, pero en las que él ha tenido un claro protagonismo aceptando el reto que le planteaba la derecha encabezada por el PP que con la ayuda de la Brunete mediática y sus ayudantes, habían transformado unos comicios locales y regionales con miles de candidatos y candidaturas, en la primera vuelta de la "derogación del sanchismo" que obviamente solo se podrá producir tras unas generales.
En los tendidos del ruedo ibérico ya se relamían pensando en los seis meses de suplicio a los que iban a someter al presidente al que ya veían como un toro pegado a tablas al que no pararían de asetear con banderillas y dando derrotes defensivos a diestro y siniestro, mientras los "barones" del PSOE como perros de presa se le lanzaban al cuello para disimular sus propios fallos y con un gobierno desgastado por las luchas cainitas e infantiles que desangran a la izquierda de los socialistas, por no ser capaces de presentar un frente electoral unido que tan necesario hubiera sido el 28 de mayo.
Nadie lo vió venir y al que consideraban como un toro a punto de morir, resulta que es un torero capaz de torear al miura aparente ante el que se encuentra. Como un buen torero ha evaluado rápidamente la situación y se ha dado cuenta como hay que torear que es cogiendo la muleta con firmeza y si es necesario agarrando el toro por los cuernos.
Pedro Sánchez al convocar elecciones deja de ser la víctima y vuelve a ser protagonista de la escena en medio de un escenario que para nada es desesperado, pese a que hasta "los escasos amigos mediáticos" juzgan como varapalo una pérdida de 400.000 votos de casi 7 millones que sacó el PSOE en las municipales de 2019, apenas una bajada del 5,7%.. La derecha es verdad que consigue avanzar de 8 millones de votos a 9 y además cuenta ya con la renuncia de Ciudadanos que prácticamente han absorbido el 28 de mayo, pero si frente a esos 9 millones de votos vemos que el bloque que apoyaba al gobierno suma en miles de candidaturas en estas elecciones locales 13 millones, no parece descabellado considerar que si la izquierda que intenta liderar Yolanda Díaz se une y es la tercera fuerza política se puede reproducir e incluso mejorar el resultado de las elecciones de noviembre de 2019, teniendo en cuenta que los nacionalistas vascos y catalanes no pueden pactar con el PP apoyado en Vox.
Esto, creo yo, es lo que vió Pedro Sánchez en la noche electoral, que para nada es el cuento de la lechera, es más si se consigue subir la participación en esas fechas veraniegas pudiera ser que la victoria sea más amplia. La izquierda se está moviendo rápido pues tiene una semana para llegar a un acuerdo que yo creo que es más fácil ahora, bajo presión, que antes. El PSOE siempre está listo y dispuesto a luchar si alguien está al mando. Percibo en los militantes socialistas esperanza que es la clave para el éxito. Ya solo falta ser capaces de transmitir todo lo que ha hecho este gobierno: buena gestión economica y de empleo, avances decisivos y mejoras indiscutibles para las personas que corren peligro con una derecha que no tiene más programa que "derogar el sanchismo", bajar los impuestos a los ricos, bajar las pensiones, recortar en sanidad y educación pública.... ¿Quién dice que estamos derrotados?