JUEVES 28 DE MAYO DE 2020
Ayer pasé un buen día de cumpleaños, acompañado de toda mi descendencia en persona y de la familia y amigos a través de los teléfonos y las redes sociales. Escribía ayer sobre la estrategia de la crispación sin haber oido a Iñaki Gabilondo temprano y muchos menos haber presenciado el espectáculo parlamentario que sucedía en la mañana mientras yo trataba de ser feliz aplicándome todos los lenitivos que tenía a mano. Lo de Iñaki se ha convertido en costumbre, no lo oigo nunca en directo y salvo en algunas ocasiones si leo algún comentario sobre lo que ha dicho, lo escucho a posteriori, y es que no quiero que me influya en lo que voy a pensar en el día, pues a veces tenía la sensación de que me había leído o que incluso adivinaba mi pensamiento; ahora no lo oigo, escribo lo que pienso influido obviamente por lo que leo y cuando lo escribo y publico, sé que ya si puedo oir a Iñaki, nunca leerlo y comprobar el grado de coincidencia que tengo con él que suele ser alto, salvo excepciones pues los dos tenemos diferentes filias y fobias.
Si hace ya casi media vida prometía una serie sobre los carroñeros, hoy, una vez que afortunadamente hay menos cadáveres, me voy a centrar en los políticos o personajes que más daño nos están haciendo ahora, que son LOS CRISPADORES, no los que se crispan de vez en cuando por algo y saltan, sino por los que no saben hacer otra cosa que echar leña a la pira de la crispación, aquellos que participan de la estrategia que ayer describía con la palabras prestadas de Joaquín Estefanía.
Me refiero a esos que crispan para obtener beneficios, esos que cuando los ciudadanos empezamos a ver algo de luz en el túnel y queremos que se pongan de acuerdo para recuperar la economía, la vida española y prepararnos para afrontar lo que venga que sigue siendo muy incierto. Queremos el acuerdo porque es absolutamente necesario, yo lo exijo a los políticos porque si no son capaces de encontrarse ahora, se transforman en el obstáculo para la vida democrática y favorecen la suicida búsqueda de soluciones reaccionarias o revolucionarias que nunca nos beneficiarán a la mayoria de los españoles.
Hasta ayer veía a un gobierno paciente y laborioso protegiéndonos de la enfermedad y a una oposición en su mayoría irresponsable y carroñera tratando de provocar la conmoción que supondría derribar al gobierno, pero ha sido mejorar la situación de la pandemia, declarar el gobierno el luto oficial y empezar a tener esperanza de sobrevivir y en vez de apagar los rescoldos de la crispación...¡más madera!.
A la tarea demoledora de la mayoria de la oposición, ahora se ha empezado a sumar la irresponsabilidad de algunos miembros del gobierno, es cierto que la boca se le calienta a uno ante tanto bocazas faltón, pero estar en el gobierno exije moderación, pues ellos al menos deberían ser leales con los españoles y aguantar lo que haga falta, como han hecho ejemplamente Salvador Illa o Fernando Simón, usando hasta la extenuación frente a tanto rebuzno este tipo de frases: "este ministerio no va a responder a ninguna provocación por grosera que sea, nada nos va a distraer del objetivo que es derrotar a la pandemia", que alguno debería tatuarse en la barriga escrito al revés para verla todas las veces que se mira al espejo, que dado su narcisismo deben ser muchas.
Ayer Cayetana , la portavoz del PP, estuvo normal de faltona, atacando a Pablo Iglesias pero sin transgredir la costumbre, a la que nos tienen acostumbrados, nada que justificara su respuesta impropia, aludiendo 6 veces a la condición de marquesa de la susodicha con ánimo de faltar, haciéndose el gracioso para sus palmeros y forofos, siendo como es vicepresidente del gobierno de España, pues lo que es tolerable para una opositora desleal no lo es para quién tiene la obligación de procurar el buen gobierno.
Por el contrario, la "señora marquesa" en la parte central de su intervención dijo:
"Hay, es verdad, una España atávica, cuartelaria, autoritaria, una España bravía y sanguinolenta, una España que se regodea en el racismo, el conflicto, el odio, la violencia. Esa España ha tenido su proyección en Latinoamérica, en la figura del Caudillo, militarista, pendenciero, incluso un punto ridículo... En 1978 la tercera España enterró sus dos peores versiones y una España, nueva, tolerante, abierta y luminosa se puso en pie y esa España es la que los socialistas deberían cuidar y promover, junto a esa inmensa mayoría de españoles que defienden la libertad, la igualdad y ,si, la fraternidad"
Tras esta profunda crítica a nuestra historia que cualquier progresista español suscribiría, lo único que se le ocurre a nuestro vicepresidente es responder ofendido porque le repasó la hemeroteca en la que no sale muy favorecido, y además usando el peor y más reaccionario de los argumentos que es el origen de las personas como determinante de sus ideas.
Que diferente hubiera sido todo si en vez de satisfacer su ridículo ego le hubiera contestado: "estoy sin palabras tras su brillante intervención, pero partiendo de las suyas, la invito a usted y a su partido a recuperar el espíritu de 1978. Construyamos juntos una España nueva donde los españoles tengan al fin la libertad, igualdad y fraternidad que quiere en su intrvención, esa es la tarea que tiene encomendada la Comisión parlamentaria en la que deseamos sus constructivas propuestas"
Por eso me parece que Pablo Iglesias es también uno de los CRISPADORES
Una vez publicado este texto, lo retomo pues se confirma mi valoración y el vicepresidente acaba de ser el bombero pirómano en la Comisión para la reconstrucción social y económica, dando argumentos ridículos a Vox y dificultando la búsqueda de consenso en la que se afana el socialista Pachi López.
