SÁBADO 2 DE MAYO DE 2020
Esta noche he tenido tres DESPERTARES, uno primero de carácter prostático a eso de las tres de la noche, el segundo a las cuatro y media porque olvidé silenciar una aplicación que tengo en el móvil que me avisa un poco antes de que sea visible la Estación Espacial Internacional (ISS) en el cielo que se ve desde mi casa, asi que me levanté a verla mirando hacia el noreste-este y la tercera fue con el despertador a las seis de la madrugada porque quería ver la ISS en un momento más razonable y con más magnitud.
Como ya se puede salir a pasear me calcé los zapatos de deporte y por las solitarias calles del barrio busqué una ubicación donde se pudiera ver mejor, pues esta aparición era por el noroeste-norte dirección que me tapa en parte mi vecino del norte, que por cierto no contesta a nuestras llamadas y no quiero pensar que estén en el hospital, por si acaso Lola le ha enviado un wasap, a ver si lo contesta.
Subí al punto más alto de la urbanización, donde está la casa que fue de un amigo francés, masón ilustre, y de su mujer, una lituana de ascendencia alemana muy interesante, y pude ver el punto luminoso moverse rápidamente casi en paralelo encima de la ciudad de Sevilla hasta desaparecer por el norte-noreste.
Regresé a casa a desayunar y a leer El Pais que ya me había traído el repartidor; cuando estaba acabando la lectura y ya amanecido, despertó Lola con ganas de desayunar y me apunté también; luego nos fuimos a dar un paseo de unos 40 minutos, y saludando con mucha ilusión y de lejos a los vecinos que corrían, paseaban solos, en parejas o con perro.
Tras fotografiar a un abejorro del género Bombus libando flores de una lechera del Cabo (Polygala myrtifolia) y limpiar el robot de la piscina, ducha y afeitado y ya presentable nos tomamos el tercer café del día, porque si había tenido tres despertares, lo lógico es tomar tres desayunos. Feliz día a todos.
