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miércoles, 4 de mayo de 2022

BREVERÍAS 47: VADE RETRO,VOX

 

Juan Manuel Moreno Bonilla ha convocado elecciones autonómicas en Andalucía para el próximo domingo 19 de junio. Como presidente de la Junta de Andalucía que no de Andalucía como algunos erróneamente afirman, tiene derecho a adelantar la convocatoria cinco meses sin que sea necesario como bien ha explicado Juan Marín, su leal socio de gobierno, por tanto, producir este gasto superfluo se debe sin duda a un claro cálculo electoral, legítimo pero no desinteresado como interesadamente insisten en calificar. Personalmente prefiero que la convocatoria sea en junio para que de esa forma estas elecciones sean lo más parecido a un examen final de curso, en el que los ciudadanos actuando como profesores valoremos a todos los políticos después de una legislatura completamente atípica, y para que a la vista de los resultados el que resulte ganador tenga sosiego para formar gobierno en el verano.

Tras analizar   las once elecciones andaluzas ya celebradas de las que 10 fueron en domingo y  5 sin coincidir con otras elecciones como esta, podemos predecir que  la participación estará entre el 55% y el 66%, si no es que los ciudadanos poco motivados deciden abtenerse en mayor medida o incrementar los votos blancos o nulos que en 1982 fueron  34.194 y en 2018 138.327, en una progresión creciente que no creo vaya a disminuir. Con esa participación las tres primeras fuerzas políticas tienen más fácil hacerse con casi todos los escaños.

El actual presidente venderá gestión tranquila, bajada de impuestos, ser muy diferente de VOX  y miedo a la izquierda revolucionaria, independentista y terrorista que él ve en el PSOE. Juan Espadas, el candidato socialista, prometerá defender los servicios públicos de sanidad, educación y dependencia y venderá el miedo a un gobierno de la derecha con VOX. A la izquierda del PSOE hay división que será difícil de resolver, pero la candidata  más conspicua, Teresa Rodríguez, que ha cambiado su apariencia a más elegante y moderna,  se frota las manos con la oportunidad de  postularse como la auténtica antifascista, pidiendo el cuerpo a cuerpo con la candidata que los jefes de VOX han puesto, que no es otra que M. Olona, presentada como  la nueva Juana de Arco capaz de desnudar las vergüenzas  de la derecha y machacar a los rojos sin piedad.

Desearía equivocarme, pero pienso que todos menos VOX están equivocados en esa estrategia de querer arrancar votos con el miedo, ya sea a  VOX  por franquista, que sin duda lo es,  o a unos supuestos peligrosos revolucionarios que no existen. Entre todos, con la impagable ayuda de los medios de comunicación, porque la bronca vende, van a convertir en protagonista absoluta  a la candidata franquista, que yo creo que es una gran polemista que luce más cuanto más le ataquen y si nadie lo remedia incluso podría llegar a ser la primera fuerza política en Andalucía, verdadero trampolín para una futura victoria nacional, que abriría para España un camino parecido a la Hungría de Orbán.

Yo soy socialista a fuer de liberal y defiendo el derecho de los ciudadanos a votar libremente a candidaturas de ultraderecha, en nuestro caso claramente franquista,  que es una propuesta atractiva  para tantos nostálgicos del franquismo que existen y para muchos ciudadanos desencantados de la política, incapaces de darse cuenta de que  VOX solo tiene claro la defensa de los ricos y poderosos, aunque grite y se apunte a todas las protestas. Con la misma fortaleza intento que obtenga el peor resultado posible, porque la sociedad que VOX construiría si obtuviera una mayoría suficiente no me permitiría vivir libremente como deseo.

La mejor manera de frenar el ascenso de VOX en Andalucía es  no entrar en el cuerpo a cuerpo que su candidata va a provocar desde el principio para articularse como la verdadera alternativa a todos los políticos; conseguirlo de Teresa Rodríguez es imposible porque el papel de Pasionaria contra la bestia fascista es irresistible, pero todos los demás no tienen nada que ganar. Las opciones localistas como  Jaén merece más, o Por Huelva  quedarían completamente fuera de juego en todas las provincias en que hubiera. Ciudadanos sinceramente no sé como quedaría, pero PSOE y PP podrían perder todo si VOX  es vista como la alternativa real a los partidos tradicionales.

Mi propuesta, de primero de estrategia política, es que PP y PSOE no hablaran de VOX sino que se comportaran como si esa alternativa no existiera, que en las redes no respondieran a nada que saliera de la maquinaria propagandística  de VOX, que de esa forma tendrían el eco que alcanzaran por si mismo, no el que los demás le facilitan gratis. Para que ello fuera posible tendrán que superar el concepto equivocado de que el miedo le es útil para no perder electorado  y creer de verdad que lo mejor para Andalucía, sería que  la confrontación entre sus propuestas se centrara en el debate de sus programas  que son claramente diferentes y comprensibles, el del PP con su gestión y   la rebaja de impuestos para mejorar la economía y el del PSOE en la defensa de los servicios públicos, pues ambas fuerzas políticas se sienten cómodas en el marco europeo que regula casi todas las cosas y  al que las demás cuestionan en mayor o menor medida.

Y para rematar la estrategia deberían de suscribir un acuerdo por el que si el PP saca un diputado más que el PSOE este se abstendría  y la recíproca, claro, para que el candidato ganador fuera investido y pudiera forma gobierno, aunque luego para los presupuestos habría que llegar a otro acuerdo más complejo. En el caso improbable , pero no imposible, de que VOX fuera la primera fuerza política entonces incluso se votarían para cerrarle el paso a la ultraderecha  a las instituciones.

 Detener a VOX es posible y creer que mentando mucho a la bicha se consigue, es estar ciegos.

La foto de una garceta en medio de la bandera de Andalucía la hice en el Brazo del Este en la primavera de 2018.