MIÉRCOLES 20 DE MAYO DE 2020
El miércoles de la semana pasada, me acerqué al embalse de la Torre del Águila que está dominado por una torre medieval con unas soberbias bóvedas renacentistas, en mal estado de conservación, a sus pies se crían estos preciosos cardos borriqueros (Onopordum Acanthium L.), que tanta hambre han quitado y que tienen también muchos usos medicinales.
He decidido poner esa foto porque la planta tiene muchos pinchos y no sé porqué se me vino a la cabeza cuando ví que estábamos en el día 69 desde que se declaró el estado de alarma. Aunque el sexo está sobrevalorado en nuestra sociedad y todo se adoba con sexo para hacer atractivo hasta el aperitivo más anodino, me pareció que tanto pincho puede servir para apagar un poco la fogosidad de algunos manifestantes que ví ayer por la televisión que con tal de derribar al gobierno "socialcomunista" se arriesgan a enfermar, cosa que no me preocupa lo más mínimo dado que parece gente instruida y deben saber lo que hacen y porque además siempre he creído que todos deberíamos tener la libertad de acabar con nuestra vida, a lo que no tienen derecho es a convertirse a sabiendas en difusores de una enfermedad peligrosa como es la COVID-19, asi que con todo cariño les deseo una restregada por un campo de cardos que aunque duele es mucho menos peligroso para la salud que lo que están haciendo.
Y ahora fuera de bromas quería reflexionar sobre el proceso que hemos iniciado de vuelta a la vida ordinaria. Al igual que la pandemia ha sido muy diferente en Andalucía que en otras regiones y por ello nos vino bien al principio el mando único, porque nos hemos beneficiado de que la gravedad de la situación en Madrid obligó a establecer un confinamiento que nos pilló a los andaluces con pocos contagios y por tanto aunque se ha tensionado a nuestros hospitales, no han llegado al colapso, sin embargo el personal sanitario ha enfermado porque ha corrido unos riesgos innecesarios al no disponer de equipos de protección suficientes que la Junta de Andalucía debía de haber tenido como nos prometió a final de enero nuestro consejero de Salud. Errores han cometido todos los que han hecho algo y estoy seguro que hemos aprendido para no reincidir.Yo creo que nuestro gobierno autonómico sabe lo que pasó y está claro que debe tener ya una reserva estratégica suficiente de estos equipos de protección, de respiradores, medicinas paliativas, camas y cuanto será necesario si se produce algún rebrote, que todos los que saben anuncian aunque no puedan precisar la gravedad.
Yo creo que si estamos hablando de una enfermedad por muy contagiosa que sea y si el mando lo va a tener el ministerio de Sanidad, que no tiene ningún personal ni medios fuera de Madrid, este mando debería ser solo en última instancia para los casos de manifiesta incompetencia, sobre todo en los territorios que en la primera oleada han respondido razonablemente como es el caso de Andalucía. Creo que lo más eficaz sería que quien tiene los recursos , el gobierno andaluz, pilotara el proceso hasta la completa vuelta a la normalidad, porque realmente serán los empleados públicos andaluces de la Junta los que harán todo lo que haya que hacer en la detección, control y seguimiento de los nuevos casos que vayan apareciendo y en el tratamiento de los enfermos. La Junta también tiene todas las competencias en asuntos sociales, trabajo, consumo, turismo, educación, transportes, etcétera y estoy seguro que sabrá actuar con responsabilidad y celo a favor de los andaluces.
El gobierno de la nación en estas últimas semanas ha establecido mecanismos de coordinación con los gobiernos autonómicos que a mi criterio deben continuar para garantizar la igualdad de todos los españoles y articular los mecanismos de cooperación y comunicación entre los diferentes territorios. la Junta debe hacer lo propio con los ayuntamientos, pues sin ellos no se podrán controlar mercados, fiestas y los espacios públicos, ordenar su mejor uso y vigilar para que todo salga bien. Las provincias son territorios sin competencias políticas para gestionar bien la vuelta a la normalidad, aunque sean adecuadas para la gestión sanitaria o educativa pero no lo son para el turismo, la alimentación y todo lo demás.
Tendremos asi la oportunidad de comparar la diferente manera de gestionar de los diferentes gobiernos que de esa forma estarán ocupados en su tarea y no tendrán tiempo para culpar a otros de sus propios errores, como ha sucedido hasta ahora.
Tendremos asi la oportunidad de comparar la diferente manera de gestionar de los diferentes gobiernos que de esa forma estarán ocupados en su tarea y no tendrán tiempo para culpar a otros de sus propios errores, como ha sucedido hasta ahora.
Debemos confiar unos en otros, porque queda mucho para que pase el peligro. Ojalá todo salga bien.
