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lunes, 13 de junio de 2022

BREVERÍAS 51: HAY QUE VOTAR

 


Los andaluces estamos en campaña electoral, pero la inmensa mayoría de los medios de comunicación, en vez de informar sobre los programas electorales en liza para que los ciudadanos pudiéramos elegir con conocimiento,  dan por hecho la victoria del actual inquilino de San Telmo  desanimando implícitamente la participación de los votantes a los que  solo les atribuyen la capacidad de confirmar el resultado que las encuestas ya les dan y para rematar el estrambote y como el presunto resultado es favorable al PP  la mayoría de los medios, fieles voceros de una campaña bien diseñada para desanimar específicamente a los votantes de izquierda convenciéndolos de la inutilidad de su acción, con lo bien que se está en la playa o la piscina, hoy titulaban en portada: “El PP afianza su ventaja y supera a toda la izquierda”(ELPAIS), “El 17% del electorado del PSOE, votará ahora al PP”(ELMUNDO), “El PP roza los 50 escaños y el gobierno en solitario”(LARAZON), “El PP se coloca a dos escaños de la mayoría absoluta”(ABC). No sé lo que dejarán para mañana, de momento ninguno habla de programas salvo el señuelo de la rebaja de impuestos como si fuera posible tener las políticas sociales que necesita la mayoría sin que los ricos paguen impuestos. Como todo sirve, otorgan al resultado indudable de los comicios andaluces la condición de primarias del imparable ascenso del PP hasta ganar las elecciones generales y desalojar al fin  al presidente Sánchez de su posición “ilegítima” de presidente al que ya le quedan pocas descalificaciones que poner.

 Afortunadamente entre tanta certeza aún mantienen una única  y trivial duda y es ¿cómo será investido presidente?, eso sí en este caso nos ofrecen más variedad pues hay  tres alternativas: si  lo hará con el apoyo prestado de VOX con el que ha gobernado desde 2018, ya que Ciudadanos parece que ya no cuenta, o si tendrá que llevar a Olona de vicepresidenta que es la “conditio sine qua non” de la crecida ultraderecha franquista, o si lo conseguirá gracias a la abstención del PSOE “obligado por la línea roja a la ultraderecha que todos los demócratas deberían mantener” como es el cínico mantra de los que creen que el candidato del PP ya es por derecho dueño del centro cuyo sector izquierdo votaba al PSOE hasta anteayer. Esta última opción es la que sería ideal   para el jefe del PP y posiblemente letal para el PSOE en Andalucía que quedaría así desplazado para siempre de la posibilidad de ser alternativa de quien quiere aparentar ser una derecha guay, pero que se siente cómoda con los reaccionarios de VOX.

Es verdad que cada vez entiendo menos el mundo en el que vivo, donde por citar un único ejemplo, el partido republicano de USA, si el de Abraham Lincoln, aún mantiene al golpista Trump como su principal activo electoral en la que los pobres norteamericanos consideran que es la república defensora de las libertades de todo el mundo. Personalmente manifiesto mi ignorancia sobre algunos fenómenos sociales como el sucedido este fin de semana en Sevilla donde 75.000 ciudadanos, posiblemente electores, se han concentrado en un estadio con el calor que hacía, y además pagando, para estar con Manuel Carrasco, su ídolo, porque si fuera para oírlo creo que con  sus auriculares lo harían mucho más cómodamente. Los seguidores de Manuel Carrasco o los futboleros nos demuestran  muchas veces que cuando algo nos interesa nos molestamos en participar aunque haga calor, por eso me resulta tan dramática la baja presencia de electores en los actos de campaña y patética la pretensión de explicarlo, como si no estuviera claro que los políticos en ejercicio nos han aburrido  desde hace tiempo y ese árbol no nos deja ver el bosque de nuestra ceguera ante algo de tanta importancia como la elección del gobierno andaluz, tarea de la que muchos andaluces, demasiados, se están apartando, dejando a una minoría decidir por ellos.

La derecha está crecida, muy crecida,  tanto que ya es habitual que en compromisos sociales  a los que asisto, me llamen “rojo” o “rojillo” , tanto que me he acordado de la primera vez que me lo llamaron hace más de 55 años, en el invierno de 1968 cuando yo tenía 15 años,  y entonces fue por discutir sobre democracia con un profesor franquista, al que tenía aprecio porque al menos con él se podía discutir, no tanto con sus herederos que desconocen el sentido de la oportunidad y el decoro. Se nota que hablan alto de política sin que parezca molestarles la unión de PP con Vox, viéndola como natural y en ello percibo el sustrato franquista que comparten y es verdad por otro lado que  la izquierda ha hecho tantas cosas mal  en los últimos tiempos que uno no sabe por dónde empezar, pero si no vemos la diferencia que supone un voto u otro, entonces es que  tenemos merecido lo que nos pasa.

También es verdad que nunca hemos dado demasiada importancia en España a las elecciones autonómicas que raramente han tenido más del 60% de participación, cuando se celebran en solitario, mientras que las generales suelen superar el 70% y traigo esto a colación porque estoy seguro que si el próximo domingo los que  sentimos las desigualdades y nos gustaría que los gobiernos se encargaran de ello fomentando servicios públicos de educación, salud y dependencia y si los que nos avergonzamos del pasado franquista, nos dejáramos de tonterías y fuéramos a votar a las opciones de izquierda a lo mejor, digo yo, el resultado no sería el de las encuestas.