Nos levantamos llenos de ilusión porque íbamos a cumplir nuestro sueño de acercarnos en barco al peñón de Alhucemas, a las islas de Mar y Tierra y demás rocas que España posee en la marroquí bahía de Alhucemas muy cerca de la costa. La cita era a las 9 en el puerto y allí no habia nadie esperándonos, pero si tenía un mensaje en el móvil: "Buenos dias señor
Lamentamos mucho no poder navegar esta mañana debido a las fluctuaciones del mar.", que nos sonó a pretexto falso pues hacia un sol radiante y nada de oleaje ni viento, seguramente porque no habían conseguido más pasajeros. Para superar la decepción paseábamos por el muelle pensando en la mejor forma de acercarnos por tierra a nuestro objetivo, cuando vimos a un guardia de seguridad y decidimos preguntarle si él conocía a alguien que tuviera una barca para hacer el paseo con solo dos pasajeros; lo pensó un momento y llamó a un amigo que le dijo que sí y quedó en estar con nosotros en cinco minutos, como así ocurrió. Cerrado el precio, la duración y el destino la salida fue inmediata y Mohamed en una cómoda y potente fueraborda con un motor de 300 CV, nos hizo un lento recorrido por la costa hasta el peñón al que dimos la vuelta completa. Como sin duda tenemos suerte el helicóptero que aprovisiona periódicamente al destacamento militar apareció, aterrizó, descargó y se fue delante nuestra. Sólo vimos muchas gaviotas, cinco cormoranes, una garceta, y un militar en mono de faena. Mohamed es un buen piloto que recomiendo al que vaya por allí y quiera navegar por la bahía, que no es fácil pues está llena de redes superficiales y boyas puestas por los pescadores para señalar sus trampas, basta llamarlo por teléfono y aparece en el acto. El precio no es barato pero mucho menor de lo que vale si tenemos en cuenta el servicio prestado. Nos despedimos del agradable personal del hotel y salimos hacia Axdir y luego por la N-2 hacia el sur atravesando Imzouren, Kassita, Midar, Driuch , Arruit y Zeluan camino de Berkane, por los amplios valles de los ríos Nekor y Kert dónde se nota el incremento del regadío: olivos, parras, granados,... y donde vimos un amplio despliegue de una red para llevar agua potable financiada por la Cooperación española. Las ciudades están muy vivas como el comercio en sus travesías, donde no vimos ningún niño en edad escolar. Algunos nombres me recuerdan lugares donde murieron miles de soldados españoles sin ningún sentido y no fue por eso, seguro, pero la policía de forma muy educada nos multó dos veces por exceso de velocidad en sendos controles. Era cierto porque la carretera era una continua sucesión de señales de 100, 80, ,60, 40,rotonda, y de nuevo incrementar velocidad... Una multa fue de 15€ pues íbamos a 48 km/h en vez de a 40 y la otra de 30€ por ir a 83 en vez de a 60. Se pagan en el acto y te dan los recibos. Finalmente dejamos la maldita N-2 y tomamos a la derecha la R607 por un camino muy bonito y arbolado y en breve llegamos a nuestro alojamiento de las próximas dos noches. Las carreteras en muy buen estado , con muchos tramos tipo autovía con rotondas. La cena con harira y pastela de pollo regada por un correcto Cabernet marroquí, buena y de remate , denoche se ven aquí ,en medio del campo, mucho mejor las estrellas y el siempre presente Júpiter.
