Los agricultores y ganaderos europeos que protestan tienen razón en algunas cosas y no la tienen en otras. Eduardo Moyano Estrada lo explica divinamente en este artículo titulado RAZONES Y SINRAZONES DE LA PROTESTA AGRÍCOLA, cuya lectura recomiendo si lo que queremos es opinar con un poco menos de ignorancia. Eduardo escribe desde su cariño a los afectados pero también desde un profundo conocimiento de este fundamental sector productivo que recibe más de la tercera parte del presupuesto de la Unión Europea, descontado los gastos de la Comisión, Parlamento y tribunales, lo que parecen olvidar los airados protestantes, ya quisieran otros sectores llevarse semejante pedazo de la tarta europea común.
Es una lamentable costumbre abusar de la fuerza que se tiene para conseguir lo que se desea e intentamos no tolerarlo en nuestra vida privada, tildando de abusones a los que lo hacen. En la mayoría de los casos observamos que en la lucha reivindicativa se actúa sin correr riesgo alguno y yo creo que es injusto, pues para mí una cosa es el derecho de manifestación sin estorbar que lo considero ilimitado, como el de expresión y otra es el de huelga que tiene una regulación diferente e incluso permite el establecimiento de servicios mínimos y que en estos cortes de carreteras
fundamentales deberían circunscribirse a unas horas concretas avisadas previamente y todo los demás a mi juicio es huelga salvaje y debería ser duramente reprimido, ahora son los tractores pero a partir del día 10 se les unen los transportistas con sus gigantescos camiones.
Parece que hay que protestar haciendo el mayor daño con el menor esfuerzo posible, normalmente tras agotar negociaciones en las que no se alcanza todo lo que se quiere, porque la realidad es muy compleja y el gobernante debe tener en cuenta otros intereses legítimos y porque "lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible". Nadie es una isla. Cortar carreteras con sus grandes tractores es fácil, hace mucho daño a los demás pero no les da la razón.
