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miércoles, 11 de noviembre de 2020

LA VACUNA DE PFIZER NO ES UN INVENTO DE PFIZER neonormalidad 26

 



Este artículo se titulaba ESPERANZA Y PRUDENCIA cuando esta mañana empecé a escribirlo, una vez que tuve claro que la noticia de la nueva vacuna lanzada el lunes a bombo y platillo por la multinacional norteamericana Pfizer,  no era sólo una maniobra para disparar su cotización en bolsa y beneficiar a sus propietarios, lo que sin duda ha sido y probablemente ha enriquecido a unos pocos que poseían ese tipo de información privilegiada. Se titulaba  así porque creo que  en medio de tanta muerte y desgracia es bueno recuperar el optimismo  y la confianza en la pronta solución de esta crisis, pero como somos como somos, me daba miedo que un exceso de optimismo nos hiciera descuidar las medidas de protección que todavía serán necesarias durante muchos meses hasta que de verdad todos  los seres humanos podamos vacunarnos y estar protegidos, hasta entonces hay que mantener toda la prudencia  y no tirar cohetes antes de tiempo.

La vacuna es  muy original, lo digo como biólogo, un poco antiguo pero biólogo, porque no es como las clásicas que utilizan virus atenuados o debilitados que al entrar en nuestros cuerpos desencadenan una respuesta  defensiva de nuestro sistema inmune, que creyendo que está frente a un invasor peligroso fabrica anticuerpos en exceso que quedan en nuestra sangre. Esos anticuerpos nos protegerán en el caso de ser infectados de verdad, pues están diseñados para bloquear a los virus peligrosos que son muy parecidos a los atenuados que estaban en la vacuna y así luego poder ser destruidos por nuestros fagocitos y linfocitos.

Esta vacuna es diferente pues no utiliza un virus atenuado sino una estructura más sencilla, un glóbulo lipídico (grasa) en cuyo interior hay una molécula de ARN mensajero que posee la información necesaria para que nuestras células fabriquen la proteína de la famosa espícula con la que el puñetero virus se pegaba a nuestra células y las infectaba. El virus original es una estructura mucho más compleja con una cubierta lipídica donde hay incrustadas diversas proteínas para proteger su interior donde está el material genético en forma de ARN pero  con la particularidad que una vez que entra en nuestras células se comporta como si fuera un ARN mensajero nuestro y nuestros ribosomas se ponen como locos a fabricas las proteínas del virus y así lo reproducen provocándonos terribles daños en una especie de suicidio inducido.

Esa estructura tan sencilla que se comporta como un minivirus en nuestro cuerpo  y que nos “infectará”, pero que solo tiene la capacidad de hacernos fabricar las espículas que dispararán nuestro sistema inmune produciendo los anticuerpos específicos para protegernos del maldito virus, es un nuevo diseño que no es un descubrimiento de Pfizer, sino de una empresa mediana biotecnológica de Maguncia en Alemania, propiedad de un matrimonio de origen turco, la inmunóloga Özlem Türeci y su marido Ugur Sahin que inventaron este método como mecanismo para la curación de algunos tipos de cáncer. Esta pareja de científicos son multimilllonarios desde hace años por la venta de su empresa anterior y comenzaron a trabajar en enero  en esta solución, que por cierto es la misma de otras vacunas que están en marcha. Cuando comprobaron que los ensayos con animales tenían éxito decidieron proponer a Pfizer una alianza para llegar antes a la solución que necesariamente tenía que ser rápida y para todo el mundo, hay que tener en cuenta que Pfizer es 100 veces más grande que su empresa y seguramente en la decisión haya influido la amistad de la pareja con los Gates que ya sabéis que según Trump son unos malvados multimillonarios que quieren implantarnos unos chips en el cerebro.

Asi que estoy contento porque se vislumbra una solución científica, pero más contento porque la  lidere científicamente una empresa alemana y mucho más contento porque la empresa sea propiedad de alemanes de origen turco y si se me permite mi felicidad raya en el éxtasis porque la noticia se produce a la vez que se confirma que nos libraremos de Trump y sus ridículas poses que opacaban sus muy peligrosas políticas xenófobas y racistas, por cierto Pfizer también fue fundada por un químico hijo de un pastelero alemán que emigró a USA.

Hay motivos para la ESPERANZA, pero no para ser tan estúpidos de perder la PRUDENCIA.