MARTES 26 DE MAYO DE 2020
En la foto que hice exactamente hace un año en el ayuntamiento de Córdoba, están dos personas que ya no están y que echo mucho de menos, igual que pasa con todo en la vida que va fluyendo como los ríos hasta morir en el mar. Hablamos del ayer con añoranza como hizo Stefan Sweig en el libro "El mundo de ayer" que tan citado está siendo ahora, sin que la mayoría repare en que es la autobiografía de su autor que se suicidó el día después de enviarlo al editor y en el que recuerda con desesperanza lo que él llamó "Mis tres vidas"; a su juicio el mundo que le merecía la pena vivir había desaparecido y ya casi ni tenía recuerdos, pues lamentablemente había tenido que dejar su biblioteca en Salzburgo antes de exiliarse y no podía , sin mucho esfuerzo, documentarse como le gustaba. Lo que hubiera disfrutado en el mundo de hoy, en el que puedes escribir en un cacharro donde a la vez puedes consultar toda la documentación que necesites.
Fantaseaba yo esta mañana con la idea de qué hubiera ocurrido si alguno de los momentos del pasado, los que Sweig llamaba "Momentos estelares", hubieran sucedido de otra manera. Cada uno tiene sus momentos trascendentes y yo hubiera deseado que las cosas hubieran sido diferentes solo en tres momentos de la historia de España para que el mundo de hoy que a mi me gustaría vivir fuera mejor que el que tenemos. Son los momentos en que un pequeño error o accidente torció, a mi juicio, el destino de España para peor.
El primero fue que obligaran a casarse a la infanta Juana de Castilla con Felipe el Hermoso, aunque ella era la cuarta en la línea de sucesión, tres desgracias la hicieron heredera y a su hijo Carlos rey de medio mundo al servicio de la causa de su familia, los Austria, y de su religión, de modo que sometió a los reinos españoles a sus ambiciones personales, y nos privó de un gobierno ibérico para los diferentes reinos de nuestra península en el momento más esperanzador de nuestra historia tras el descubrimiento de América.
El segundo fue la negativa de Largo Caballero, secretario general del PSOE, en mayo de 1936, de apoyar el nombramiento del socialista Indalecio Prieto como presidente del gobierno, como había impedido el de Besteiro como presidente de las Cortes, por el grave delito de ser sus adversarios internos, contrarios a su voluntad de ser el Lenin español, privando a los españoles de la mejor oportunidad de sofocar el golpe de estado del 18 de julio.
Y la tercera fue el año pasado, cuando Albert Rivera se negó a toda posibilidad de pacto de Ciudadanos con el PSOE por su estrategia, finalmente fallida, de giro a la derecha para acabar con el PP. Las elecciones de abril hubiera dado un gobierno con mayoría absoluta de 180 diputados( 123 del PSOE y 57 de C,s), con una derecha débil de 90 diputados( 66 PP y 24 Vox) y otros 80 diputados de 12 grupos diferentes. Nos hubiéramos ahorrado las elecciones de noviembre, el gobierno necesario pero casi imposible necesitado del apoyo de los independentistas y el crecimiento de la ultraderecha. Ahora tendríamos un gobierno de centro-izquierda con capacidad de articular la política de consenso que necesitamos.
En fin, como las cosas no son como me gustarían, deseo mucha templaza a todos y también a los miembros izquierdistas de mi gobierno cuyos ardores veo fuera de lugar, parece que hay mucho aprendiz de brujo y "revolucionario" al salto y faltan buenos lidiadores capaces de parar, templar y ....luego...luego, mandar, no al revés.
El segundo fue la negativa de Largo Caballero, secretario general del PSOE, en mayo de 1936, de apoyar el nombramiento del socialista Indalecio Prieto como presidente del gobierno, como había impedido el de Besteiro como presidente de las Cortes, por el grave delito de ser sus adversarios internos, contrarios a su voluntad de ser el Lenin español, privando a los españoles de la mejor oportunidad de sofocar el golpe de estado del 18 de julio.
Y la tercera fue el año pasado, cuando Albert Rivera se negó a toda posibilidad de pacto de Ciudadanos con el PSOE por su estrategia, finalmente fallida, de giro a la derecha para acabar con el PP. Las elecciones de abril hubiera dado un gobierno con mayoría absoluta de 180 diputados( 123 del PSOE y 57 de C,s), con una derecha débil de 90 diputados( 66 PP y 24 Vox) y otros 80 diputados de 12 grupos diferentes. Nos hubiéramos ahorrado las elecciones de noviembre, el gobierno necesario pero casi imposible necesitado del apoyo de los independentistas y el crecimiento de la ultraderecha. Ahora tendríamos un gobierno de centro-izquierda con capacidad de articular la política de consenso que necesitamos.
En fin, como las cosas no son como me gustarían, deseo mucha templaza a todos y también a los miembros izquierdistas de mi gobierno cuyos ardores veo fuera de lugar, parece que hay mucho aprendiz de brujo y "revolucionario" al salto y faltan buenos lidiadores capaces de parar, templar y ....luego...luego, mandar, no al revés.
