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viernes, 17 de julio de 2020

NEONORMALIDAD Nº 8 "...EN LOS TIEMPOS DE LA PANDEMIA..."



VIERNES 17 DE JULIO DE 2020 
Cuando todo esto pase, si pasa, que es lo más normal, ya sabemos que se hablará de qué hacíamos “…EN LOS TIEMPOS DE LA PANDEMIA COVID-19”, porque esta pandemia que empezó en el otoño de 2019 durará años no meses, si todo va muy bien,  al menos hasta finales del 2021 que será el tiempo mínimo necesario para que toda la humanidad pueda disponer de sus dosis de vacuna. Al igual que la novela de Gabriel García Márquez que narra los amores entre Florentino Ariza y Fermina Daza  en Cartagena de Indias  a caballo entre el siglo XIX y XX, que necesitaba un título potente y le pusieron el de  “El amor en los tiempos del cólera” para añadir a una historia de amor “verdadero”, el dramatismo de una enfermedad infecciosa que diezmaba poblaciones y para la que todavía no hay vacuna eficaz, nosotros en el futuro para darnos importancia  hablaremos como sobrevivientes de esta tragedia y recordaremos que nuestra vida cambió de un día para otro,  como si esto mismo no hubiera ocurrido ya  muchas veces en la historia de la humanidad.
 Para los que crean que exagero, reproduzco las palabras de la prestigiosa viróloga, Margarita del Val: Estos van a ser los años de la pandemia y nos tenemos que hacer a la idea. ¿Que luego en vez de años es un año? Pues mejor. Uno de los errores del principio fue pensar que el estado de alarma iba a ser de dos semanas. Si te preparas para eso y luego son tres meses, lo llevas fatal. Esto va para mucho tiempo. Solo somos un 5% de seropositivos. Vamos a hacernos a la idea y no nos agobiemos con recuperar la normalidad. Mejor será poderlo celebrar después.”
Somos tan fatuos que no podemos dejar de ser protagonistas de los hechos notorios de los que somo contemporáneos y por eso casi todos los españoles que conozco que en mayo de 1968 tenían uso de razón o estuvieron en París en las revueltas o en las que se produjeron en otros sitios; yo lamentablemente en ese mes cumplí 16 años y disfruté de las fiestas cordobesas, aunque todo hay que decirlo, en el mes de julio pasé por la circunvalación de París en un viaje europeo mágico que hice en un Renault-8 con mi padre y dos hermanos y si bien no estuve descubriendo la playa que hay debajo del “pavé” de los Campos Elíseos, que otros jóvenes hacían para disponer de adoquines cómodos que tirar a las fuerzas policiales, yo, de verdad, si estuve muy cerca.
De 1968 recuerdo que lo que más me impactó fue la imagen televisiva de los tanques del Pacto de Varsovia por los bellos bulevares de Praga  el 21 de agosto para aplastar la llamada “primavera de Praga”, que fue un proceso de  democratización imposible en un país de la esfera de la URSS que trataba de llevar a cabo Alexander Dubcek, secretario general del partido comunista de Checoslovaquia. Fue un fracaso para ese  país  y una tragedia para la generación de checos que la impulsaba pero un gran éxito para los socialdemócratas y para la "causa", pues   tuvo la virtud de convencer definitivamente a muchos comunistas, entre otros a los españoles de que ese camino democratizador de las “democracias populares” era imposible y que era mejor para  mejorar las condiciones de vida de la clase trabajadora apoyar en Europa  alternativas políticas dentro de las democracias burguesas.
 Este tipo de crisis de salud deberían ser consideradas habituales entre nosotros, porque nos acompañan desde siempre,  a veces provocando la muerte de pueblos enteros, aunque es verdad que  hoy disponemos de un nivel científico sin precedentes, estamos un poco perplejos porque ahora es por un virus  “con unos ademanes muy poco ortodoxos”, en palabras de un joven virólogo español. Este virus saltó de sus animales hospedantes a humanos y le gustamos tanto que se quedó dentro de nosotros a vivir es decir infectarnos, enfermarnos para mejor reproducirse y finalmente matarnos a una cierta parte de nosotros, que no a todos pues el muy cuco nos necesita para vivir; primero fueron unos pocos  de golpe lo que saturó nuestros maltrechos hospitales y obligó al primer confinamiento  que ha durado tres meses y luego, ahora, si no somos capaces de controlar los brotes que aparecen sin cesar con estrategias parciales  de confinamiento se extenderá de manera explosiva y obligará a un nuevo confinamiento general,  y así de forma cíclica e indefinida hasta que no dispongamos de vacuna.
 La vacuna es un producto farmacéutico creado artificialmente y que debe ser inocuo para los humanos pero capaz de generar en nuestros cuerpos una respuesta del sistema inmunitario en forma de anticuerpos que puedn impedir la reproducción de los peligrosos virus auténticos.  Se llama vacuna o sea de la vaca, porque la primera fue descubierta por Jenner en 1796 al observar que los ganaderos que ordeñaban vacas con pústulas  de viruela vacuna en sus ubres no enfermaban de la viruela humana, así que actuó e infectó a humanos con ese pus y estos desarrollaban un tipo de viruela atenuada, no mortal, porque había provocado en el sistema inmune la producción de los anticuerpos necesarios, lo siguiente fue usar las pústulas humanas para vacunar... El 30 de noviembre de 1803 zarpaba del puerto de La Coruña el navío “María Pita” en el que el Dr. Balmis había incluido a 22 huérfanos, dos de ellos ya infectados, para llevar esta vacuna en vivo a todas las partes del imperio en una expedición de 3 años  que fue incorporando niños huérfanos de los puertos por donde pasaba y de esa forma vacunar a las poblaciones locales y por eso la participación del ejército español en el confinamiento recibió el nombre de “Operación Balmis”.  
En la gripe  de 1918, mal llamada española, se tardó más de 12 años en aislar el virus, ahora han sido dos meses,  y entonces la vacuna tardó 25 años aproximadamente y  hoy un siglo después tenemos que seguir vacunándonos porque los virus que cada año provocan la gripe van variando y por tanto las vacunas también. Como somos optimistas creemos que esta vez todo será mucho más rápido y hablamos como si una vez obtenida la vacuna ya todo estará arreglado para siempre, cuando sabemos que eso seguro que no será así porque el virus ya ha mutado y sigue mutando  y  si por suerte se consigue acabar con él, hay miles de virus por ahí en otros animales dispuestos a tomar su sitio y volver a “hacernos la puñeta”, así que mejor nos preparamos para vivir con esa incertidumbre, armados de paciencia, un buen sistema público de salud y dotamos a la humanidad de buenos mecanismos de cooperación sanitaria mejorando la organización mundial de la salud (O.M.S.), porque si hay algo claro  es que en este tipo de crisis no hay salvación posible, ni individual, ni de raza, ni de país, ni mucho menos de clase social. O nos salvamos todos o no hay salvación para nadie.
La imagen ha sido realizada por el estudio  de arquitectura POA de Córdoba, tratando el cuadro de Vermeer.