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jueves, 17 de marzo de 2022

BREVERÍAS 39. YO ESTOY EN GUERRA CONTRA PUTIN



Tras veintidós días de ataques terribles del ejército ruso contra Ucrania y sus ciudadanos con la intención de arrasar sus ciudades y matar a los que sean necesarios para que se rindan, lo siento,  ya no es hora de medias tintas, como decía Borrell en el Parlamento Europeo hace muchos días: “Cuando un potente agresor agrede sin justificación alguna a un vecino mucho más débil, nadie puede invocar la resolución pacífica de los conflictos. Nadie puede poner en el mismo pie de igualdad al agredido y al agresor. Y nos acordaremos de aquellos que en este momento solemne no estén a nuestro lado”. Por eso hoy declaro formalmente que YO ESTOY EN GUERRA CONTRA PUTIN, no contra Rusia y mucho menos contra los rusos que son las primeras víctimas de ese dictador criminal y que no pararé hasta que sea detenido y llevado ante el Tribunal Penal Internacional para responder de sus crímenes contra la humanidad.

Europa es mi patria porque es el único ámbito en el  que puedo estar libre y seguro en el complicado mundo intercomunicado en el que vivimos;  a pesar de mis sentimientos ni Andalucía, ni España me aseguran hoy la libertad, la seguridad y el futuro honroso que necesito. Claro que me  gustaría que ya fuera realidad lo que cantaba,  bastante regular por cierto, en los actos socialistas al principio de la Transición democrática, cuando acabábamos con La Internacional: “El hombre del hombre es hermano/ derechos iguales tendrán/ la TIERRA será el paraíso/ PATRIA DE LA HUMANIDAD” . A este concepto patriótico ya dediqué  un artículo hace dos meses en el que denuncié el peligro de perder nuestras libertades  en un mundo multipolar gobernado por la rapacidad capitalista y  dictadores  en el que la voz de Europa a favor de los derechos humanos y el libre comercio no estaba acompañada  de una fuerza disuasoria a la medida de nuestro poder económico real.

Hoy me siento como los alcaldes de  Móstoles que en mayo de 1808 testigos de las atrocidades que los invasores franceses estaban cometiendo contra el pueblo de Madrid, hicieron un bando llamando a la guerra contra el ejército invasor que enviaron con mensajeros  por toda España. Yo, hoy escribo este artículo con mi grito contra  Putin en la confianza de que muchos se sumarán a la lucha contra el invasor de nuestra patria. No hay que esperar a que las bombas destruyan las ciudades de España ni que maten a nuestros seres queridos para levantarse contra la agresión a tu patria, el valiente pueblo de Ucrania con su resistencia nos está dando tiempo para responder y deberíamos hacerlo con contundencia.

Soy un convencido de que la guerra o la violencia no es el camino para resolver los conflictos y en mi vida como responsable público fui un negociador incansable  hasta con manifestantes violentos, pero con la misma convicción creo que si te atacan tienes el derecho a defenderte de manera proporcionada,  se llama derecho a la legítima defensa que está reconocido  en el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, y eso es lo que está haciendo el pueblo de Ucrania al que apoyo con todas mis fuerzas contribuyendo a la atención de los millones de refugiados como socio de ACNUR, UNICEF y CRUZ ROJA y si me admitieran iría a luchar a esas lejanas tierras en los confines de mi patria, recordando con honor a los brigadistas internacionales que ayudaron a frenar a los golpistas en 1936, sobre todo a los ucranianos de la compañía Tarás Shevchenco  que heroicamente dieron su vida en Brunete derrotando a la sanguinaria caballería marroquí.

Si mañana el gobierno de Ucrania, al que estamos ayudando cobardemente muy poco, acepta un acuerdo con Putin para acabar la matanza lo comprenderé, a la fuerza ahorcan, y hasta me alegraré por frenar tantas muertes, pero yo continuaré  en guerra hasta conseguir que Putin sea juzgado  y Europa, mi patria,  hoy medrosa y deshonrada, pueda tener la fuerza suficiente para disuadir a todo tipo de agresores porque como escribió Cervantes en el capítulo 58 de Don Quijote: “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; POR LA LIBERTAD así como por la honra se puede y se debe aventurar la vida,…”
Grabado de Goya serie "los horrores de la guerra"