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jueves, 18 de julio de 2024

TODO CAMBIA, NADA PERMANECE

 



En pleno estío que marca las vacaciones de mucha gente, se ha llenado mi paraíso antillano de humanidad y de ruidos, soy más consciente que nunca de que todo fluye (panta rei), concepto  bien antiguo que Platón atribuye a Heráclito, pues este río humano llegado el otoño volverá a sus cuarteles y me dejará en la soledad que ahora añoro.

Igual pasa con la vida política que en líneas generales se mueve en un recorrido parecido al del curso escolar, y aunque este año ha retrasado su final por las elecciones europeas que nos dejaron aparentemente al borde del precipicio, con una subida de la extrema derecha en muchos países, que podía haber significado un cambio en la Unión Europea si las elecciones francesas, absurdamente adelantadas por Macron,  hubieran confirmado la tendencia al alza del poder político de los seguidores de Le Pen, lo que no ha sucedido gracias a al Nuevo Frente Popular que la izquierda armó en menos de una semana y que parece que sigue coordinado pese a la lógica pugna entre los insumisos y los socialistas.  En España habíamos empezado antes con las importantes elecciones autonómicas vascas y catalanas, que confirmaron en ambos territorios que la política del gobierno de Pedro Sánchez  ni ha supuesto un incremento peligroso de la ultraderecha, ni  de los secesionistas, por lo que con la zozobra  de su inestable mayoría parlamentaria nos permite seguir tirando la pelota hacia delante, conllevando pacíficamente nuestros problemas y  mejorando la economía.

¿Todo está bien, entonces?, para nada,  el mundo está a punto de estallar: la guerra de Ucrania sigue más viva que nunca, los israelíes siguen machacando a los palestinos en Gaza cumpliendo su peculiar ley de talion, China a la chita callando se refuerza y Trump sigue creciendo en su camino imparable a la Casa Blanca. El resto del mundo no está en paz y basta recordar los conflictos sangrientos que siguen vivos; Dafour, Sahel, Libia, Somalia, Siria, Yemen, Myanmar, Afganistán… y los que nunca se acaban: Moldavia, Armenia, Irán, Sahara occidental,….

La U.E. que debería organizarse para proteger los derechos de los ciudadanos europeos en los tiempos de tormenta que se avecinan, andamos entretenidos en problemas menores como el control de los inmigrantes o el rigor presupuestario, está pendiente de que Úrsula von del Leyen se garantice el apoyo del europarlamento para continuar al frente de la Comisión Europea, que sin duda no está mal pero que no es suficiente, pues seguimos al albur de que cualquier  gobernante de alguno de los 27 países vete algo necesario o que, como ocurre este semestre, el Orban de Hungría que ocupa la presidencia del Consejo de la Unión Europea se dedique a viajar por el mundo para boicotear los acuerdos básicos con los que él no está de acuerdo.

Algo hay que hacer para mejorar la gobernanza de la U. E., avanzar en derechos ciudadanos  y garantizar nuestra defensa sin la ayuda del primo americano que puede que pronto no sea un  aliado fiable, pues en el mundo multipolar que se está configurando de nada vale el prestigio de Europa, ni nuestra importancia económica, sin una capacidad defensiva creíble y rápida que desde luego no puede depender de la coordinación de 27 ejércitos cada uno de su padre y de su madre. El triunfo laborista además de darnos una inmensa alegría, por lo que supone de apoyo a la socialdemocracia, puede ayudar a la vieja Europa en esta encrucijada.

Todo es urgente y corresponde a los gobernantes encontrar las soluciones, aunque sea verano, mientras, como todo fluye, aprovecharé para leer y pensar hasta el otoño  cuando dará comienzo el nuevo año político.  Gracias por leer lo que escribo.