La foto de la cigüeñela (Himantopus himantopus) que hice el 7 de agosto de 2019 en los arrozales del Brazo del Este, con sus larguísimas patas sosteniendo en equilibrio un cuerpo perfecto para volar , expresa la FRAGILIDAD de la naturaleza y de todo lo que merece ser conservado; es muy curioso que estos días oímos pasar por encima de nosotros bastantes ejemplares de esta especie que normalmente no solían hacerlo, lo mismo es para avisarnos con su inconfundible grito repetitivo y penetrante del peligro que corremos.
Contra toda humana soberbia, contra el desprecio con que tratamos todo, incluidos otro seres humanos, un invisible ser que solo conocían unos cuantos científicos, el maldito covip19 nos ha mostrado que somos muy frágiles, que no somos casi nada frente al poder de la vida que tanto ignoramos pero que tan claramente despreciamos. Ni así aprenderemos, seguramente, porque estamos convencido que nadie puede acabar con nosotros y seguiremos como si nada tropezando hasta la próxima ocasión si es es que la hay.
Hoy Inés Arrimada me ha llegado hondo, cuando a la pregunta final de la entrevista que le hacía Elsa García de Blas :¿Qué lecciones extrae de esta crisis? respondió:
"La fragilidad de todo lo que dábamos por hecho. Y que como país debemos aprender a actuar antes, a coordinarnos más y a ser mucho más previsores"
Y he recuperado un poco de esperanza.