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martes, 24 de marzo de 2020

CUARENTENA. DÍA 12. "NATURALEZA"

MARTES 24 DE MARZO DE 2020
Añoro nuestras salidas   a la NATURALEZA, al espacio natural de El Brazo del Este del río Guadalquivir, tan cerca de nuestra casa y que visitábamos casi cada semana. Esta foto la hice el 7 de agosto del año pasado  por la mañana y creo que es un macho de aguilucho lagunero (Circus aeruginosus) en su nido que ha hecho en medio de  un transformador eléctrico; al principio de otoño cuando no estaba ocupado lo tiraron y limpiaron el transformador; ardo en deseos de salir a  comprobar si ha vuelto al mismo sitio este año, aunque quizá sea muy pronto.
De todas formas me consuelo observando desde mi jardín, el crecimiento de las plantas y las evoluciones de las aves que nos visitan o pasan: gorriones, estorninos, palomas,  tórtolas.... el canto diurno de las currucas capirotadas, que deben haber anidado como todos los años en el madroño  y seto de mis vecinos del Sur, y el nocturno de los mochuelos que oigo acostado y hace días que no veo, seguramente  están muy ocupados en sus nidos protegiendo los huevos del frío y la lluvia.
Sé que viene lo peor del encierro pero me consuela la esperanza de que lo superaremos si hacemos cada uno lo que tenemos que hacer. Cuando se está en un barco en medio de una tempestad no es el momento de  discutir sobre las virtudes del capitán o  encabezar un motín porque es un poco brusco en el mando sino de hacer el esfuerzo que nos toque. Mi nieto Eduardo ha escrito en su blog un texto sobre las consecuencias de la pandemia; forma parte de las tareas que tiene en sexto de primaria.    Lo  he animado a que haga también un diario de como  está pasando este confinamiento, convencido que será muy interesante su punto de vista.

Ayer mi amiga Carmita Amaya Blanco escribía en su "muro" de facebook este magnífico texto que reproduzco para todos:
"Hoy he pasado toda la mañana limpiando cristales. No sé, me ha dado por ahí. 
Enseguida ha llegado la hora del aperitivo ( porque me levanto tarde, evidentemente ) . 
Buen rollito, la verdad. Después, la comida .Genial. Cocido madrileño pero con menos grasita. Buenísimo. Después del café ha caído una granizada impresionante.
Total, los cristales exteriores otra vez para limpiar.....

Ahora llevo dos horitas leyendo o releyendo, diría yo. Ando toqueteando todos.

Lo mismo le doy un repasito al Thai, a Sandor Marai, que una vuelta a Alice Munro, Luis Landero, Vergilio Ferreira, Leonardo Padura....... qué sé yo.
El caso es ese desasosiego que habita conmigo estos días.
Siento una tristeza tan profunda. Me siento tan inútil aquí metida en casa -y pensando que lo estoy haciendo bien- .
Contemplando cómo todo se derrumba, cómo es posible que todo lo que hemos creado ahora ya no nos sirva, cómo apenas nos hemos dado cuenta de que lo que creíamos auténtico, no lo era tanto. Cómo está pasando que nuestras personas mayores estén falleciendo solas, sin que apenas tengamos la oportunidad de despedirnos de ellos.
Parecía que estábamos a salvo de todo. Nada podía pasarnos. Y resulta que el Planeta nos ha echo una llamada de atención. Somos tan vulnerables como él. Nada ni nadie puede aguantar tanto desprecio.
Ya es demasiado tarde. Ya nos está cayendo el chaparrón. Quedarán muchas personas y muchos sueños en el camino. Ojalá todo ésto no haya sido en vano.
Ahora cuando salgo a mi terraza, respiro de otra forma. Deseando estoy salir a la calle y aspirar ese aire tan puro que intuyo. Aún nos quedan 20 o 21 días de confinamiento. Procuremos hacerlo fácil y disfrutemos también de éste momento. Ya vendrá el siguiente.
Al final del túnel nos veremos. Un abrazo, amigos." 
Mañana puede ser un buen día, basta con que te lo propongas...