La foto es de mis nietos mayores, Eduardo y Juan, el 30 de agosto de 2017 viendo pasar al coloso marino , Gualdalquivir arriba camino de Sevilla; justo después les dije que salieran corriendo de la piedra donde estaban sentados para no ser arrastrados por la inmensa ola que producida por el carguero iba a llegar en breve, no me hicieron caso hasta que no la vieron venir con sus propios ojos y se salvaron por los pelos y gracias a su agilidad.
Este espectáculo maravilloso forma parte algunos días del atractivo de las excursiones que hacemos juntos al Brazo del Este para ver e identificar aves, como socios que son de la Sociedad Española de Ornitología, a veces también compramos huevos en una granja, o capturan cangrejos, o ven pasar a centenares de ovejas con su pastor y sus perros o nos acompañan a comprar verduras a la cooperativa de la que ya os hablé anteayer, aunque en este caso ellos no entran a la tienda y se quedan jugando en el coche o el aparcamiento.
Nada puede sustituir el contacto directo en su aprendizaje y mucho mejor si no hay un adulto empeñado en ser "didáctico" y explicar lo que se está viendo, que en la mayoría de los caso es evidente, como con mucha gracia dice Juan, o aún peor cuando se quiere aprovechar como si fuera una práctica demostrativa de una clase teórica, en vez de dejarlos a ellos observar y formular sus propias preguntas, como frecuentemente hace Eduardo, y entonces si te las preguntan, aprovechas y les cuentas tu "batallita" y si no, tu discurso será completamente inútil como un sermón que no se practica .
Pues bien, tercio en el debate de ayer sobre el paseo de los niños y de entrada afirmo que mi ministra favorita se equivocó con esa manía suya de dar muchas explicaciones, aunque estoy seguro que en este caso el error no era suyo, solo hizo de portavoz. Muy aburrido tiene que estar un niño para querer ir de compras con un adulto, cuando ellos están encantados de quedarse en sus casas con sus artilugios digitales, solo van si se les promete que les compraras esto o aquello y luego ya en la tienda querrán lo otro y lo de más allá.
Mi nieto Javier, como sólo tiene 16 meses está encantado de estar en su casa encerrado con todas las cosas que le gusta chupar y con su madre y su padre para él solo y no presenta ningún síndrome de confinamiento, salvo la falta de sol que se puede solucionar estando un rato en la terraza.
A mi no me engañan, esto de que los niños necesitan salir a pasear para su correcto desarrollo psicosocial es una simpleza bienintencionada por mucho que lo diga el informe técnico elaborado por un Comité de expertos "con un criterio científico, profesional y médico", ¡toma ya! como la de que se ensancha la mente respirando aire puro mientras se pasea o visitando un museo "didácticamente" dispuesto. Pero entonces ¿porqué ese empeño en que hay que sacar a los niños a pasear diariamente como si fueran perritos? y a la vez ¿amagar con querer prohibir a los viejos salir hasta sabe dios cuando?, pues yo creo que la explicación es muy sencilla, tenemos al mando a gente de mediana edad, que lo que quieren es dar otra oportunidad a los que son como ellos para salir más tiempo a la calle , ahora que como muchos no van a trabajar, no tienen perritos y tienen demasiado tiempo libre, se ahogan en sus casas y hay que darles una salida que no resulte discriminatoria y prueba de ello es que nadie ha dicho que sean los abuelos los que saquen a pasear a los niños cuando son los que más costumbre tienen de hacerlo y si se preguntara a los niños lo preferirían seguro, porque los mayores son más permisivos con ellos.
Estos niños son el grupo de población más preparado para el confinamiento pandémico, de hecho llevan años entrenándose para ello y prácticamente antes de la pandemia ya vivían en una especie de CONFINAMIENTO DIGITAL en sus burbujas tecnológicas, gracias a tablet, consolas, móviles y todo tipo de artilugios, con los que se aislaban del mundo hostil en el que hemos transformado sus casas y sus ciudades.
Los niños, como todos, necesitan salir para hacer ejercicio y para socializar con otros y si eso no es posible porque no tenemos controlada la enfermedad pues no se hace o como es mi criterio se hace para todos aplicando "normas estrictas de distancia y toqueteo" y dependiendo del lugar, pues me parece un contradios que niños de aldeas donde casi ni hay gente no puedan salir a corretear por el campo.
Permitir salir a los niños para ir al supermercado es un error sin duda, pero sacarlos de "paseíto" de la mano durante media horita como si fueran perritos es un crimen imperdonable cuyas causas ya he explicado.
¡QUITAD VUESTRAS SUCIAS MANOS DE LOS NIÑOS!
