En Marruecos el viernes no es fiesta laboral obligatoria como en la mayor parte del mundo islámico, aunque si es fiesta religiosa y las mezquitas suelen llenarse al mediodía para el rezo de La Yumu'ah, porque es obligatorio para los hombres musulmanes hacer ese rezo en la mezquita con otros fieles, como la obligación católica de la misa dominical . Es tradicional comer después un buen cous-cous con la familia, de hecho en los restaurantes populares suelen ofrecerlo solo ese día, pues para que esté bien hecho requiere un caldo sustancioso que tarda en hacerse, no como ocurre con el tajín que puede improvisarse si se tiene fuego. Es lo mismo que pasa en la mayor parte de España con el cocido de garbanzos o en Portugal con el cozido á portuguesa
Hoy el viaje era corto, unos 80 km, con solo tres objetivos: ver las islas Chafarinas desde la costa, comer un buen cous-cous y ver aves en la reserva natural de la desembocadura del río Moulouya, ya muy cerca de nuestro hotel en la gran playa de Saidia.
Salimos tarde tras un buen paseo campestre y en una hora, tras atravesar la populosa ciudad de Berkane, nos plantamos en el puerto que está al abrigo del cabo que señala a las tres islas españolas: la del Congreso, la de Isabel ll y la del Rey. La primera la más alta y que parece un león sentado, quizá por eso su nombre, La segunda en el centro es la que está habitada por los militares y tiene una iglesia con una armoniosa fachada y la tercera deshabitada y con un cementerio. Son bonitas, había viento y oleaje que hacía peligroso acercarse a las rocas para fotografiarlas.
Previamente al llegar vimos que el lugar estaba lleno de restaurantes especializados en pescado y marisco, preguntamos en ellos y ninguno ofrecía nuestro guiso, así que tuvimos que insistir más hasta que nos condujeron a un sencillo puesto de comidas escondido en la trasera de los restaurantes para turistas y que era donde comían los trabajadores del puerto. Efectivamente allí estaban preparando el deseado cous-cous del viernes y "reservamos" con Ahmed , cocinero y alma de La Baraka, para una hora después. Estaba riquísimo y lo recomiendo a todo el que pueda acercarse.
Tras la comida de plato único subimos cerca del "faro" para despedirnos de las islas españolas y luego tomamos la N-16 ( renombrada como Periférica mediterránea) dirección Saidia, con parada en el parque natural mencionado y que tiene un flamante mirador de madera desde el que se veían pocas aves, luego al seguir nuestro camino se bordeaba un brazo del río con muchos flamencos, garcetas, patos cuchara, charranes y cormoranes. Finalmente desde el hotel dimos otro paseo por la playa completamente vacía. Buen remate para un día delicioso.