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lunes, 11 de noviembre de 2024

TÁNGER/VOLUBILIS-MOULAY IDRIS/ MEQUINEZ

 







Casi dos horas antes de la salida del sol, noche cerrada, el moecin de la cercana gran mezquita nos ha llamado a la primera oración (fayr) con altavoz, vaya a ser que no la oyera, así que me he despertado y ya  el ruido de la ciudad que se despereza y mi curiosidad me han mantenido despierto. Desde la cama Júpiter domina el cielo de la noche arrullado por los graznidos  de gaviotas y maullidos de gatos. Por la rue Dar Baroud circulan  algunas motos que en realidad no han cesado de pasar, como los escasos peatones, ellas y ellos, que empiezan a ir a sus tareas. Me asomo a la ventana y  un precioso gato blanquinegro bien iluminado por un hermoso farol me mira, nos miramos.

La salida de Tánger se hace con gran rapidez por una  magnífica ronda limpia como una patena flanqueada por modernos edificios como en cualquier ciudad europea, que conecta con una buena autopista de peaje en la que hacemos cien kilómetros hacia el sur, luego ya tomamos una carretera hacia el este que en dos horas más nos lleva a las ruinas de Volubilis que nos permiten hacernos una idea de la grandeza de la que fue la capital del reino de Mauretania, el nombre romano deriva del bereber,  Walili o Oualili, que significa adelfas. Este reino fue tributario de Cartago y luego de Roma, hasta que formó parte del imperio. Su riqueza provenía de la agricultura y sobre todo de la producción de aceite. Una visita que merece la pena así como acercarse luego a Moulay Idris la quinta ciudad santa del islam que se encarama en un cerro  y contiene el mausoleo de un rey de Marruecos, considerado santo y que da nombre a la ciudad, que aunque no puede visitarse se ve desde todos lados, asi como un llamativo minarete cilíndrico.

Media hora de carretera nos acercó a la ciudad imperial de  Mequinez y tras instalarnos en el hotel nos fuimos a hacer una visita rápida antes de la noche a la plaza Al Hadim  con sus volatineros e incluso con un avestruz para montar. Un magnifico Zoco y vida, mucha vida, por todos lados. La ida fue en un taxi grande donde con otros cuatro viajeros hicimos el trayecto de más  de dos kilometros por un precio ecológico, una experiencia que merecería un artículo aparte. Temprano cenamos en un terraza solitaria una buena cena marroqui que a la  tradicional harira y tajine añadimos una exquisita pastela de pollo, mientras el moecin entonaba el último rezo del dia (Isha'a)  desde la gran mezquita cercana que nos arropaba con su alto minarete y Venus nos miraba distante desde su Olimpo celestial. 

MARRUECOS DE NUEVO




 Hoy 10 de noviembre, de nuevo camino de nuestro vecino del sur y con mi hermano Cisco. Atravesar el Estrecho de Gibraltar  en un ferry rápido desde Tarifa  hasta Tánger seria cómodo si la policía marroquí no se empeñara en obligar a los viajeros a rellenar una ficha con datos irrelevantes y ponerse en una cola interminable, el ferry iba lleno, para entregarla ordenadamente a un funcionario que la coteja con el pasaporte  para finalmente escanearlo, con lo que la ficha no sirve absolutamente para nada y no me ha permitido escribir las primeras notas sobre el viaje que vamos a iniciar, como/era/mi intención . 

Esta vez nuestra ruta   nos llevará a las dunas del Sáhara marroquí casi en la frontera con Argelia, en esa zona se han producido grandes lluvias que han hecho aparecer lagunas que no sé si alcanzaremos a ver, aunque parece que sí. Tras  aparcar, cambiar moneda, instalar una tarjeta telefónica de Maroc Telecom que nos prestará servicio durante un mes por menos precio que un dia de Vodafone, hemos ido a un  agradable hotelito en la medina de  Tánger y cenado al lado en una terraza, viendo a un lado el puerto con la costa andaluza al fondo y al otro las escaleras de la medina. Como el almuerzo fue frugal, un bocadillo, porque no tuvimos tiempo, la cena fue otra cosa> entremeses, harira, pollo con limón y aceitunas, tajine de verduras y té con pastas.

Mañana  de camino visitaremos las ruinas de Volubilis, patrimonio de la Humanidad,  luego  Mulay Idris, para dormir en Mequinez. El martes Ifrán y Beni Melal,  el miércoles nos detendremos en las cascadas de  Ouzoud que seguramente estén con mucho caudal. El jueves nos llegremos  al aeropuerto de Marrakech y recogeremos a  dos pasajeras que nos acompañarán  durante cinco días a Uarzazate hasta las dunas de  Merzouga, para volver a dejarlas en el  mismo aeropuerto. Dormiremos en Marrakech  para continuar a  Oulaidia con vistas al Atlántico, luego por la carretera de la costa hasta Casablanca y por autopista hasta el alcornocal de La Maâmora a visitar a  amigos hospitalarios y de allí a la laguna costera de Merdja Zerca donde con el auxilio  de nuestro amigo Kbir, el mejor guía,  veremos todas las aves que allí se encuentren además de gozar de su hospitalidad familiar. Finalmente subiremos a Arcila camino de Tánger para tomar el ferry a las 15 horas del domingo 24.

Catorce días y más de cuatro mil kilómetros nos darán  imágenes y sensaciones para ir ampliando el conocimiento de Marruecos que vamos atesorando. Seguiremos informando