Ya se han cumplido dos semanas de encierro y a lo que parece nos quedan unas pocas más; la ministra de Educación nos prepara para un curso reducido en la enseñanza obligatoria de solo el mes de junio; los cálculos más optimistas de los que saben sitúan el momento más crítico dentro de un mes y el control de esta primera oleada del Covip-19 en mayo. No sé porqué, será por soñar, pero me he puesto a pensar en "EL DÍA DESPUÉS", a lo mejor porque soy un optimista que prefiere mirar a lo lejos que andar todo el rato mirando el suelo, esto tiene el inconveniente de que a veces tropiezas, pero siempre te puedes levantar, mientras que si pierdes el rumbo por no mirar hacia delante no llegas a ninguna parte, creo que en estas situaciones es preferible tener "altura de miras".
Estudié Biología hace medio siglo aproximadamente y algo entiendo del funcionamiento de los virus y otros seres vivos; la evolución natural de este tipo de pandemias con microorganismos tan oportunistas se sabe al menos desde Avicena hace mil años, que se dice pronto. Este virus que nos ha tocado ahora, como se transmite con mucha facilidad y vivimos en un único mundo muy comunicado acabará infectando a casi todos los seres , humanos o no y la mayoría sobrevivirán como ya pasó otras veces, aunque la población humana quedara diezmada como tras la gripe de 1918 que en España, uno de los pocos países con cifras fiables, mató al 1% de la población y eso que fue menos virulento con los mayores.
En nuestros tiempos afrontamos esta pandemia de una forma mucho más dramática porque los avances en salud son tan espectaculares, la mortalidad infantil tan baja y la esperanza de vida tan alta que una muerte por enfermedad ya nos resulta inaceptable,, como si esta no fuera nuestra compañera desde el nacimiento y por ello exigimos a los gobernantes ¡soluciones, ya!, a los científicos ¡vacuna, ya! y lo que es peor a los médicos y sanitarios ¡cura, ya!, como si fuera posible tener todo, todo el tiempo y ¡ya!.
Como decía mi bisabuelo el Guerra, el califa del toreo, parafraseando a Talleyrand: "lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible", porque no hay remedios mágicos ahora , aunque los avances médicos en tantas áreas hacen a la gente creer que todo es posible, pero no lo es. Si queremos que otra vez el gobierno nos pueda proteger bien de una pandemia hay que prepararse mucho antes para tener un Sistema Nacional de Salud y una Ciencia potentes y defenderlos de recortes y claro, estar dispuesto a pagar los impuestos necesarios; hay que dotar también a la OMS (Organización Mundial de Salud) de capacidad y presupuesto, pues ya sabemos que no hay soluciones buenas por estados y mucho menos por regiones. Por eso lo que toca ahora es criticar menos y seguir las instrucciones que nos dan las autoridades que siguen los consejos de los expertos y esperar a que amaine este temporal sin saber muy bien que habrá que hacer después; seguro que no podrá ser volver a la vida que llevábamos antes sin más.
Estoy seguro que hemos aprendido la lección y EL DÍA DESPUÉS además de irnos a la playa, como la de la foto, estaremos dispuestos a pagar el precio de estar preparados para la próxima, o...¿no?.