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viernes, 5 de febrero de 2021

MEMORIA DE LA “GENTE CORRIENTE” neonormalidad 38

 



Uno de los historiadores del siglo XX más interesantes a mi juicio, Eric Hobsbawm , del que he leído a fondo su libro LA INVENCIÓN DE LA TRADICIÓN, para documentarme sobre la construcción de los mitos a propósito del estudio que hice sobre los dos mitos diferentes creados por las maquinarias de propaganda de los dos bandos contendientes en nuestra guerra civil con el rejoneador Antonio Cañero, escribió también un  libro  titulado  GENTE POCO CORRIENTE para “tratar casi exclusivamente de esa clase de personas cuyos nombres suelen  ser desconocidos de todos excepto de su familia y sus vecinos… en algún caso sus nombres son imposibles de conocer,… pero en otros desempeñaron su papel en escenarios pequeños o locales…Estas personas constituyen la mayor parte del género humano y…sus vidas son tan interesantes como la suya o la mía, aunque nadie haya escrito sobre ellas”.

Una de estas personas  fue el boticario de Linares, Cayetano R. Santoyo, que ha sido sacado del olvido histórico por mi antigua compañera de Canal Sur Paloma Domínguez Camacho que escritora aficionada como yo se ha atrevido a investigar, escribir y lo que es más raro, publicar la biografía de uno de sus bisabuelos bajo el título DE JARABE Y OTROS AMORES (Al encuentro de mi bisabuelo Cayetano R. Santoyo), que sin duda fue un personaje extraordinario en su época tanto familiar, como profesional e incluso políticamente pues llegó a ser alcalde y muy activo. Seguramente la Linares de su época no puede entenderse sin  él.  Mi amiga  ha editado su libro a través de Amazon y se puede comprar libremente tanto en papel como en modo digital a un precio muy módico. El gigante de la distribución  mundial que empezó vendiendo libros ha abierto la posibilidad de editar esos libros  que la gente corriente puede escribir, muchos de ellos sobre otra gente corriente  y que nos ayudarán a ir ampliando la visión histórica que tenemos demasiado influida por reyes y jerifaltes de diferente estatura, mientras que  realmente nuestro pasado lo construyeron personas como nosotros. Gracias Paloma por dar el salto y enseñarme una parte de la historia de tu familia que es la historia de todos.

Desde que me jubilé estoy investigado a fondo sobre mi familia y voy construyendo el árbol genealógico que ya tiene 1.314 personas, la mayoría de ellas vivieron  antes que nosotros y hay  decenas de personajes pendientes de que alguien escriba su historia. Siempre me he guiado por el rigor aprendido en los estudios de Biología y me he formado leyendo mucho y charlando  con algunos historiadores amigos; también adquirí mucha destreza  ayudando a las investigaciones que realizaba mi hijo Guillermo, un auténtico investigador de historias familiares, para el programa de televisión, LOS DESCENDIENTES.  Debo también mucho a los mormones  que en su web myheritage  facilita acceso a censos y padrones de población de  todo el mundo que son imprescindibles para cualquier investigación genealógica y además tiene material para enseñar a distancia.  Si alguien tiene interés en saber cómo empecé, el método utilizado y algunos resultados iniciales, lo tengo publicado en  el blog: LOS ANCHELERGA DE CÓRDOBA

 Con mucho esmero ya hice la biografía de mi padre y su familia para un libro que primorosamente editó mi hermana Esther con motivo del centenario de su nacimiento y ahora ando esbozando la de mi madre cuyo centenario  será el 13 de noviembre del 2022. Cuento con mucha información, pues he tenido la fortuna de hablar mucho con mi madre durante sus últimos años, tomando notas discretamente y accediendo a sus cartas  y diarios personales, que lamentablemente son sólo de su juventud, claro que criando y cuidando de una familia con 11 hijos realmente nunca tuvo tiempo para  ella. Me he dado cuenta que la historia de mi madre habrá que contarla con mucha menos documentación oficial pues de su trabajo solo queda el rastro que dejó en su familia que os aseguro es imborrable, sería más fácil escribir sobre muchos hombres de la familia que dejaron mucha huella, hasta estatuas, por que fueron políticos, profesionales, canónigos, joyeros, empresarios, incluso un califa del toreo, pero no creo que ninguno de ellos merezca más  que mi madre que su vida sea escrita para que permanezca en nuestra memoria para siempre.

Vengo observando que  cada vez se escribe más sobre  esto y me alegra , seguramente sea que a medida que vamos haciéndonos viejos nos invade la nostalgia de los mundos que conocimos y que ya no están y nos entra una pulsión irrefrenable de dejar constancia  de nuestro recuerdo por escrito . Isabel Allende escribió y estoy de acuerdo con ella en que “Lo que no escribo se me olvida y es como si no lo hubiera vivido”  Leo muy atentamente los artículos que escribe Antonio Narbona para el ABC sobre temas lingüísticos, en lo que es un experto, y el publicado el 23 de enero me emocionó profundamente, se titulaba MI ABUELO y no me resisto a copiar este párrafo con uno de sus recuerdos de infancia: “Me quedaba boquiabierto al ver a mi abuelo convertir con su navaja en unos minutos unos palitos en pinchos con los que “pescar” las papas fritas, que sabían a gloria bendita. No recuerdo si había tenedores, pero, desde luego, no tantos como nietos nos reuníamos. No eran tiempos de derroches”.

Yo creo que es nuestro deber escribir sobre nuestros padres, abuelos y antepasados, auténticos constructores de nuestra sociedad a los que  debemos la vida y lo que somos. Eran gente corriente como nosotros, pero al escribir sobre ellos nos damos cuenta que  en realidad son GENTE POCO CORRIENTE.