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sábado, 23 de noviembre de 2024

LARACHE/ ARCILA

 





En la penúltima jornada hemos entrado en Lucus, la región occidental de la parte norte del protectorado español en Marruecos. Tras casi setenta años de independencia quedan muchos vestigios urbanísticos y arquitectónicos elegantes y dignos pero de un época  que me avergüenza, pues no entiendo que derecho tenía España para tutelar a los  marroquíes y rifeños que se habían gobernado a si mismos durante siglos.
Larache fue su capital y sigue pareciendo una ciudad española con su céntrica plaza de España, hoy de la Liberación, bella y rodeada de  soportales en buenos edificios en el que destaca el Café Central ( café hispano-marroqui) una joya que justifica por si mismo visitar la ciudad. En las fotos se aprecia que es un gran café de hace un siglo con un piano traído del palacio de Windsor, bien decorado y mantenido con unas cómodos sillones y veladores. Sirven un café rico y todo está lleno de fotos de Omar Sharif. En una buena pantalla, bellos paisajes y música de arias de chelo y piano del Justino de Vivaldi. Ya no quedan en la España que conozco cafés de esta categoría, y que mejora el recuerdo que guardo del Café Suizo de Granada.
En la plaza también había un grupo folklórico femenino de Paraguay que ensayaba una puesta en escena. También  se conserva un gran silo del Servicio Nacional del Trigo.
Ayer olvidé comentar el martin pescador que descubrió Cisco y  luego vimos volar, y que vimos una Zodiac con científicos que tomaban muestras de agua para controlar su estado.
Salimos  rodeando la fortaleza de Al Kabibak o de la Victoria y atravesando el río Lucus en casi su desembocadura para ver en el cerro el magnífico yacimiento arqueológico de la ciudad romana de  Lixus que también recomiendo y que ya conocíamos con su factoría de garum y vestigios del anfiteatro. 
Arcila está cerca y también parece española en el trazado si no fuera por las calles comerciales que bullen de mercancías y de marroquíes . La pequeña ciudad amurallada portuguesa con su gran torre realza su atractivo turístico que se completa con terrazas al océano y buenos restaurantes "españoles", comimos en casa García muy bien a precio casi español. Esto se acaba y ya  apetece regresar.