Con mi hermana menor Nanda
hablaba a veces de su trabajo en
asistencia primaria y de cómo mejorarla. En nuestra última conversación
telefónica del 13 de mayo se mostraba muy orgullosa de que en ninguna de las
residencias que ella supervisaba hubieran ocurrido los desastres que en otros sitios han sido clamorosos; ella
era la mejor enfermera, siempre estaba
estudiando y formándose y transmitía entusiasmo en todo lo que hacía en los
diferentes destinos que tuvo en Córdoba. Sobre la base de lo que aprendí con
ella he elaborado una propuesta a la Comisión para la Reconstrucción Económica
y Social que resumo en este artículo. Lamentablemente murió de repente el 20 de
mayo mientras trabajaba, tras superar aparentemente la Covid-19 y no me lo ha
podido corregir, estoy seguro que con su
ayuda las propuestas hubieran sido
mejores y a su memoria están dedicadas.
Algo conozco del Sistema
Público de Salud de Andalucía(SAS) del que soy usuario desde que empecé a
trabajar. Siempre he sido atendido con diligencia en atención primaria, donde
el personal sanitario casi sin tiempo y con escasos medios diagnósticos trata de resolver tus dolencias, pero si
acababas estando grave te lo resolvían seguro en el hospital, donde si había
medios suficientes, pero que a causa de ello estaba saturado de pacientes que
la mayoría debían haber sido “resueltos” en los centros de salud. En los
hospitales aproximadamente el 76% de las actuaciones están dirigidas a los
pacientes crónicos polimedicados, como yo, que somos gozosa consecuencia tanto
del envejecimiento de la población como del avance científico que ha
cronificado enfermedades que antes eran mortales, lo que a su vez es mérito del
propio Sistema Nacional de Salud, que necesita una auténtica revolución hecha
mediante reformas urgentes para que con sumo cuidado mejoremos lo que hay que
mejorar y no estropeemos lo que funciona, no podemos actuar irresponsablemente
como “elefante en cacharrería”.
Tras jubilarme he tenido la
ocasión de conocer algo más algunos aspectos del SAS, pues he participado dos
años en la Comisión de Participación Ciudadana de la Unidad de Infecciosas del Hospital de Valme,
aportando mi punto de vista como usuario y cuatro años como “lego” en el Comité
Coordinador de Ética de la Investigación Biomédica de Andalucía, en los que he
tenido ocasión de conocer a excelentes
profesionales sanitarios de todas las áreas y compartir sus conocimientos y
experiencias. Si a esto sumo la relación con otros familiares y amigos que son
médicos, enfermeras, auxiliares, celadores y limpiadoras, creo que me da una
panorámica superficial pero completa sobre la realidad actual en este campo,
seguramente mejor que la de muchos médicos de justo renombre que ya disfrutan
de posiciones acomodadas en el sistema.
Si, los españoles gozamos
todavía de un buen Sistema Nacional de Salud, público y universal desde 1986,
que crecía presupuestariamente y que mejoraba paulatinamente, sobre todo tras
las transferencias a las comunidades autónomas, pero que ha ido perdiendo
fuelle desde hace veinte años, primero
con políticas privatizadoras y luego con fuertes recortes
económicos y que ya antes de la
pandemia hacía aguas por todos sitios; no debemos engañarnos creyendo que
podría aguantar un nuevo embate infeccioso, cuando en el primero ha mostrado
sus insuficiencias y sólo ha resistido por el sacrificio de un personal
previamente desmoralizado pero que “ha sacado fuerzas de flaqueza” y por el
severo confinamiento que hizo disminuir la tasa de contagio.
Ahora, sin falta y antes de que haya una nueva oleada del Covid-19 se
requiere una actuación urgente y decidida en al menos cinco asuntos claves para
mí, sin perjuicio de lo obvio que es que debe
recuperarse la posición presupuestaria que tenía antes de la crisis de
2008 para luego elevarla hasta el 7,5% del P.I.B., imprescindible para reparar todos las
insuficiencias que hoy tiene y planificar un nuevo futuro adaptado al
envejecimiento de la población y a la aparición súbita de nuevas crisis
sanitarias como la actual.
1.- RECUPERAR EL ÁNIMO Y LA
ILUSIÓN DE LOS MÉDICOS: Tras el tsunami de hacer frente a una grave crisis
sanitaria de manera improvisada y sin los adecuados medios de protección, algo
que debería avergonzarnos, este personal
necesita sentir que la sociedad está con ellos, cosa que en este momento no
sienten, sino más bien al contrario, porque aproximadamente la tercera parte
está en precario, con contratos temporales y a tiempo parcial cuando los
trabajos que realizan son estructurales y a tiempo completo. Sueldos
insuficientes e injustos para un
personal extraordinariamente capacitado tras un largo periodo formativo no
inferior a diez años, partiendo de un proceso selectivo muy exigente con ellos
que incluye un examen de ingreso al MIR que bien podría considerarse como una
dura oposición equiparable a la exigida
para ingresar en un puesto público y que sin embargo no da derecho a la plaza
fija que cualquier profesional ambiciona cuando tiene más de treinta años y
méritos de sobra. Con sus diferentes características podría decirse algo
parecido de enfermeros, biólogos, farmacéuticos, psicólogos, radiofísicos o
químicos del sistema. Acabar con la
situación de precariedad y hacer fijos a estos profesionales sanitarios por ley
es urgente, justo y necesario, sólo así comprenderán que la sociedad que tanto
les ha aplaudido, verdaderamente está con ellos. Hay antecedentes legales del
procedimiento necesario, pero si esto parece demasiado generoso, para lo que no
hay pretexto es para ampliar el número de plazas que salen a oposición que
deben ser las necesarias para que las interinidades sean la excepción y no la
regla. Luego habrá que mejorar sus sueldos para que verdaderamente se
corresponda con su preparación y que
esta no solo les sirva para irse al extranjero a cobrar el sueldo que se
merecen, aunque yo no soy partidario de sueldos muy lejos de la media que en mi
opinión favorecen la entrada en la profesión de los ambiciosos y no de los
mejores.
2.- REFORZAR LA ATENCIÓN
PRIMARIA: La atención primaria es sin
duda la cenicienta del sistema público de salud y fue la parte que más sufrió
los recortes y por eso hoy solo supone el 13,9% del gasto sanitario cuando lo
recomendable en los países avanzados con sistemas públicos ronda el 25%. Con
una población envejecida y con pacientes crónicos polimedicados que a poco que enfermen
podrían colapsar cualquier sistema hospitalario por potente que sea,
necesitamos un subsistema de atención primaria basado en los actuales centros
de salud pero con alta capacidad diagnóstica y muy reforzados de personal. El
refuerzo de personal debe ser estructural pues tienen que asumir también todo
el proceso de vacunaciones y la
necesaria medicalización de las residencias de ancianos y dependientes y sobre
todo una potente área de salud pública, porque esta es la que además de la
educación sanitaria debe asumir el seguimiento y control de los rebrotes
infecciosos que se están produciendo y
que se multiplicarán en los próximos meses, para lo que seguramente podría ser
conveniente la colaboración de ayudantes voluntarios para el rastreo y contacto
telefónico de los posibles infectados.
3.- POTENCIAR LA ENFERMERÍA:
Los pacientes crónicos polimedicados sabemos por experiencia que una vez correctamente diagnosticados por los
médicos, necesitamos sobre todo que se ocupen de nosotros como enfermos, pues
ya sabemos que no vamos a mejorar por mucho que visitemos al médico, pues
nuestra posible mejoría va a depender de los avances en la investigación
biomédica y sobre todo de llevar una vida sana y para ello nada mejor que los
consejos y el seguimiento de enfermeras y enfermeros capacitados y bien
formados para esa función, como los que hoy tenemos, a mi juicio mejor
adaptados a ese cometido que los médicos. La enfermería debe ampliar su papel
en el nuevo sistema de salud que necesitamos.
4.- FORMACIÓN DE VOLUNTARIOS
COMO TRAZADORES DE CONTAGIOS: Estoy seguro que para controlar la pandemia sin
confinamiento generalizado hace falta mucho más personal que el disponible en
los centros de salud para garantizar que de manera rápida se van a seguir todos
los casos en los diferentes brotes que se producen y lamentablemente se
producirán y creo que se debería contar con voluntarios bien formados y con
habilidades comunicativas contrastadas, como es el caso de los profesores, y
también enfermeras o médicos jubilados
residentes en cada área sanitaria. Este personal jubilado debería ser
formado específicamente para esa función de manera urgente, siguiendo el modelo
pionero ya experimentado del curso online
desarrollado por la Escuela Andaluza de Salud Pública y acreditado por
la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía que ya está formando a 600 “trazadores o rastreadores de contagios”
entre el personal en activo y del que podría hacerse una versión reducida y adaptada. Yo me apuntaría voluntario.
5.-CREACIÓN DE LAS
ESPECIALIDADES MÉDICAS DE URGENCIAS E INFECCIOSAS: Esta última propuesta parece
anecdótica con la que está cayendo, pero puede ser una metáfora de la falta de
previsión y preparación de nuestro sistema de salud para atender bien las
necesidades médicas derivadas de una pandemia provocada por la infección de un
virus y que colapsa nuestros servicios de urgencias y son precisamente dos
especialidades cuya formación institucional no está regulada.
La ilustración alegórica es la reproducción de un reciente sello alemán conmemorativo del bicentenario del nacimiento de Florence Nightingale, símbolo internacional de la enfermería, tan necesaria para mejorar nuestra vida, cuando estamos enfermos. Reproduce también uno de sus aforismos:"Vive la vida mientras la tengas, es un maravilloso regalo que no tiene nada de pequeño". El artista es Martin Mörk y el diseñador Rone Katz de la ONU.
4 comentarios:
Muy emocionado me deja esta entrada a tu blog dedicada a la memoria de nuestra querida hermana Nanda, tan profesional y entregada siempre. Como paciente con médico de primaria en "su" centro de salud Carlos Castilla del Pino me consta su entrega infinita.
Tus propuestas me gustan mucho y las comparto, haciendo una pequeña aportación me gustaría añadir un punto que se refiera a la mejora del aspecto organizativo, creo que es básico en todo centro de trabajo y no se le presta en lo público atención suficiente. He usado hace poco para consulta y análisis el centro de salud y he notado una mejoría importante derivada de las medidas que han puesto en marcha a raíz de la crisis sanitaria, ojalá siguieran en profundizando en la organización y para ello se necesitan expertos.
Gracias, un gran abrazo
En primer lugar mostrarte mi sorpresa y mi pesar por tan sensible perdida y además por ser tan inesperada, mi más sincera condolencia sabes que puedes contar conmigo para todo.
En segundo lugar he leído tu propuesta me parece muy acertada muy real con los pies en la tierra no puedo por menos que apoyarla con toda la fuerza que yo pueda aportar indudablemente la salud es el punto más importante que tenemos ahora mismo tras la pandemia, porque además tendrá repercusión sobre todo el sistema sobre la economía sobre el paro Y por tanto es absolutamente vital que afrontemos la potenciación del sistema sanitario público.
Muchas gracias por tu amable comentario. La próxima la haremos juntos. Un gran abrazo
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