MARTES 2 DE JUNIO DE 2020
Justo hace 7 años estábamos disfrutando de la "Foire á la cerise" que la antigua comuna de Saint-Constant sur Célé dedica a la cereza pero que es su fiesta mayor para la que trabaja todo el año un comité de voluntarios. Comimos con todos los lugareños en una inmensa carpa donde estábamos 4 andaluces en un total de 462 comensales, según me dijeron los organizadores. La localidad tenia 563 habitantes. Uno de mis antepasados, Antoine Anguelerges salió de allí aproximadamente en 1770, posiblemente huyendo del reclutamiento obligatorio. Luego hemos descubierto también que hay otros descendientes del mismo lugar repartidos por España, aunque el apellido se haya adaptado de forma algo diferente en cada sitio, como la maña Mónica Anchelergues coeditoria de un interesantísmo blog sobre niños conpequesenzgz que recomiendo a los padres jóvenes.
El 18 de mayo de 2013 habíamos iniciado el viaje en un Peugeot 207 con el objetivo de pasar primero por el pueblo de Salinas de Pamplona, que entonces creíamos que era el origen de ese apellido, luego al valle del Baztán, solar del apellido Legineche de la familia de mi mujer, para acabar en esta pequeña comuna en el centro de Francia donde nos íbamos a encontrar con el primo Guy , que había localizado por facebook pero que se acercaría desde Dijon, descendiente de un hermano de Antonie, con una tía que vivía todavía allí y el encuentro en medio de la "foire" fue entrañable. Luego también honramos a los muertos visitándolos en el cementerio con muchas lápidas familiares.
El viaje fue maravilloso visitando además: Tordesillas, Logroño, Metauten y su museo de la trufa, Perigueux, Bergerac, Lascaux y su cueva, Clermont-Ferrand, Le Puy en Velay, Saint-Flour para finalmente llegar al lugar de Lueys, uno de los 10 que componen Saint-Constant, allí habíamos alquilado por internet la gîte rural nº695 para dos semanas; el lugar estaba en medio de la nada rodeado de prados verdes con vacas y al lado la casa de sus propietarios Marcel y Marie Rose Joffre, que eran muy atentos y luego hablando descubrimos que también éramos parientes, el paté "fait a maison" que nos regalaron era espectacular.
El 30 de mayo llegaron nuestros hermanos María del Carmen y Juan Pérez-Lanzac con los que pasamos dos maravillosas semanas visitando primero lo que cercano nos parecía de interés: Conques, Rocamadour y la pequeña comuna de Lanzac; nunca habíamos convivido tan estrechamente con ellos como pasa a veces con los hermanos y nunca olvidaremos a Juan con su gorra con la visera para atrás y sobre todo paseando entre los becerros en la magnífica feria de ganado que cerraba la fiesta de nuestra comuna y dónde él era el único que iba con corbata porque consideraba que siendo veterinario debía ir así y creedme que en él no resultaba raro; lo que me hubiera gustado seguir viajando con ellos a otros destinos. El sábado 8 de junio emprendimos el regreso visitando Albi, Carcasona y el Valle de Bohí en Lérida donde se quedaron con unos amigos y nosotros seguimos hacia el sur.
En Francia da gusto viajar, pues hay buenos alojamientos y lugares para comer y beber bien a buen precio y si te estiras un poco la comida puede ser exquisita, en el vino soy un poco menos optimista pues para encontrar algo excelso hay que subir a la estratosfera en precio.
En este y otros viajes por Francia hemos descubierto que en todas las localidades hay un sitio de comida popular excelente, con un buen "plat de jour" y una buena tabla de quesos, con un vino tinto agradable a menos de 15 €y luego nada como hacer picnic con sus patés, foies, quesos y pan en cualquier lugar. También era muy agradable entrar en los bares locales de "la campagne" y tomarse un buen tinto a 1€, la caña de cerveza era más cara.
Saint-Constant está agrupado en el cantón de Maurs, cuya capital Maurs-la-jolie hace honor a su nombre y tiene un mercado semanal los jueves con "produits de terroir" inmejorables, aunque cosas de la globalización la estrella era un puesto de paella, hecha con arroz largo vaporizado, que los lugareños se llevaban a sus casas para almorzar.
Las ciudades francesas son interesantes pero para nosotros lo mejor es "la campagne" y sobre todo la gente del campo, tan atenta pero suficientemente distante si tu quieres. El cantón pertenece al departamento de Cantal con su capital administrativa Aurillac de 25.000 habitantes y con un archivo departamental muy bien organizado en el que pasamos unas horas investigando, sobre todo el original del catastro napoleónico hecho tras la revolución francesa y que me permitió aclarar detalles familiares. Es la parte más pobre y despoblada del antiguo reino de Auvernia del que era el líder galo Vercingétorix que alzó a media Galia contra Julio César.
No sé si volveré a visitar esos lugares, pero aseguro que merece la pena hacerlo en mayo-junio antes de que lleguen en verano las hordas urbanitas a sus campings, con los coches por todos sitios por unas carreteras preciosas pero muy estrechas.
Si hay suerte el lunes próximo día 8, como yo había pedido el 20 de mayo, la Junta de Andalucía tomará el mando sobre nuestras vidas y según han anunciado podremos ir a la provincia limítrofe de Huelva, para poder pasear cerca del mar, que lo estamos deseando. Ojalá todo vaya bien y no haya muchos nobles o plebeyos metiendo la pata y fastidiando a la inmensa mayoría que procuramos cumplir las normas necesarias de distancia social para impedir el contagio,... al menos hasta el otoño.
El 18 de mayo de 2013 habíamos iniciado el viaje en un Peugeot 207 con el objetivo de pasar primero por el pueblo de Salinas de Pamplona, que entonces creíamos que era el origen de ese apellido, luego al valle del Baztán, solar del apellido Legineche de la familia de mi mujer, para acabar en esta pequeña comuna en el centro de Francia donde nos íbamos a encontrar con el primo Guy , que había localizado por facebook pero que se acercaría desde Dijon, descendiente de un hermano de Antonie, con una tía que vivía todavía allí y el encuentro en medio de la "foire" fue entrañable. Luego también honramos a los muertos visitándolos en el cementerio con muchas lápidas familiares.
El viaje fue maravilloso visitando además: Tordesillas, Logroño, Metauten y su museo de la trufa, Perigueux, Bergerac, Lascaux y su cueva, Clermont-Ferrand, Le Puy en Velay, Saint-Flour para finalmente llegar al lugar de Lueys, uno de los 10 que componen Saint-Constant, allí habíamos alquilado por internet la gîte rural nº695 para dos semanas; el lugar estaba en medio de la nada rodeado de prados verdes con vacas y al lado la casa de sus propietarios Marcel y Marie Rose Joffre, que eran muy atentos y luego hablando descubrimos que también éramos parientes, el paté "fait a maison" que nos regalaron era espectacular.
El 30 de mayo llegaron nuestros hermanos María del Carmen y Juan Pérez-Lanzac con los que pasamos dos maravillosas semanas visitando primero lo que cercano nos parecía de interés: Conques, Rocamadour y la pequeña comuna de Lanzac; nunca habíamos convivido tan estrechamente con ellos como pasa a veces con los hermanos y nunca olvidaremos a Juan con su gorra con la visera para atrás y sobre todo paseando entre los becerros en la magnífica feria de ganado que cerraba la fiesta de nuestra comuna y dónde él era el único que iba con corbata porque consideraba que siendo veterinario debía ir así y creedme que en él no resultaba raro; lo que me hubiera gustado seguir viajando con ellos a otros destinos. El sábado 8 de junio emprendimos el regreso visitando Albi, Carcasona y el Valle de Bohí en Lérida donde se quedaron con unos amigos y nosotros seguimos hacia el sur.
En Francia da gusto viajar, pues hay buenos alojamientos y lugares para comer y beber bien a buen precio y si te estiras un poco la comida puede ser exquisita, en el vino soy un poco menos optimista pues para encontrar algo excelso hay que subir a la estratosfera en precio.
En este y otros viajes por Francia hemos descubierto que en todas las localidades hay un sitio de comida popular excelente, con un buen "plat de jour" y una buena tabla de quesos, con un vino tinto agradable a menos de 15 €y luego nada como hacer picnic con sus patés, foies, quesos y pan en cualquier lugar. También era muy agradable entrar en los bares locales de "la campagne" y tomarse un buen tinto a 1€, la caña de cerveza era más cara.
Saint-Constant está agrupado en el cantón de Maurs, cuya capital Maurs-la-jolie hace honor a su nombre y tiene un mercado semanal los jueves con "produits de terroir" inmejorables, aunque cosas de la globalización la estrella era un puesto de paella, hecha con arroz largo vaporizado, que los lugareños se llevaban a sus casas para almorzar.
Las ciudades francesas son interesantes pero para nosotros lo mejor es "la campagne" y sobre todo la gente del campo, tan atenta pero suficientemente distante si tu quieres. El cantón pertenece al departamento de Cantal con su capital administrativa Aurillac de 25.000 habitantes y con un archivo departamental muy bien organizado en el que pasamos unas horas investigando, sobre todo el original del catastro napoleónico hecho tras la revolución francesa y que me permitió aclarar detalles familiares. Es la parte más pobre y despoblada del antiguo reino de Auvernia del que era el líder galo Vercingétorix que alzó a media Galia contra Julio César.
No sé si volveré a visitar esos lugares, pero aseguro que merece la pena hacerlo en mayo-junio antes de que lleguen en verano las hordas urbanitas a sus campings, con los coches por todos sitios por unas carreteras preciosas pero muy estrechas.
Si hay suerte el lunes próximo día 8, como yo había pedido el 20 de mayo, la Junta de Andalucía tomará el mando sobre nuestras vidas y según han anunciado podremos ir a la provincia limítrofe de Huelva, para poder pasear cerca del mar, que lo estamos deseando. Ojalá todo vaya bien y no haya muchos nobles o plebeyos metiendo la pata y fastidiando a la inmensa mayoría que procuramos cumplir las normas necesarias de distancia social para impedir el contagio,... al menos hasta el otoño.
2 comentarios:
Que bonitos recuerdos también contados de unos días maravillosos en la France Profonde !!
Que bien lis ratos y lis sitios y lugares tan bonitos que disfrutamos juntos por aquellas tierras
Lo mejor era el momento de la cena que casi siempre la hacíamos en nuestra maravillosa “gite” en medio de un campo maravilloso, verde y amarillo completamente rural y bucólico
Y cuando todo lo teníamos preparado gritábamos
A table!!! A table!!! Y que charlas y tertulias hacíamos!!!
Inolvidable verano de 2013!!!!
Mencanta recordar...
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