El pasado miércoles 13 de
enero a las 5:22 fallecía Pepe Hernando,
mi querido amigo y compañero de estudios.
Su estado de salud era delicado desde hace años y en los tres últimos meses se fue agravando con crisis sucesivas que le provocaban mucha
incomodidad hasta que sucedió lo inevitable. Afortunadamente estaba acompañado de sus hijos y de Marga Parra, la compañera de sus últimos años, una mujer
excepcional que ha sido fundamental para mantener bien su estado de ánimo hasta
el final, que ha sido dulce como se merecía.
Pepe y yo habíamos cursado
juntos los cuatro últimos cursos de los estudios de Biología en Sevilla entre
1970 y 1974, y luego coincidimos en
algunas ocasiones pero fue a raíz de
nuestras jubilaciones que consolidamos
una buena amistad, debo reconocer que con él era muy fácil por su carácter afable y
cariñoso, mucho mejor que el mío . Primero en una tertulia de profesores que habíamos coincidido en Córdoba
en distintas áreas y que primero fuimos tres, luego “la banda de los cuatro” y
finalmente de 4+1, un pretexto para tomar cervezas, charlar y reírnos, cosas
que son muy necesarias para que la vida tenga sentido y que gracias a wasap y
el teléfono hemos podido mantener en esta pandemia del demonio. Luego me ayudó
formando parte del grupo inicial que hace tres años comenzamos a buscar a todos
los compañeros de la promoción de Biológicas 1969-1974 con el fin de organizar
el 45 aniversario y sobre todo para restablecer el contacto amistoso
entre todos, lo que fue un éxito casi completo pues además del encuentro nos ha
permitido consolidar una tupida red de amistades entre nosotros muy superior a la
que teníamos cuando compartíamos aulas durante muchas horas. El 31 de julio fue
la última vez que estuve con él y me alegro
tanto de haber compartido con Paco Juan, Marga y Pepe dos horas de cerveza y buen pescado frito en la Punta
del Moral. En los chat donde coincidíamos, siempre él era el primero en dar los
buenos días y las buenas noches, “obligación” a la que solo faltó en contadas
ocasiones pese a sus dolencias, ahora siempre nos acordaremos de él
Pepe había desarrollado una sólida carrera
académica como ictiólogo que comenzó en la Estación Biológica de Doñana con su
fundador el doctor José Antonio Valverde que fue quién dirigió su tesis
doctoral sobre la “Estructura de la comunidad de peces de la Marisma del
Guadalquivir”, que luego continuó en Córdoba y finalmente en la Universidad de
Cádiz. Sabía mucho de peces, de lo que nunca se jactaba, tanto que cariñosamente lo conocíamos como
Pepe Peces, yo creo que su favorito era el gran esturión o sollo pero se quedó con las ganas de que se repoblara el río Guadalquivir con
ejemplares de Acipenser naccarii procedentes del Adriático y criados en
la piscifactoría de Riofrío, pese a haber demostrado que esta especie también
era autóctona de Andalucía.
Con la edad vamos conviviendo
cada vez más con la muerte. Lo que era un presencia extraña en nuestras vidas
se va volviendo con el tiempo una compañera inevitable, parafraseando a Emil
Cioran: nuestra misión en la vida es ir matando el tiempo y la del tiempo es ir
matándonos a todos, pero que bien se está entre asesinos, por ello y a pesar de
todo la inmensa mayoría nos aferramos a la vida desesperadamente y cada vez que
el tiempo nos arrebata a un ser querido sentimos un profundo dolor que nos
ahoga tanto que creemos que no podremos
superarlo, luego nuestro deseo de vivir es tan grande que
escondemos ese dolor en nuestra
memoria para dejar de sufrir. El amor por alguien es maravilloso cuando se
tiene, pero su expresión suprema es la amistad que sentimos por algunas
personas que nos hacen compañía en la vida, es un sentimiento tan fuerte que no
se pierde nunca, solo que para seguir viviendo lo trasladamos a la memoria que
cada vez está más poblada de seres queridos a los que no vamos a olvidar.
Querido Pepe, cuando podamos
nos reuniremos para darte la despedida que mereces y beberemos cerveza en tu
memoria y nos daremos todos los abrazos que no hemos podido darnos ni darte y
lloraremos mucho, tanto que no lo olvidaremos nunca.
20 comentarios:
Magnífico, Juan María. Pepe era exactamente como lo describes. Y un buen amigo muy querido. Todos sentimos su pérdida.
Me has hecho llorar, Juan. Cuánto echaremos de menos al gran Pepe... Gracias por regalarnos estas palabras, tan sentidas y tan certeras...
Emotivo y necesario que alguien escribiera sobre él. Gracias Juán
Gracias por vuestros comentarios
Precioso artículo presidido por esa fotografía de Pepe con esa sonrisa y expresión "tan suya"
Emotivo todo lo que cuentas sobre vuestra amistad sobretodo en ésta última etapa en la que nos hemos reencontrado después de tantos años.
Por supuesto que haremos esa despedida que comentas !Ojalá sea pronto!!
Hola Juan María, soy Andrés Hernando, el hijo de Pepe. Te agradezco enormemente estas palabras y me reconforta el corazón la huella tan buena que ha dejado en tanta gente. Un fuerte abrazo y muchas gracias de corazón.
Un gran abrazo, amiga
Mi más sentido pésame, me encanta que te haya gustado. Tu padre fue un hombre bueno en sentido machadiano. Confío que pronto nos podamos abrazar
Pepe era persona de grandes conocimientos y magnífico profesional. Mi hijo que fué alumno suyo en la facultad de ciencias del mar habla de él como un maestro en el mejor sentido del término.
En este último año de tratamiento más cercano sólo siento y tengo los mejores recuerdos.
Es doloroso en verdad, ri dejando amigos en el camino más cierto
Alberto Hevia
Gracias Alberto por tu comentario...Un abrazo
Gracias, me has emocionado,era mi hermano mayor
Ha sido una gran pérdida para todos.
Nuestro amigo Pepe nos dejó finalmente.
Llevaba mucho tiempo aferrándose a la vida, y viviéndola con la fruición y agradecimiento con que hay que vivirla.
No volverá a dar a este grupo de whatsapp los buenos días y las buenas noches, y a desearnos la felicidad, como generosamente hizo cada día en los meses más duros del confinamiento.
Queda en el recuerdo de algunos de nosotros sus primeros años siendo becario en la Estación Biológica de Doñana, cuando éramos estudiantes y nos llevaba en su coche a la Sierra de las Nieves.
Queda en el recuerdo de todos nosotros su cordialidad, pues Pepe vivía en paz con el mundo. También su gran vocación, sus trabajos pioneros en la ictiofauna del estuario del Guadalquivir y de Doñana, y su mayor aportación: haber sido el promotor de la colección de peces continentales de la EBD (CSIC).
El pasado año, antes del confinamiento, desayunaba churros cada semana con sus antiguos colegas y amigos de la EBD. Uno de sus últimos comentarios fue: “Cuando te jubilas, ya no tienes nada que demostrar y puedes ser más feliz”.
Se refería al competitivo mundo del trabajo en general y de la investigación en particular, con la que disfrutaba y conocía bien y que nunca afecto a sus buenas maneras y compañerismo.
Porque, por encima de todo, Pepe Hernando, nuestro querido Pepe Peces, fue una buena persona, que es a lo más a que todo bien nacido puede aspirar en la vida.
Descansa en paz, querido amigo.
Firman, por orden de edad, Paco Amores, Jacobo Pérez Torres, Pepe Cabot Nieves, Antonio Franco Ruiz y Paco Fernández Parreño.
Muchísimas gracias, queridos compañeros vuestro obituario confirma lo que todos sentimos al perder a Pepe. Un gran abrazo
Henar Sacristán me dice: He sentido mucho la pérdida de Pepe .Yo no pertenezco a ninguno de sus grupos : colegio, carrera o trabajo .Lo conocí simplemente como Pepe, hace 4 años, a través de mi amiga Marga Parra ;pudiendo compartir momentos de ocio lo que me permitió conocerle y valorar la excelente persona que era.Gracias Marga por incluirlo en tu grupo de amigos y familiares ,dándonos la oportunidad de conocerlo .
En sus últimos días, cuando lo visité , vi , Marga , como él te miraba
y te cogía de la mano agradeciendote que permanecieras a su lado.Se ha ido con todo el amor que tu sabes transmitir .¡¡Ojalá todos contemos con una mano amiga en el momento de partir !!!Seguiremos teniéndole cerca aunque desde otra dimensión.
Henar
Muchas gracias por compartir tus sentimientos en este Blog. Queríamos a Pepe y ya somos amigos. Un abrazo
Muchas gracias Juan María, por tus sentidas palabras y no por ello menos ciertas. Los últimos meses con Pepe han sido muy gratificantes a todos los niveles. Hemos estado juntos las 24 horas del día, disfrutando de todo: películas, canciones, y hemos hablado de muchas cosas, recordando cuándo y cómo nos conocimos siendo adolescentes. Dejamos de vernos 50 años, y nos encontramos en un bar en enero de 2016. Desde ese momento hemos podido compartir lo que teníamos: nuestras vidas, familias, casas, vacaciones y sobretodo nuestros amigos. Hemos aprobado todas las asignaturas pendientes que nos quedaron tantísimos años atrás y os puedo asegurar que hemos sido muy felices. Muchos me decís la suerte que ha tenido Pepe conmigo. La suerte ha sido mutua. He aprendido muchas cosas con él, no solo de peces, ha sabido llevar su enfermedad con paz, sosiego y aceptación. No lo oí quejarse nunca, ni siquiera últimamente cuando sufría ahogos o asfixia... con lo cual me ha dejado muchas actitudes suyas que no tienen precio. Y sobretodo una herencia maravillosa: un millón de amigos. Sería imposible decir aquí todos los amigos que habéis compartido nuestro dolor y sufrimiento, en especial estos últimos meses, amigos de las Universidaddes de Cádiz, Málaga, Córdoba, Huelva, Badajoz, Granada y Sevilla. Amigos de Riofrío, amigos del colegio de los Padres Blancos (nuestra primera pandilla), y compañeros de Biología, entre otros muchos. A todos y a cada uno mil gracias por vuestra amistad, vuestro cariño, vuestra solidaridad, vuestro interés y vuestra constancia. Todos amigos que considero míos. Os digo que lo echo mucho de menos, que estoy triste y con pena, pero me quedan los 5 años que he disfrutado con él, por España y por Francia, y al final lo he acompañado hasta la muerte, como quise siendo muy feliz. Dejó de respirar con sus manos en las mías mientras le decía: "nos queda Pepe un tercer encuentro, que no sé cuándo será, pero será para siempre" y estad alegres porque seguro que descansa en paz.
Muchas gracias por tu maravilloso obituario que nos llena de consuelo. Un gran abrazo
Lo conocí en los 70 cuando la estación biológica de Doñana estaba en Heliópolis aprendí con el y sobre todo me sirvió de ejemplo , para el el canto XI de la Odisea de Homero se hizo hace tiempo para personas como el.
Soy Juan Merino compañero del colegio desde pequños hasta el Bachiller.siento una gran tristeza por su fallecimiento.Tb soy muy amigo de Marga Parra.
DEP AMIGO PEPE NOS VEREMOS ALLI.
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