El próximo viernes 24 de
diciembre, Nochebuena, a las 13,20 horas contendré la respiración mientras desde el puerto espacial de Kourou en la Guayana
francesa despega el cohete europeo Ariane 5, que con sus dos potentísimos
propulsores de pólvora e hidrógeno líquido, impulsa una carga preciosa para la humanidad, el Telescopio Espacial
James Webb( JWST, por sus siglas en inglés) hasta alcanzar los 11km/s, velocidad
de escape de la atracción gravitatoria terrestre, en aproximadamente 130
segundos y luego arderán las dos fases que restan. Este prodigio de la ciencia
y la tecnología humana ha tardado 25 años en ser construido, es fruto de la
colaboración entre la NASA, Canadá y los 22 países europeos que forman parte de
la Agencia Espacial Europea(ESA) que han financiado los nueve mil millones de euros invertidos
y aportado el trabajo de sus científicos
y técnicos, en el caso español destacadamente los del Centro de Astrobiología y de Airbus España.
Si todo sale bien en esos primeros
minutos y en su azaroso paso por la basura espacial que nos orbita, la cabeza
del cohete con el JWST plegado en su
interior pero sin el pesado carenado protector, iniciará un viaje de millón y
medio de kilómetros hasta llegar al segundo punto de Lagrange donde quedará en
órbita alrededor del sol a unos 149 millones de kilómetros de él y comenzará el
despliegue del telescopio que si no hay contratiempos nos permitirá ver lo
que nunca hemos podido ver con los instrumentos disponibles, ni siquiera con el
telescopio Hubble que orbita a 600 km de la Tierra.
Siempre he sentido pasión por
los cohetes de los que llegué a fabricar alguno en mi adolescencia con mi amigo Antonio,
pero no voy a cansaros con detalles del cohete o de los instrumentos que lleva y que los periódicos han explicado
en estos días, sino en el profundo significado de esta expedición científica
sin entrar en más detalles, entre otras cosas porque en física llegué
hasta Newton , de la relatividad de
Einstein comprendí lo justo y de la
mecánica cuántica de Planck, nada. Me consuela que se dice que dijo el premio
nobel Richard Feynman: “Si crees que entiendes de mecánica cuántica es que no
entiendes de mecánica cuántica”.
El espíritu científico o descubridor se sustenta en una ambición
humana sin límites por el conocimiento
que nunca es suficiente. El hombre una vez que sube a la primera colina y
atisba el horizonte siempre quiere ir más allá, hacia lo desconocido, luchando
contra la advertencia mitológica de Hércules “Non terrae plus ultra” que
fijó en las columnas que puso en el estrecho de Gibraltar para indicar que era
el fin del mundo. Por contra “PLUS ULTRA” es el lema que empezó a usar
en su escudo el emperador Carlos en 1516
, simbolizando el arrojo español de acometer empresas en el límite del conocimiento, como la de
Colón en 1492 y eso que todavía no se había iniciado la vuelta al mundo de
Magallanes-Elcano. Luego, salimos a orbitar, para en 1969 saltar a la Luna que
pisamos a las 3,56 de la madrugada del lunes 21 de julio. Tras gran cantidad de
sondas conocemos mucho de nuestro sistema solar y sus planetas preparando el salto a Marte…y más allá (plus
ultra)
La foto que muestra la luna en cuarto creciente la hice yo hace 4
años a pulso con mi modesta cámara Sony
y en ella podemos ver cráteres con cierta definición, pero claro es que
la luna estaba sólo a unos 300.000 kilómetros, un segundo-luz, los telescopios
terrestres nos permiten explorar el espacio, cada vez más lejos. Los
telescopios orbitales como el Hubble aún más lejos, pero como no es suficiente
para llegar a ver con claridad el inicio del universo, la primera
luz que apareció cien millones de años tras el Big Bang, con todo lo que ello
conlleva, la humanidad ha creado este instrumento científico espacial que con
una sensibilidad cien veces superior al
Hubble en los espectros infrarrojo y ultravioleta , nos permitirá verlo, o no,
lo que es seguro es que abrirá las puertas a nuevas preguntas sin respuesta que
nos harán dar en el futuro más pasos en nuestra lucha contra la ignorancia.
Ojalá fuéramos capaces de
cooperar también para acabar con el hambre, la guerra, la injusticia, la
opresión y la desigualdad. Feliz Nochebuena.
4 comentarios:
Bonito post.
Muchas gracias
La luna, tan lejos, pero tan cerca.
Siempre he sido más de estrellas.
La referencia a Feynman, me ha encantado.
Gracias
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