La noche en Cala Iris fue muy agradable, ni un ruido. El desayuno fue rico y regado por una lluvia suave que nos acompañó un buen rato. Volvimos a nuestra N16 y tomamos dirección Alhucemas hasta el pueblo de Rouadi donde giramos hacia la playa de Badís por una carretera local de unos 18 km en buen estado, algo estrecha con subidas y bajadas en medio de un paisaje arbolado con pinos, alcornoques y muchos algarrobos de gran porte, una preciosidad que termina en la desembocadura de un río, sin agua ahora pero que seguramente a veces se comportará como una rambla arrojando materiales en una playa que tapiza una inmensa bahía cortada por una lengua de arena que la une a dos grandes peñones enlazados por un puente en ruinas que es el peñón de Vélez de la Gomera, donde un destacamento militar español completamente invisible afirma el dominio de España en una bahía marroquí, un poco como Gibraltar pero cutre y en un deficiente estado de conservación. El lugar es espectacular y merece la pena el desvío. Hay una cuerda que delimita la frontera que es infranqueable y pescadores preparan sus barcas para pescar en unas aguas que hoy tenían un oleaje suave. De vuelta nos paramos en un bar en la N-16 con wifi y al lado había una tienda donde pudimos comprar sendas tarjetas de datos de Maroc Telecom a un precio imbatible y unos calzoncillos que nos faltaban.
Nuestro destino era Alhucemas pero primero nos paramos en el cementerio de Axdir la ciudad natal de los Abdelkrim, jefes de la belicosa tribu de los Beni Urriaguel que liderados por Mohamed Abdelkrim y por su hermano Mahmed derrotaron al ejército español en 1921 estableciendo una República del Rif que duró un quinquenio hasta que un ejército francoespañol diez veces superior les obligó a capitular y al exilio. Mohamed sigue enterrado en El Cairo, pero Mhamed que regresó a Marruecos tras la independencia está enterrado en su tierra, pero no hemos encontrado su tumba pues nadie sabía o quería o podía orientarnos en un inmenso cementerio.
Alhucemas es una moderna y agradable ciudad en una maravillosa bahía dónde España conserva tres islas: la de Mar, la de Tierra y el peñón de Alhucemas con su destacamento militar al que mañana intentaremos acercarnos.
El mejor edificio del centro es sin duda el ocupado por el Instituto Español Melchor de Jovellanos donde se forman muchos marroquíes por profesores españoles. Es un gusto pasear por sus calles engalanadas con banderas y llenas de gente que compran en centenares de puestos de mercadillo, consumen en bonitas terrazas o leen en la biblioteca pública, al atardecer de un día de fiesta nacional que recuerda la Marcha Verde que ocupó "pacíficamente" el 6 de noviembre de 1975 la hasta entonces provincia del Sáhara español. Hasta mañana y gracias por leerme.
17 comentarios:
Un recorrido por la historia de España, con escenarios de la guerra de Marruecos. Mi abuelo estuvo en el desastre de Annual.
El episodio "Aita Tettahuen" de Galdós, dedicado a la primera guerra del Rif es una buena lectura en tu viaje por esas tierras rifeñas.
Un viaje interesante, con buenas descripciones.
Que bien repasar la Historia in situ. Esos retazos de historia nunca los hemos estudiado en los colegios. Gracias por acercarnos a ellos
Supongo que te preguntarás que puñetas hacemos todavía en esos peñones, a un tiro de piedra desde la orilla y suministrados desde Málaga por helicópteros. https://www.amazon.es/dp/B091D5PV2K
Bien interesante. En tierras del moro. Mi abuelo también lucho ahí. Era militar. Gracias, Juan
Un poco sí
Gracias, Galdós siempre me acompaña desde niño
Gracias
Gracias a ti por tu comentario
Claro,. Creo que es para disimular nuestras flaquezas
Gracias por tu comentario
Preciosas fotos de esos paisajes. Hoy no tiene sentido ese afán de posesión extemporánea y sin sentido.
Pepe
Interesante relato viaje y relato. recomiendas algún sitio para comer en Alhucemas?
Efectivamente los peñones e islas de España en Marruecos son una reliquia costosa e innecesaria
Disculpa el retraso en responder. Comimos muy bien pescado frito en Mimoun en el puerto y en el centro en el restaurante del hotel Basilic.
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