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martes, 21 de abril de 2020

CUARENTENA, DÍA 40 "LOS VIEJOS"

MARTES 21 DE ABRIL DE 2020
Hice la foto al mediodía del domingo 21 de agosto de 2016. La señora que desde el sillón playero ve el mar, la gente  y a lo lejos el horizonte, con sus pies acariciados por las olas, es mi madre con  94 años. A ella lo que más le gustaba de siempre no era estar sentada rodeada de gente, eso ya lo tenía por castigo en su casa, sino andar  arriba y abajo por la parte húmeda  buscando "habitas", que son los opérculos anaranjados de un  caracol marino (Bolma rugosa), que coleccionaba y con la que en mi familia hacemos y nos regalamos pulseras y otros atavíos. Su habilidad en ese menester recolector era proverbial ,  las veía antes que nadie y se agachaba con agilidad, de manera muy parecida a cuando rebuscaba espárragos en la sierra. Esta afición nos  la transmitió y no sabemos ir a la playa  sin buscar y todo hay que decirlo, las mujeres suelen encontrar más, seguramente por transmisión cultural milenaria.  Cuando se fue haciendo mayor prefería ir acompañada charlando para poder colgarse de tu brazo cuando lo necesitaba, luego cada vez se cansaba más y tampoco podía permanecer de pie mucho rato, asi que le acercábamos el sillón al lugar por el que antes paseaba,... y allí veía pasar la vida plácidamente como siempre lo había hecho, si,  es verdad, todo era diferente pero ella seguía siendo la misma y haciendo  lo que quería hacer sin aceptar más cuidados que los que necesitaba, sin admitir que nadie le impusiera más limitaciones que las que de por sí iba teniendo, decíamos que era orgullosa y si, yo creo que lo era  y mucho pero sobre todo era muy celosa de su independencia que se había ganado a pulso desde que era niña luchando con los obstáculos que la vida le fue poniendo como la más pequeña de su casa, como mujer y como madre.
Hoy mi amiga Anna Freixas escribe un breve y certero artículo titulado "No, por nuestro propio bien, no" en el que  rechaza el orgullo de otras viejas como ella o como yo, encantadas con que sus hijos les muestren su cariño prohibiéndoles aquellas cosas que se cree puedan ser peligrosas dada nuestra edad. No, a mi me encanta que mis hijos me quieran y me ayuden cuando se lo pido, y así lo hacen sin traspasar la barrera de infantilizarnos como si ellos fueran nuestros padres y nosotros unos tiernos niños. 
O sea que, ya sabemos que como somos mayores y tenemos achaques podemos sufrir esta enfermedad más que  otros más jóvenes y por eso estamos confinados como todo el mundo, extremando las medidas de protección, no sólo por nosotros sino  por solidaridad para no saturar  las urgencias sanitarias. He aceptado las ayudas que nos pueden prestar y no he salido para nada de mi casa, pero si se levanta el confinamiento que nadie se atreva decirme que no puedo salir bajo mi responsabilidad, hasta que no me prueben que estoy infectado y que debo aislarme como cualquiera. Soy viejo pero  sé cuidarme.

12 comentarios:

casadca dijo...

Maravillosa entrada y referencia a mamá y su carácter independiente y orgullosos y al artículo de Anna Freixasqyeces magnifico y certero.
Lo voy a compartir en FB
Pues me ha particularmente encantado
Eres un fuera de seruepyesxte cunde muchísimo y lo haces todo pero que muy bien
Animo y palante que ya musmo podemos salir a dar un paseito a nuestro aire
Maria del Carmen

estherita dijo...

Te superas cada día , gracias por recordar y muy de acuerdo con que es una injusticia esta posible limitación

Cristobal dijo...

Dear Brother,
Dices dos grandes verdades.
Una el gran poderío de nuestra querida madre y dos que somos mayores pero no niños. I love you

Quique sr. dijo...

Querido hermano, no tengo palabras para expresar mi emoción. Que Qué cantidad de recuerdos me traes a la memoria, gracias

Salvador dijo...

Ciertamente el confinamiento se va sintiendo ya son muchos días. Quizás porque es el tema que toca ahora lo que más añoro son mis nietos no poderlos ver cerca y lógicamente no poderlos tocar, pero es lo que hay así qué
Tendremos que seguir con nuestro confinamiento y nuestra paciencia. Te tengo que reconocer que tienes mucha fluidez escribiendo y transmites muy bien los sentimientos, te tengo un poquito de envidia un fuerte abrazo

Juan María Casado dijo...

Gracias, escribir es ponerse y no dejarse vencer por la indolencia en la que caería fácilmente.

Juan María Casado dijo...

Mencanta que me leas.

Juan María Casado dijo...

Gracias

Juan María Casado dijo...

Yo también me he emocionado al escribirlo

Juan María Casado dijo...

Gracias, pero tu cuando te pones, llegas

Carlos S-N dijo...

La verdad es que describes, no sólo a tu madre, sino a toda esa generación que estaba hecha "de otra madera" ¿Crees que me ha gustado el relato? Pues sí. Un abrazo

Juan María Casado dijo...

Gracias, yo creo que solo algunas