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sábado, 25 de abril de 2020

CUARENTENA. DÍA 40+4 "ENSEÑAR"


SÁBADO 25 DE ABRIL DE 2020
Metidos ya en la séptima semana de "arresto domiciliario", informo que aunque sigo con la lumbalgia que,  por culpa de tratar de hacer ejercicio con una bicicleta estática, me acompaña desde hace casi tres semanas, parece que me voy acostumbrando a ella aunque temo acabar adicto al parecetamol y al enantyum. Pero gracias a moderar el consumo de fritos y alcohol, nada de cerveza, y con ejercicios moderados mantengo la diabetes y el peso como lo tenía cuando empezó esto. Hoy es un día plomizo y algo lluvioso propio para la melancolía y la reflexión, pero me está resultando muy alegre porque si hay suerte mañana veremos de lejos a nuestros nietos mayores a los que echamos mucho de menos.
Gracias a este confinamiento por separado de  niños y profesores tendremos una prueba universal digna de ser estudiada sobre el. valor real de los padres en la educación de sus hijos, que yo creo que será muy positivo, aunque lógicamente la enseñanza, que no es lo mismo, se haya visto un poco perjudicada pues la influencia de los maestros en la transmisión de conocimientos es fundamental y no es lo mismo hacerlo a distancia por muy buena voluntad que esté habiendo; ni todo el mundo tiene los medios necesarios, ni la mayoría de los profesores formación especializada para ello. Estoy muy de acuerdo con la bellísima valoración publicada por  Jordi Verdaguer, un maestro de Barcelona, de la situación:
"Estoy obligado a dar mi clase por Internet y no puedo. Preciso de mi aula, de mis alumnos, del calor de esa secreta comunión entre el que enseña y el que aprende. Hay algo de magia, dignidad y amor en la sublime función del maestro, cuyo fin es que en una clase que bulle o bosteza, se produzca el pequeño milagro del conocimiento; penetrar la mente esponjosa de un alumno y sembrar una idea, plantear una duda o suscitar una pregunta. Entonces lo demás es superfluo, la mecánica enmudece y respira la palabra. Pensar en libertad, volar y arriesgar, atreverse a pensar por uno mismo, sin tutores ni muletas, ni máquinas que nos vigilen. Es la historia más bella de la enseñanza. Estoy obligado a hacer mi clase por Internet y no puedo."
Siempre he considerado  que la enseñanza requiere de técnicas y medios, pero enseñar no es un oficio, sino un arte, un arte lleno de amor y magia que se produce  en un espacio sagrado  y mítico que se puede crear en cualquier sitio, incluso confinado entre las paredes de un aula, porque la clave no es el lugar sino la presencia de un adulto sano, preparado y bienintencionado con un grupo de niños sanos, felices y motivados, todo lo demás es accesorio.
Por eso insistir en la evaluación clásica de este curso en la enseñanza obligatoria me parece un error y lo que es peor es que percibo que no es un error sino una oportunidad que quieren aprovechar algunos para que sus privilegiados hijos tomen más ventaja  en calificaciones sobre los niños más desfavorecidos, como si no fuera suficiente con la brecha que marca la desigualdad social. Aún asistiendo al mismo colegio todos los días los resultados escolares  de cada niño dependen mucho más de la situación  socioeconómica de su familia que de cualquier otra circunstancia personal incluida su inteligencia o voluntad, Por eso me parece indignante que quienes más recortan en dinero para la enseñanza pública se empeñen en evaluar los conocimientos que los niños más desfavorecidos ya no podrán asimilar. ¿Quiere esto decir que soy partidario de que pasen los niños de nivel sin preparación?, para nada, solo que eso sea a criterio de sus profesores sin evaluaciones "objetivas" que no existen.
La foto la hice a las 9:49 del lunes 19 de enero de 2009, mientras mis alumnos de la Facultad de Educación de Córdoba hacían sus prácticas docentes en un aula digna del colegio Madrid  de la wilaya de Auserd, un campamento saharauí en medio del desierto, donde unos  niños limpios y bien alimentados, juegan, estudian y  se afanan por aprender español.

2 comentarios:

Carmen Casado Romero dijo...

Desde luego, a mí, personalmente, este alejamiento obligado de lo que solía ser mi profesión no está sino ayudándome a reafirmar que es la más bonita del mundo, habiendo pocos espacios a los que deseo tanto volver como a ese aula del que, por qué no decirlo, uno se harta tantos días.
La respuesta del alumnado está siendo impecable dado lo extraordinario de la situación, lo que hace que verdaderamente sufra cada vez que escucho a unos pocos referirse al panorama actual de lo educativo nada más que para negarse a su imaginado y malinterpretado "aprobado general".

Ikaru dijo...

Si tengo que describir lo que es un aula con un profesor para este tipo de cuestiones... Diría que es eficiente, casi óptimo. Pero cuando hablamos de la educación a distancia, los medios técnicos... Hay que ser conscientes de que en realidad no sé sabe mucho... Enseñar se lleva enseñando mucho en aulas, milenios podemos afirmar, por internet muy pocos años. En comparación me da hasta la risa.
El lenguaje audiovisual ha cambiado notablemente. La educación debería de mirar un poco en Youtube y ver qué hacen los youtubers para entender mejor cómo se ha conseguido trasladar ciertas pautas de comunicación presencial al terreno digital del streaming. Un nuevo medio de comunicación que presenta nuevas reglas de comunicación.
Muchos profesores no están capacitados para afrontar las clases virtuales, y hacen lo que pueden con lo que tienen. Sorprendentemente más de uno consigue funcionar bastante bien, y es que al final hay mucho más que simplemente dar la clase bien. Hay mucho más.
Todo esto iría cambiando más a fondo si esta fuera a ser una realidad permanente, pero se espera que sea algo transitorio, así que, bueno, un año con dificultades académicas.. si alguien dice que es una cosa insalvable es que desconoce lo buenos que son los docentes y lo capaces que son unos alumnos motivados.